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Miércoles, 21 de Septiembre de 2016 Tiempo de lectura:
El 50% de los musulmanes franceses “moderados” rechaza la cultura, las tradiciones y los valores republicanos de este país

El estudio sobre el Islam que ha conmocionado a los franceses

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Como una bomba. Así han caído los resultados de un estudio elaborado por el Institut Montaigne sobre la sociología actual del Islam en Francia. Las conclusiones, avanzadas por el periódico parisino “Le Journal du Dimache”, revelan los numerosos y extensos agujeros por los que se vacían las posibilidades de construir una sociedad multicultural pacífica y presentan cómo el país que se enorgullece de la Ilustración, la razón, el positivismo y el pensamiento científico está enfrentado a una parte importante de su población que solamente se mueve por convencimientos étnicos-religiosos. Y esto crea, según esta investigación, tensiones cada vez más fuertes y una absoluta desconexión entre una población permanentemente confrontada con la realidad y unas élites políticas que reniegan de esta verdad bajo el pretexto de preservar la paz civil.

 

Los resultados del estudio, titulado “Un Islam francés es posible” (nuestros suscriptores recibirán un ejemplar gratuito en el envío de documentos de este mes de septiembre), han tenido un impacto máximo porque el Institut Montaigne ha tenido mucho cuidado en no mezclar Islam e islamismo terrorista y, de hecho, la investigación, basada en múltiples encuestas, ha tomado como protagonistas a lo que genéricamente, y desde sectores ligados a la izquierda política, se define como “musulmanes moderados”.

 

Pues bien, casi un tercio de estos “musulmanes franceses moderados”, que no dudan en criticar las actividades terroristas que se cometen en nombre de Islam, creen que la Ley Islámica (“sharia”) es más importante que la Ley de la República Francesa. Este dato, que según un analista de “Le Figaro” es una bofetada a todos los intelectuales, analistas e ideólogos que han apostado por la vía del “apaciguamiento” con el Islam durante los últimos años, completa su dramatismo con este otro: el 25% de los hombres musulmanes pretendidamente moderados, y el 40% de las mujeres musulmanas, rechazan ir a una piscina pública, mientras que porcentajes similares se niegan a besar a sus parejas en público.

 

Otros índices que revelan la escasa “moderación” del Islam francés: el 60% de los musulmanes cree que las niñas deben tener el derecho a llevar el velo en la escuela y otro 60% considera que la laicidad es algo que va en contra de la inclinación natural de las personas. La mayor parte de los musulmanes franceses, en una valoración que se extiende al resto de Europa, no desea integrarse en las sociedades occidentales, a las que consideran como pecaminosas y depravadas.

 

El ensayista, escritor e investigador Hakim El Karoui, autor del estudio, explica que es imposible mantener el mito “de la inmensa mayoría de los musulmanes respetuosos con los valores de la República”. Es mentira. “Es mejor considerar la distribución de los musulmanes en Francia en tres categorías: seculares, moderados y ortodoxos. Y en esta última categoría entrarían quienes creen que, de una forma u otra, han de exteriorizar públicamente su fe.

 

El Institut Montaigne se atreve a poner porcentajes a los diferentes grupos: el grupo de los musulmanes seculares, donde se incluiría también el grupo de musulmanes “moderados”, se estima, en Francia, en el 46%.

 

Por otro lado, los musulmanes “ortodoxos” pueden dividirse en dos subgrupos: quienes se sienten “orgullosos de su religión islámica”, que serían el 25%, y los “ultras”, que serían el 28%.   

 

Por otro lado, la mayor parte de los musulmanes, y en una conclusión que es absolutamente contraria a lo que la mayor parte de los medios de comunicación han transmitido hasta el momento, reafirman la importancia que tiene para ellos reivindicar su fe en los espacios públicos, a pesar de que esto sea algo absolutamente ajeno y contrario a los valores seculares de la tradición francesa.  

 

“Un Islam francés es posible” demuestra que el problema con el Islam es, en esencia, un problema de integración cultural. “Hasta un 53% de los musulmanes considera que su cultura es contraria a los valores de la cultura francesa”. Y esto pone de manifiesto también que el rechazo al Islam por los franceses, conocido como “islamofobia”, apenas es una anécdotaen relación al rechazo de Francia, de su cultura, de sus tradiciones y de la Ley Republicana, por más de la mitad de los musulmanes que viven en este país.

 


 

 

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