El trilerismo "demócrata" de la memoria histórica
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Este es el relato del mayor ejercicio de cinismo que ha conocido la historia contemporánea de los hombres, y que asombra por seguir vivo, aún.
Un cinismo que nace en la inquina de quienes se saben perdedores ante la historia y ante sí mismos, fiduciarios de una ideología genocida y catastrófica, cuyo único haber ha sido el crimen y el golpe de Estado, el pucherazo, el asesinato político y la quiebra de todas las naciones que gobernaron, mientras como el peor de los trileros (santo oficio comparado con ellos) vendían democracia por dictadura, derechos por tiranía y progreso por ruina y miseria.
El 17 de Julio de 1936, mi abuelo y sus compañeros de armas, en un acto de responsabilidad militar a su juramento, y de heroísmo ante la situación política de España, se rebelaron contra el Frente Popular, una coalición de partidos marxistas afanados en importar la dictadura del proletariado soviética, que tras reventar las elecciones de febrero de 1936, soltaron de las cárceles a todos los asesinos criminales que habían protagonizado el anterior golpe de Estado de izquierdas, conocido por revolución de octubre.
Este fue diseñado, financiado y armado por el PSOE de Largo Caballero y Prieto, y desarmado por el general Franco, el general Casado y el general Batet, en el ejercicio de sus funciones castrenses y a las órdenes del presidente de la II República, D. Niceto Alcalá Zamora, haciendo prevalecer la legalidad aún vigente, y que desapareció en febrero de 1936, cuyo último y agonizante estertor fue el asesinato de D. José Calvo Sotelo, líder de la oposición, anunciado en cortes de viva voz por la comunista Dolores Ibárruri ante José Tarradellas y otros, que dieron fe de tal suceso.
Desde hace 40 años, tras llegar la democracia, la transición y el perdón, los protagonistas de la guerra civil, vencedores y vencidos, decidieron hacer tabla rasa de lo ocurrido en la II Republica que desembocó en la guerra civil e intentar de nuevo otro ejercicio de democracia, tras la fallida II República, que como todos saben llegó tras unas elecciones fraudulentas que ganaron por mayoría absoluta los monárquicos, cuyos resultados jamás se publicaron, y que a solo tres semanas de llegar se estrenó quemando por España cerca de 300 templos cristianos.
Para quienes hoy, agarrados a la cainita ley de memoria histórica que Rajoy no derogó, pretenden reivindicarse como herederos de esos marxistas (jamás demócratas) y darnos lecciones de derechos y señalar - desde su falso púlpito de pureza política nacida de una verdad impostada - a quienes estuvieron con el franquismo, recordar que hoy se ponen calles, colegios y plazas públicas a asesinos de retaguardia (Marcos Ana), torturadores de checas (Alberti) genocidas de Paracuellos (Carrillo), o a quienes dieron la orden (Pasionaria) de matar al líder de la oposición, secuestrado en su casa de noche y asesinado de dos tiros por la espalda en la nuca, mientras se levantan estatuas al Lenin español (Largo Caballero).
La memoria histórica está fresca y documentada en los que somos hijos del legado de la España de Franco, un país sin analfabetos. La gran biblioteca del mundo libre esta al alcance de todos en un simple smartphone, se llama Internet, un invento más del próspero capitalismo y la libertad de mercado que hasta la China comunista practica, mientras quienes aún persisten en el error socialista igualitario, hacen agonizar a sus pueblos bajo la tiranía chavista, coreana o castrista, todas comunistas, presumiendo de demócratas.
Ya no engañáis a nadie. Vuestros lemas no buscan la concordia sino la discordia civil y la inquina totalitaria del "tu odio mi sonrisa". Hoy, vuestra pretendida condición de demócratas a sueldo de Irán o pagados por sus socios iberoamericanos del chavismo deja de ser creíble cuando señaláis a judíos, defendéis el islam y saludáis de modo chirriante a semejantes regímenes criminales, travestidos de LGTB, mientras se ahorcan homosexuales en las tiranías árabes que os financian y jaleáis al Che Guevara, ese homofobo confeso de gatillo fácil.
La historia os colocó en vuestro sitio, y pronto los hechos, los votos y la memoria histórica os devolverán al lugar de donde provenís si no os enmendáis, ni os moderáis y persistís: El último tomo de la historia de los crímenes del comunismo que aun reivindicáis, mientras llamáis democracia marxista leninista lo que fue, es y será la peor de las dictaduras que jamás conoció la humanidad, ese oxímorón que os atrevéis a llamar progresismo.
