La encuesta que destroza la estrategia electoral de Podemos
El pasado 17 de septiembre, “El Diario Vasco” publicó una encuesta encargada a Ikerfel en la que se anunciaba, a bombo y platillo, que tan solo el 18% de los vascos está a favor de la independencia. A modo de comparación, el diario de Vocento recordaba que, según un estudio de la Generalitat catalana, el 47% de los catalanes se mostraba partidario de la separación.
Si bien es cierto que a las encuestas hay que darles una credibilidad relativa, es innegable que el independentismo vasco no pasa por su mejor momento y que su poder de convocatoria en la calle se ha visto reducido en los últimos años. Sin embargo, todos los sondeos electorales muestran cómo el Parlamento vasco tendrá una mayoría de diputados nacionalistas e independentistas. ¿Cómo se explica esta contradicción? La encuesta de Ikerfel nos da la clave: el 64% de los encuestados considera necesario un nuevo estatus de relación con España que amplíe las competencias del autogobierno vasco pero sin rupturas. Y, en esto, están de acuerdo en mayor o menor medida los votantes de todos los partidos, PSE y Partido Popular incluidos. Según Ikerfel, el electorado independentista se refugia en EH Bildu, donde supone el 70% de sus votos. En el PNV, la independencia tan solo seduce a un paupérrimo 13% de sus votantes. En otras palabras, los vascos no quieren seguir la estela del incierto proceso catalán y apuestan por elevar el nivel de competencias pero dentro del Estado. Y poco más. En un entorno global cada día más confuso, los vascos no están para aventuras. Sus preocupaciones se centran en el desempleo, la economía y los conflictos sociales que ocupan hoy las agendas europeas.
Al margen de las consabidas correcciones de voto que se producen entre los comicios españoles y los vascos, la encuesta del diario de Vocento también explica por qué Podemos no será la fuerza más votada el próximo 25 de septiembre, tal y como lo fue en las últimas dos citas electorales estatales. En diciembre de 2015 y en junio de este año, la formación morada presentó un programa contra la corrupción, por el cambio, por la eliminación de la reforma laboral del Partido Popular y por el mantenimiento y mejora del modelo social. Y, con esas propuestas, le fue bien en el País Vasco, donde logró ser el partido más votado en ambas ocasiones, ya que su programa era afín a las demandas del electorado vasco.
Sin embargo, en vez de insistir en sus propuestas sociales para las elecciones al Parlamento vasco, Podemos decide apostar por el derecho a decidir y coloca como candidata a la Lehendakaritza a Pili Zabala, para quien "la independencia es un objetivo importante" y que se sitúa "por arriba en una escala del cero al diez, siendo diez la independencia total", según explicó en una entrevista concedida a Euskadi Irratia.
A diferencia del PNV y EH Bildu que, de manera inteligente, han aparcado la cuestión soberanista para mejores ocasione y se han centrado en la recuperación económica, la creación de empleo y el desarrollo del modelo social vasco, tal y como demanda la ciudadanía, los morados deciden dilapidar el capital político conseguido y se presentan como la gran esperanza blanca del independentismo, en un momento en el que esta cuestión no es prioritaria para los electores. Gracias a este tremendo error de estrategia y de programa, Podemos no solo no logrará el ansiado sorpasso al PNV sino que, tal y como coinciden todos los sondeos, tampoco conseguirá ser el primer partido de la oposición a costa de EH Bildu. Será interesante escuchar el análisis de Pili Zabala y de Pablo Iglesias cuando los morados pasen a ser de la primera a la tercera fuerza en el País Vasco el próximo 25 de septiembre.
El pasado 17 de septiembre, “El Diario Vasco” publicó una encuesta encargada a Ikerfel en la que se anunciaba, a bombo y platillo, que tan solo el 18% de los vascos está a favor de la independencia. A modo de comparación, el diario de Vocento recordaba que, según un estudio de la Generalitat catalana, el 47% de los catalanes se mostraba partidario de la separación.
Si bien es cierto que a las encuestas hay que darles una credibilidad relativa, es innegable que el independentismo vasco no pasa por su mejor momento y que su poder de convocatoria en la calle se ha visto reducido en los últimos años. Sin embargo, todos los sondeos electorales muestran cómo el Parlamento vasco tendrá una mayoría de diputados nacionalistas e independentistas. ¿Cómo se explica esta contradicción? La encuesta de Ikerfel nos da la clave: el 64% de los encuestados considera necesario un nuevo estatus de relación con España que amplíe las competencias del autogobierno vasco pero sin rupturas. Y, en esto, están de acuerdo en mayor o menor medida los votantes de todos los partidos, PSE y Partido Popular incluidos. Según Ikerfel, el electorado independentista se refugia en EH Bildu, donde supone el 70% de sus votos. En el PNV, la independencia tan solo seduce a un paupérrimo 13% de sus votantes. En otras palabras, los vascos no quieren seguir la estela del incierto proceso catalán y apuestan por elevar el nivel de competencias pero dentro del Estado. Y poco más. En un entorno global cada día más confuso, los vascos no están para aventuras. Sus preocupaciones se centran en el desempleo, la economía y los conflictos sociales que ocupan hoy las agendas europeas.
Al margen de las consabidas correcciones de voto que se producen entre los comicios españoles y los vascos, la encuesta del diario de Vocento también explica por qué Podemos no será la fuerza más votada el próximo 25 de septiembre, tal y como lo fue en las últimas dos citas electorales estatales. En diciembre de 2015 y en junio de este año, la formación morada presentó un programa contra la corrupción, por el cambio, por la eliminación de la reforma laboral del Partido Popular y por el mantenimiento y mejora del modelo social. Y, con esas propuestas, le fue bien en el País Vasco, donde logró ser el partido más votado en ambas ocasiones, ya que su programa era afín a las demandas del electorado vasco.
Sin embargo, en vez de insistir en sus propuestas sociales para las elecciones al Parlamento vasco, Podemos decide apostar por el derecho a decidir y coloca como candidata a la Lehendakaritza a Pili Zabala, para quien "la independencia es un objetivo importante" y que se sitúa "por arriba en una escala del cero al diez, siendo diez la independencia total", según explicó en una entrevista concedida a Euskadi Irratia.
A diferencia del PNV y EH Bildu que, de manera inteligente, han aparcado la cuestión soberanista para mejores ocasione y se han centrado en la recuperación económica, la creación de empleo y el desarrollo del modelo social vasco, tal y como demanda la ciudadanía, los morados deciden dilapidar el capital político conseguido y se presentan como la gran esperanza blanca del independentismo, en un momento en el que esta cuestión no es prioritaria para los electores. Gracias a este tremendo error de estrategia y de programa, Podemos no solo no logrará el ansiado sorpasso al PNV sino que, tal y como coinciden todos los sondeos, tampoco conseguirá ser el primer partido de la oposición a costa de EH Bildu. Será interesante escuchar el análisis de Pili Zabala y de Pablo Iglesias cuando los morados pasen a ser de la primera a la tercera fuerza en el País Vasco el próximo 25 de septiembre.