La ceremonia de toma de posesión ("inauguration", en inglés) del presidente estadounidense tiene una larga tradición en el país.

Desde 1937 se celebra un 20 de enero. Anteriormente, el presidente elegido en noviembre apenas asumía el poder el 4 de marzo del siguiente año.

La fecha está fijada en la Vigésima Enmienda de la Constitución norteamericana, que establece que el mandato del presidente y vicepresidente terminan a las 12:00 del mediodía del 20 de enero después del año electoral, cuando simultáneamente comienza el período presidencial de sus sucesores.

El presidente y el vicepresidente electos juran sus cargos frente al Capitolio (edificio del Parlamento) en Washington. La frase presidencial también está fijada en la Constitución, y es la misma que pronunciara George Washington el 30 de abril de 1789 en Nueva York: "Juro (o prometo) solemnemente que desempeñaré fielmente el cargo de Presidente de Estados Unidos y que hasta el límite de mis capacidades guardaré, protegeré y defenderé la Constitución de Estados Unidos".

Después de la toma de posesión del cargo, el presidente pronuncia un discurso de investidura en el que traza sus principales objetivos.

Normalmente la ceremonia es al aire libre y a continuación se realiza un tradicional desfile por Pennsylvania Avenue hasta la Casa Blanca.