Desde la amordazada pluma heterosexual de @Verdadesofenden que decenas de trolls reportaron hasta bloquear (por poco tiempo) os escribió @Ofendelaverdad
Este es el relato del mayor ejercicio de cinismo que ha conocido la historia contemporánea de los hombres, y que asombra por seguir vivo, aún.
Un cinismo que nace en la inquina de quienes se saben perdedores ante la historia y ante sí mismos, fiduciarios de una ideología genocida y catastrófica, cuyo único haber ha sido el crimen y el golpe de Estado, el pucherazo, el asesinato político y la quiebra de todas las naciones que gobernaron, mientras como el peor de los trileros (santo oficio comparado con ellos) vendían democracia por dictadura, derechos por tiranía y progreso por ruina y miseria.
El 17 de Julio de 1936, mi abuelo y sus compañeros de armas, en un acto de responsabilidad militar a su juramento, y de heroísmo ante la situación política de España, se rebelaron contra el Frente Popular, una coalición de partidos marxistas afanados en importar la dictadura del proletariado soviética, que tras reventar las elecciones de febrero de 1936, soltaron de las cárceles a todos los asesinos criminales que habían protagonizado el anterior golpe de Estado de izquierdas, conocido por revolución de octubre.
Este fue diseñado, financiado y armado por el PSOE de Largo Caballero y Prieto, y desarmado por el general Franco, el general Casado y el general Batet, en el ejercicio de sus funciones castrenses y a las órdenes del presidente de la II República, D. Niceto Alcalá Zamora, haciendo prevalecer la legalidad aún vigente, y que desapareció en febrero de 1936, cuyo último y agonizante estertor fue el asesinato de D. José Calvo Sotelo, líder de la oposición, anunciado en cortes de viva voz por la comunista Dolores Ibárruri ante José Tarradellas y otros, que dieron fe de tal suceso.
Desde hace 40 años, tras llegar la democracia, la transición y el perdón, los protagonistas de la guerra civil, vencedores y vencidos, decidieron hacer tabla rasa de lo ocurrido en la II Republica que desembocó en la guerra civil e intentar de nuevo otro ejercicio de democracia, tras la fallida II República, que como todos saben llegó tras unas elecciones fraudulentas que ganaron por mayoría absoluta los monárquicos, cuyos resultados jamás se publicaron, y que a solo tres semanas de llegar se estrenó quemando por España cerca de 300 templos cristianos.
Para quienes hoy, agarrados a la cainita ley de memoria histórica que Rajoy no derogó, pretenden reivindicarse como herederos de esos marxistas (jamás demócratas) y darnos lecciones de derechos y señalar - desde su falso púlpito de pureza política nacida de una verdad impostada - a quienes estuvieron con el franquismo, recordar que hoy se ponen calles, colegios y plazas públicas a asesinos de retaguardia (Marcos Ana), torturadores de checas (Alberti) genocidas de Paracuellos (Carrillo), o a quienes dieron la orden (Pasionaria) de matar al líder de la oposición, secuestrado en su casa de noche y asesinado de dos tiros por la espalda en la nuca, mientras se levantan estatuas al Lenin español (Largo Caballero).
La memoria histórica está fresca y documentada en los que somos hijos del legado de la España de Franco, un país sin analfabetos. La gran biblioteca del mundo libre esta al alcance de todos en un simple smartphone, se llama Internet, un invento más del próspero capitalismo y la libertad de mercado que hasta la China comunista practica, mientras quienes aún persisten en el error socialista igualitario, hacen agonizar a sus pueblos bajo la tiranía chavista, coreana o castrista, todas comunistas, presumiendo de demócratas.
Ya no engañáis a nadie. Vuestros lemas no buscan la concordia sino la discordia civil y la inquina totalitaria del "tu odio mi sonrisa". Hoy, vuestra pretendida condición de demócratas a sueldo de Irán o pagados por sus socios iberoamericanos del chavismo deja de ser creíble cuando señaláis a judíos, defendéis el islam y saludáis de modo chirriante a semejantes regímenes criminales, travestidos de LGTB, mientras se ahorcan homosexuales en las tiranías árabes que os financian y jaleáis al Che Guevara, ese homofobo confeso de gatillo fácil.
La historia os colocó en vuestro sitio, y pronto los hechos, los votos y la memoria histórica os devolverán al lugar de donde provenís si no os enmendáis, ni os moderáis y persistís: El último tomo de la historia de los crímenes del comunismo que aun reivindicáis, mientras llamáis democracia marxista leninista lo que fue, es y será la peor de las dictaduras que jamás conoció la humanidad, ese oxímorón que os atrevéis a llamar progresismo.
Desde la amordazada pluma heterosexual de @Verdadesofenden que decenas de trolls reportaron hasta bloquear (por poco tiempo) os escribió @Ofendelaverdad