El psicópata Miguel Ángel Muñoz, que mató a sus hijas de 4 y 9 años de edad, también disfruta de las mismas comodidades, que incluyen una paga mensual de 400 euros
El asesino de la peregrina Denise Pikke Thiem lleva una vida de ensueño en una prisión con piscina, gimnasio y TV individual
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Miguel Ángel Muñoz, el asesino confeso de la peregrina estadounidense Denise Pikke Thiem, a la que mató de un golpe en la cabeza y posteriormente descuartizó antes de enterrar en un paraje campestre, pasa relajadamente sus días de prisión en una cárcel con gimnasio, peluquería, pistas deportivas, piscina con socorristas “homologados”, aula informática, paga semanal de 100 euros, celdas con pantallas de televisión individuales, dos horas y media diarias de siesta y un módulo sociocultural para premiar los “buenos comportamientos”.
Así lo constata “El Correo Gallego” en una información publicada hoy en la que, además, añade que los reclusos que comparten celda en la cárcel leonesa de Villahierro pueden jugar al fútbol, al baloncesto, practicar squash, halterofilia e, incluso, apuntarse a un curso de boxeo.
El psicópata Miguel Ángel Muñoz no es el único criminal que lleva esta vida de ensueño. David Oubel, un gallego que mató a sus hijas de cuatro y nueve años a sangre fría, disfruta de las mismas comodidades.
La vida cotidiana de ambos asesinos no tiene demasiadas sorpresas ni complejidades: “se levantan sobre las 8.15, se asean y acuden al comedor para desayunar sin prisas antes de acometer ‘las tareas asignadas’, a las 13.15 comienzan con el almuerzo y al acabar disfrutan de dos horas y media de siesta. ¿Después? Disfrutan de tiempo libre, en este caso denominado actividades comunitarias. Subrayar, no obstante, que no todo es color de rosa en las vidas de estos sujetos. ¿Ejemplo? La pista de squash suele estar reservada para los menos conflictivos”.
Miguel Ángel Muñoz, el asesino confeso de la peregrina estadounidense Denise Pikke Thiem, a la que mató de un golpe en la cabeza y posteriormente descuartizó antes de enterrar en un paraje campestre, pasa relajadamente sus días de prisión en una cárcel con gimnasio, peluquería, pistas deportivas, piscina con socorristas “homologados”, aula informática, paga semanal de 100 euros, celdas con pantallas de televisión individuales, dos horas y media diarias de siesta y un módulo sociocultural para premiar los “buenos comportamientos”.
Así lo constata “El Correo Gallego” en una información publicada hoy en la que, además, añade que los reclusos que comparten celda en la cárcel leonesa de Villahierro pueden jugar al fútbol, al baloncesto, practicar squash, halterofilia e, incluso, apuntarse a un curso de boxeo.
El psicópata Miguel Ángel Muñoz no es el único criminal que lleva esta vida de ensueño. David Oubel, un gallego que mató a sus hijas de cuatro y nueve años a sangre fría, disfruta de las mismas comodidades.
La vida cotidiana de ambos asesinos no tiene demasiadas sorpresas ni complejidades: “se levantan sobre las 8.15, se asean y acuden al comedor para desayunar sin prisas antes de acometer ‘las tareas asignadas’, a las 13.15 comienzan con el almuerzo y al acabar disfrutan de dos horas y media de siesta. ¿Después? Disfrutan de tiempo libre, en este caso denominado actividades comunitarias. Subrayar, no obstante, que no todo es color de rosa en las vidas de estos sujetos. ¿Ejemplo? La pista de squash suele estar reservada para los menos conflictivos”.