Trump, los medios y los Demócratas
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Una encuesta reciente de Gallup indica que la confianza en los medios de comunicación entre los votantes demócratas es del 51%. Entre los votantes independientes, del 30% y entre los republicanos, del 14%. No hay que ser un académico de un “think tank” para concluir que los medios tienen más sintonía con los demócratas que con los demás. Y es de conocimiento común que el 80% de los periodistas votan por el partido demócrata. En adición, PEW Research hizo un estudio sobre Winning the Media Campaign 2008 (Ganando los Medios 2008) en el que muestra que los medios dieron un tono positivo a un 36% de la cobertura sobre el candidato Obama. Mientras que McCain tuvo un 15%. Y la cobertura con tono negativo de Obama fue del 29%, mientras que la de McCain del 57%. Concluyendo, Obama salió favorecido el doble de veces y desfavorecido la mitad. No es cuestión de apreciación o percepción. La evidencia de la tendenciosidad de los medios es brutal. Y ha sido así desde los años setenta.
En 2016, como es natural, se volcaron hacia la Primera Mujer en la Casa Blanca, como si mujer fuera sinónimo de competente. Y, of course, en contra del billonario impresentable Trump. Repito que no soy un defensor de la “persona” de Donald Trump, pero, sinceramente, hay que admitir que debió hacer maravillas con el Twitter. Los que pensaban que la pluma es más poderosa que la espada se han quedado en fase de negación. Han sido los medios, y no tanto Hillary, los grandes perdedores de las elecciones, porque con todo su peso no han podido ponerle por encima de los 269 votos electorales contra uno que nunca ha participado en elecciones y ha gastado la mitad que ella en la campaña.
Ni los medios, ni los demócratas y menos Obama, van a tumbarse ahora y hacerse los muertos, como ya lo estamos viendo. Su fase de negación ha generado una serie de pataleos, comenzando con retrasar la formalización de los ministros por mediación de tecnicismos del Senado. Pero al final saben que no tienen los votos y estas manipulaciones no son otra cosa que teatro kabuki para sus bases. (Frase del analista Charles Krathaumer). Trump tiene la mitad de los ministros confirmados que Obama tuvo durante los 10 primeros días. Ni son demócratas, ni tienen clase, ni saben perder. Obama también ha sido otro de los grandes perdedores y ahora ve que su legado se está esfumando de la misma forma como lo quiso construir. A base de decretos ejecutivos. El que ha hierro mata...
Pero claro, cuando Trump da una orden de parar la entrada de visitantes de siete países en los cuales hay una enorme cantidad de islamistas radicales en pie de guerra, como son Siria, Yemen, Iran, Irak, Libia, Sudan y Somalia, Obama, los medios, los demócratas y algunos líderes europeos, inician una falsa noticia acusando a Trump de estar prohibiendo la entrada a una religión, el Islam. Si se critica la política de Obama, es racismo y si se actúa con prudencia en las fronteras para defender de la posibilidad de un ataque terrorista, se considera prohibición del Islam. Si ello fuera verdad, países con mayoría musulmana que tienen libre su entrada en USA son otros nueve, incluyendo Pakistan, Indonesia, Egipto, Turquia.... deberían estar en la lista. Pero no lo están. Por lo tanto, la acusación es una injuria.
Está claro también, como lo indica hasta el renombrado abogado demócrata de Harvard, Alan Dershowitz, que Trump está es su total derecho de verificar el historial de cada visitante y detenerlos temporalmente si es necesario. Eso es algo básico para las visas. Conozco a colombianos que los detienen cada vez que entran. Una es una sobrina de 15 años nacida en USA. Y lo que hizo la fiscal provisional Sally Yates, fue otra obra de teatro kabuki y lograr así sus 15 minutos de fama, ya que desobedeció una orden totalmente legal y constitucional. De todas formas, ello no ha frenado a los perdedores a saltar a la calle con pancartas, llenar las primeras páginas con fotos del caos y escribir las mal-informadas declaraciones de hasta Angela Merkel. Quizás sea Angela la que debería medir su boca, ya que los alemanes no están experimentando sus mejores tiempos con los emigrantes y refugiados que han acogido.
Las falsas noticias en los medios han llegado a tal nivel que a Trump le ponen en hoteles rusos con prostitutas y a su asistente en una reunión con rusos en Praga, cuando estuvo en un campo de beisbol con su hijo en California. Uuuppps! Un pequeño error. Qué morro!
Sinceramente, lo de arriba no es nada nuevo, aunque el grado sí es superior. Para mi consuelo, leí hace unos días una frase que decía: Dios protege al estúpido... y a EEUU. Y para luchar contra los medios, la Maquinaria Clinton, Soros y asociados, teniendo a veces republicanos díscolos de aliados, uno debe necesitar una inspiración divina con el Twitter. O quizás aplique mejor la frase de Lincoln: “Uno puede engañar a algunos muchas veces. Y a muchos algunas veces. Pero uno no puede engañar a muchos, muchas veces”.
