El Ayuntamiento de extrema-izquierda de Barcelona ha permitido que la organización ecologista Greenpeace, también de extrema-izquierda, haya enlodado y pintado con dos toneladas de pintura un sol de 50 metros de diámetro en la plaza Francesc Macià de Barcelona para “reivindicar las energías renovables”.

Con esta acción delictiva, que se define como una “protesta”, Greenpeace dice querer poner de manifiesto la “falta de responsabilidad del Gobierno central para cumplir con los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París, para recordar que la energía limpia es un derecho y reclamar la eliminación del 'impuesto al sol’".