Los colombianos dicen “no” a conceder la impunidad a las FARC
Colombia no olvida y pide al Gobierno de Bogotá que negocie otra paz con los terroristas de las FARC
![[Img #9792]](upload/img/periodico/img_9792.jpg)
El Papa Francisco no viajará a Colombia. El máximo representante de la Iglesia católica, que había puesto nuevamente al Vaticano al borde del ridículo tras afirmar con solemnidad que solamente viajaría al país caribeño si ganaba el “si” en el referéndum sobre el acuerdo de paz firmado por el Gobierno de Santos con los terroristas de las FARC, ha cosechado un rotundo fracaso en su apuesta demagógica por un tratado que otorgaba a los guerrilleros de “Timochenko” una absoluta impunidad. Y, junto al Papa, la monarquía y el Gobierno de España, en comandita con lo más granado de las potencias occidentales, que han vuelto a poner de manifiesto, lideradas por la ONU, su más absoluto cinismo al cerrar los ojos y taparse la nariz ante la legitimación internacional de la mayor organización narcoterrorista del mundo. Pero los colombianos, que llevan décadas soportando los miles de atentados terroristas de las FARC, han hablado alto para pedir que su país no olvide y para exigir a Bogotá que debe negociar otro tipo de paz con los criminales.
Con el 99.85 % de las mesas escrutadas, el “no” sumó 6.430.170 votos, un 50.22 %, frente a los 6.371911 sufragios alcanzados por el “sí”, que representaron un 49.77 %, una tendencia que se mantuvo desde que el escrutinio de la Registraduría Nacional del Estado Civil, encargada de organizar los comicios, pasó la mitad del recuento. La ventaja de 0.45 puntos del “no” ya es inalcanzable porque solo falta por contabilizar el 0.15 % de las 81,928 mesas instaladas para la jornada.
La participación, según la Registraduría, fue del 37.41 % con 13.059.173 votantes de los 34.899.945 habilitados, lo que significa una abstención del 62.59 %.
Mientras la dirección de los terroristas de las FARC, bien aposentada al lado de los hermanos Castro en el corazón de La Habana ya ha afirmado su disposición a volver a negociar, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha emitido un comunicado, bajo el título de “No me rendiré”, en el que anuncia que, lejos de dimitir, seguirá buscando la paz “hasta el último minuto de mi mandato porque ese es el camino para dejarles un mejor país a nuestros hijos”.
“Hoy me dirijo al país como presidente de todos los colombianos: tanto de los que votaron por el NO como de los que votaron por el SÍ. ¡De todos los colombianos!”. “Como Jefe de Estado, soy el garante de la estabilidad de la nación, y esta decisión democrática no debe afectar dicha estabilidad, que voy a garantizar. Como Presidente, conservo intactas mis facultades y mi obligación para mantener el orden público y para buscar y negociar la paz”.
Para Santos, “el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo sigue vigente, y seguirá vigente”. Y añadió: “Escucho a los que dijeron NO y escucho a los que dijeron Sí. Todos, sin excepción, quieren la paz. Así lo han dicho expresamente”.
El Papa Francisco no viajará a Colombia. El máximo representante de la Iglesia católica, que había puesto nuevamente al Vaticano al borde del ridículo tras afirmar con solemnidad que solamente viajaría al país caribeño si ganaba el “si” en el referéndum sobre el acuerdo de paz firmado por el Gobierno de Santos con los terroristas de las FARC, ha cosechado un rotundo fracaso en su apuesta demagógica por un tratado que otorgaba a los guerrilleros de “Timochenko” una absoluta impunidad. Y, junto al Papa, la monarquía y el Gobierno de España, en comandita con lo más granado de las potencias occidentales, que han vuelto a poner de manifiesto, lideradas por la ONU, su más absoluto cinismo al cerrar los ojos y taparse la nariz ante la legitimación internacional de la mayor organización narcoterrorista del mundo. Pero los colombianos, que llevan décadas soportando los miles de atentados terroristas de las FARC, han hablado alto para pedir que su país no olvide y para exigir a Bogotá que debe negociar otro tipo de paz con los criminales.
Con el 99.85 % de las mesas escrutadas, el “no” sumó 6.430.170 votos, un 50.22 %, frente a los 6.371911 sufragios alcanzados por el “sí”, que representaron un 49.77 %, una tendencia que se mantuvo desde que el escrutinio de la Registraduría Nacional del Estado Civil, encargada de organizar los comicios, pasó la mitad del recuento. La ventaja de 0.45 puntos del “no” ya es inalcanzable porque solo falta por contabilizar el 0.15 % de las 81,928 mesas instaladas para la jornada.
La participación, según la Registraduría, fue del 37.41 % con 13.059.173 votantes de los 34.899.945 habilitados, lo que significa una abstención del 62.59 %.
Mientras la dirección de los terroristas de las FARC, bien aposentada al lado de los hermanos Castro en el corazón de La Habana ya ha afirmado su disposición a volver a negociar, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha emitido un comunicado, bajo el título de “No me rendiré”, en el que anuncia que, lejos de dimitir, seguirá buscando la paz “hasta el último minuto de mi mandato porque ese es el camino para dejarles un mejor país a nuestros hijos”.
“Hoy me dirijo al país como presidente de todos los colombianos: tanto de los que votaron por el NO como de los que votaron por el SÍ. ¡De todos los colombianos!”. “Como Jefe de Estado, soy el garante de la estabilidad de la nación, y esta decisión democrática no debe afectar dicha estabilidad, que voy a garantizar. Como Presidente, conservo intactas mis facultades y mi obligación para mantener el orden público y para buscar y negociar la paz”.
Para Santos, “el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo sigue vigente, y seguirá vigente”. Y añadió: “Escucho a los que dijeron NO y escucho a los que dijeron Sí. Todos, sin excepción, quieren la paz. Así lo han dicho expresamente”.