François Fillon tiene muchas posibilidades de que el próximo domingo sea elegido como candidato para liderar el nuevo avance de la derecha francesa hacia el Elíseo. Ciertamente, en el camino hacia el palacio presidencial Fillon encontrará su mayor rival en la figura de Marine Le Pen, pero, de cualquier modo, y según ha podido saber La Tribuna del País Vasco, Fillon, un gran conocedor de España, ha establecido ya tres grandes prioridades para el que podría ser su Gobierno: liberalización de la economía, defensa de los valores tradicionales franceses y restauración de la autoridad del Estado.

Para ello, el equipo político de François Fillon ha diseñado un plan, formado por un conjunto de ideas pilares, que serán las que darán cuerpo a su actividad gubernamental: disminución del gasto público en 100 millones de euros anuales; disminuir los gastos empresariales; poner fin a las 35 horas laborales en el sector privado y regresar a las 39 horas de trabajo en el servicio público; abolición del impuesto sobre patrimonio; aumentar la edad de jubilación a los 65 años; alinear el tratamiento fiscal de comerciantes, artesanos y autónomos; limpiar la agricultura francesa de excesivas regulaciones; destinar 12.000 millones a Seguridad, Defensa y Justicia, y crear 16.000 nuevas plazas carcelarias; prohibición de regresar a Francia de los ciudadanos que hayan salido del país para combatir en organizaciones terroristas y expulsar del territorio nacional a los ciudadanos que hayan cometido delitos de terrorismo; reducción de la inmigración mediante el establecimiento de cuotas; adelantar la educación obligatoria a los cinco años; diseño de un completo abanico de acciones para ayudar a las familias; reservar los derechos de adopción plena únicamente a las parejas heterosexuales e impulsar un plan de protección global del patrimonio cultural y artístico francés.