Ilustrísimo Señor:

No me cabe duda alguna de que en su exitosa carrera diplomática tuvo conocimiento del asunto que vengo a exponerle y que afecta a nuestros compatriotas militares destacados en Líbano bajo mandato de la ONU (FNUL) para desarmar a las milicias que allí operan, pacificando el territorio, y por el que traigo mi ruego a su conciencia de español y su responsabilidad como ministro.

La vergüenza que asalta a nuestros militares en esta misión no es menor de la que embargó a nuestros marineros ante el secuestro de “Alakrama", donde un general traidor a su juramento permitió que los terroristas huyeran impunemente con el rescate.

En una pasividad incalificable, nuestras fuerzas de desarme e interposición en Líbano son de facto el escudo perfecto de las milicias terroristas que financia Irán frente a Israel. Le recuerdo que Irán mantiene su juramento de aniquilar a Israel, estado legítimo y amigo, con quien mantenemos estrechas relaciones diplomáticas de colaboración y defensa.

Las fuentes israelíes advierten del rearme que se ha producido (150.000 misiles), gracias a nuestra pasividad, callada respuesta y cómplice cobertura, en una violación del mandato de la ONU que, según se suponía, íbamos a hacer cumplir.

Sigue vivo en el recuerdo de todos el siniestro suceso que representó aquella traicionera mina colocada por obra y gracia de Hiezbolá al paso de nuestras tropas de paz y que reventó uno de los BMR, derramando gratuitamente y a modo de coacción la sangre y la vida de nuestros abnegados soldados destacados en la región.

Como español y familiar de militares me indigna que se emplee a esta sacrificada y valiente tropa en espurios intereses políticos, que en nada ayudan a pacificar, sino a justificar, desde la cobardía, el uso de la violencia islámica que promete acabar con la democracia israelí, armando así moralmente a quien desde su intolerancia solo ofrece como opciones el deshonor o la guerra.

Tráigalos de vuelta a casa. Es evidente que nunca hubo un interés activo en desarmar milicia alguna. No permita que bajo su mando se arriesgue o sacrifique de modo inútil más sangre española. Haga que vuelvan como inicio de su ministerio; no espere mas.

Pero si su respuesta fuese seguir allí para dar cumplimiento al mandato de la ONU, actúe con coherencia y curse ordenes inequívocas de que hagan cumplir dicho mandato y planten cara al petulante totalitarismo islamista que sigue representando Irán a través del rearme de Hezbolá y que amenaza, desde el inicio del régimen absolutista y belicoso de los ayatolás, la paz de toda la zona.

De su claridad depende que nuestros soldados trabajen con seguridad, hoy en altísimo riesgo. De otro modo, no solo deja usted indefenso al Líbano, también las vidas de nuestros militares y con ellas el poco honor que aun queda en la diplomacia española, preservado a duras penas por la abnegada profesionalidad de sus funcionarios y el coraje y la entrega a su empleo de nuestra impagable milicia.

Mis mejores deseos en su Ministerio que anhelo, para el bien de todos, valiente, en paz y exitoso…
 

Fdo: Jose Luis S. Saliquet

"El lugar mas oscuro del infierno esta reservado a aquellos que se mantuvieron neutrales en tiempos de crisis" (Dante)