Investigación de la Universidad de Maryland (EE.UU.)
Especialistas temen que los narco-submarinos diseñados por las FARC sean utilizados ahora para el transporte de armas o acciones terroristas
![[Img #9657]](upload/img/periodico/img_9657.jpg)
Un novedoso estudio dirigido por la profesora Michelle Jacome Jaramillo, especialista en Armas no Convencionales en la División Tecnológica del Consorcio para el estudio del Terrorismo (National Consortium for the Study of Terrorism and Responses to Terrorism –START-), dependiente de la Universidad de Maryland (EE.UU.), pone de manifiesto cómo, a lo largo de las últimas décadas, la organización terrorista colombiana FARC “ha demostrado ser uno de los actores no estatales más violentos y más sofisticados del mundo”.
En este marco, Jacome Jaramillo analiza cómo las FARC fueron pioneras en el uso de narco-submarinos para transportar hacia sus destinos en diferentes lugares del mundo las ingentes cantidades de droga que constituían la base de su economía.
La analista del START, que lleva varios años investigando cómo las organizaciones criminales están evolucionando en la utilización de la ingeniería para la culminación de sus actividades delictivas, estudia con detalle cómo las FARC, para la creación de sus narco-submarinos, necesitaron “ingentes cantidades de recursos económicos, potencial humano, influencia política, refugios y una elaborada cultura del aprendizaje”.
Para Michelle Jacome Jaramillo, “el nivel de compromiso puesto por las FARC en esta tarea fue excepcional. Fueron innovadores y estuvieron siempre motivados”. Y esto supone un nuevo riesgo, porque revela hasta qué punto las grandes organizaciones dedicadas a la delincuencia a gran escala o a la práctica del terrorismo están dispuestas a emprender complejas tareas de ingeniería “en sus esfuerzos para superar las tecnologías defensivas llevadas a cabo por los agentes estatales”.
La profesora Jaramillo también alerta sobre la utilización que, en la actualidad, otras organizaciones criminales o terroristas puedan dar a desarrollos de ingeniería como los narco-submarinos de las FARC, “que ahora bien pueden ser empleados no solo para el transporte de drogas sino también para la consecución de otros fines nefastos, como el contrabando de armas o de otros materiales prohibidos”.
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Un novedoso estudio dirigido por la profesora Michelle Jacome Jaramillo, especialista en Armas no Convencionales en la División Tecnológica del Consorcio para el estudio del Terrorismo (National Consortium for the Study of Terrorism and Responses to Terrorism –START-), dependiente de la Universidad de Maryland (EE.UU.), pone de manifiesto cómo, a lo largo de las últimas décadas, la organización terrorista colombiana FARC “ha demostrado ser uno de los actores no estatales más violentos y más sofisticados del mundo”.
En este marco, Jacome Jaramillo analiza cómo las FARC fueron pioneras en el uso de narco-submarinos para transportar hacia sus destinos en diferentes lugares del mundo las ingentes cantidades de droga que constituían la base de su economía.
La analista del START, que lleva varios años investigando cómo las organizaciones criminales están evolucionando en la utilización de la ingeniería para la culminación de sus actividades delictivas, estudia con detalle cómo las FARC, para la creación de sus narco-submarinos, necesitaron “ingentes cantidades de recursos económicos, potencial humano, influencia política, refugios y una elaborada cultura del aprendizaje”.
Para Michelle Jacome Jaramillo, “el nivel de compromiso puesto por las FARC en esta tarea fue excepcional. Fueron innovadores y estuvieron siempre motivados”. Y esto supone un nuevo riesgo, porque revela hasta qué punto las grandes organizaciones dedicadas a la delincuencia a gran escala o a la práctica del terrorismo están dispuestas a emprender complejas tareas de ingeniería “en sus esfuerzos para superar las tecnologías defensivas llevadas a cabo por los agentes estatales”.
La profesora Jaramillo también alerta sobre la utilización que, en la actualidad, otras organizaciones criminales o terroristas puedan dar a desarrollos de ingeniería como los narco-submarinos de las FARC, “que ahora bien pueden ser empleados no solo para el transporte de drogas sino también para la consecución de otros fines nefastos, como el contrabando de armas o de otros materiales prohibidos”.