Una encuesta reciente de Gallup indica que la confianza en los medios de comunicación entre los votantes demócratas es del 51%. Entre los votantes independientes, del 30% y entre los republicanos, del 14%. No hay que ser un académico de un “think tank” para concluir que los medios tienen más sintonía con los demócratas que con los demás. Y es de conocimiento común que el 80% de los periodistas votan por el partido demócrata. En adición, PEW Research hizo un estudio sobre Winning the Media Campaign 2008 (Ganando los Medios 2008) en el que muestra que los medios dieron un tono positivo a un 36% de la cobertura sobre el candidato Obama. Mientras que McCain tuvo un 15%. Y la cobertura con tono negativo de Obama fue del 29%, mientras que la de McCain del 57%. Concluyendo, Obama salió favorecido el doble de veces y desfavorecido la mitad. No es cuestión de apreciación o percepción. La evidencia de la tendenciosidad de los medios es brutal. Y ha sido así desde los años setenta.
En 2016, como es natural, se volcaron hacia la Primera Mujer en la Casa Blanca, como si mujer fuera sinónimo de competente. Y, of course, en contra del billonario impresentable Trump. Repito que no soy un defensor de la “persona” de Donald Trump, pero, sinceramente, hay que admitir que debió hacer maravillas con el Twitter. Los que pensaban que la pluma es más poderosa que la espada se han quedado en fase de negación. Han sido los medios, y no tanto Hillary, los grandes perdedores de las elecciones, porque con todo su peso no han podido ponerle por encima de los 269 votos electorales contra uno que nunca ha participado en elecciones y ha gastado la mitad que ella en la campaña.
Ni los medios, ni los demócratas y menos Obama, van a tumbarse ahora y hacerse los muertos, como ya lo estamos viendo. Su fase de negación ha generado una serie de pataleos, comenzando con retrasar la formalización de los ministros por mediación de tecnicismos del Senado. Pero al final saben que no tienen los votos y estas manipulaciones no son otra cosa que teatro kabuki para sus bases. (Frase del analista Charles Krathaumer). Trump tiene la mitad de los ministros confirmados que Obama tuvo durante los 10 primeros días. Ni son demócratas, ni tienen clase, ni saben perder. Obama también ha sido otro de los grandes perdedores y ahora ve que su legado se está esfumando de la misma forma como lo quiso construir. A base de decretos ejecutivos. El que ha hierro mata...
Pero claro, cuando Trump da una orden de parar la entrada de visitantes de siete países en los cuales hay una enorme cantidad de islamistas radicales en pie de guerra, como son Siria, Yemen, Iran, Irak, Libia, Sudan y Somalia, Obama, los medios, los demócratas y algunos líderes europeos, inician una falsa noticia acusando a Trump de estar prohibiendo la entrada a una religión, el Islam. Si se critica la política de Obama, es racismo y si se actúa con prudencia en las fronteras para defender de la posibilidad de un ataque terrorista, se considera prohibición del Islam. Si ello fuera verdad, países con mayoría musulmana que tienen libre su entrada en USA son otros nueve, incluyendo Pakistan, Indonesia, Egipto, Turquia.... deberían estar en la lista. Pero no lo están. Por lo tanto, la acusación es una injuria.
Está claro también, como lo indica hasta el renombrado abogado demócrata de Harvard, Alan Dershowitz, que Trump está es su total derecho de verificar el historial de cada visitante y detenerlos temporalmente si es necesario. Eso es algo básico para las visas. Conozco a colombianos que los detienen cada vez que entran. Una es una sobrina de 15 años nacida en USA. Y lo que hizo la fiscal provisional Sally Yates, fue otra obra de teatro kabuki y lograr así sus 15 minutos de fama, ya que desobedeció una orden totalmente legal y constitucional. De todas formas, ello no ha frenado a los perdedores a saltar a la calle con pancartas, llenar las primeras páginas con fotos del caos y escribir las mal-informadas declaraciones de hasta Angela Merkel. Quizás sea Angela la que debería medir su boca, ya que los alemanes no están experimentando sus mejores tiempos con los emigrantes y refugiados que han acogido.
Las falsas noticias en los medios han llegado a tal nivel que a Trump le ponen en hoteles rusos con prostitutas y a su asistente en una reunión con rusos en Praga, cuando estuvo en un campo de beisbol con su hijo en California. Uuuppps! Un pequeño error. Qué morro!
Sinceramente, lo de arriba no es nada nuevo, aunque el grado sí es superior. Para mi consuelo, leí hace unos días una frase que decía: Dios protege al estúpido... y a EEUU. Y para luchar contra los medios, la Maquinaria Clinton, Soros y asociados, teniendo a veces republicanos díscolos de aliados, uno debe necesitar una inspiración divina con el Twitter. O quizás aplique mejor la frase de Lincoln: “Uno puede engañar a algunos muchas veces. Y a muchos algunas veces. Pero uno no puede engañar a muchos, muchas veces”.