245 personas detenidas, 421 registros domiciliarios, 556 armas intervenidas, y 33.748 municiones. Es el balance hecho público por Europol de la denominada “operación Bósforo”, llevada a cabo conjuntamente por Rumanía, Grecia, Bélgica, Holanda, Polonia, Chipre, Finlandia, Suecia, España y Reino Unido con el apoyo de Bulgaria.

En todos estos países se ha investigado la adquisición y posesión de armas de fogueo de fabricación turca a través de Bulgaria. La acción policial ha permitido incautar también silenciadores, herramientas para convertir armas inutilizadas en activas, pistolas paralizantes, plantaciones de marihuana, escopetas de francotirador, granadas, sprays pimienta, publicaciones especializadas e incluso 234 monedas antiguas.

En España han sido 46 las personas detenidas. Según indica Europol en una nota de prensa, las pistolas detonadoras de fogueo, también conocidas como “pistolas de alarma” se han vuelto muy populares entre los criminales. Para la policía europea, esta popularidad tiene varios motivos: su conversión en armas letales es muy sencilla; se fabrican en metal y son muy fiables a la hora de utilizar munición real; resultan relativamente baratas y fáciles de conseguir, y la mayoría de los modelos están hechos a imagen y semejanza armas de fuego reales.