Según un estudio del Centro de Psicología Religiosa de la Universidad Católica de Lovaina (UCL)
Las personas religiosas son más tolerantes que las que se declaran ateas
![[Img #11806]](upload/img/periodico/img_11806.png)
Un equipo del Centro de Piscología de la Religión de la Universidad Católica de Lovaina (UCL) ha realizado una amplia investigación sobre varios aspectos relacionados con la mente abierta y la tolerancia, y ha concluído que, a pesar de la creencia generalizada, las personas que se declaran ateas o agnósticas integran peor que los creyentes las distintas filosofías y puntos de vista, es decir, son más intolerantes a aceptar que otras opiniones o puntos de vista sean las correctas.
La investigación se basaba en cuatro premisas de referencia: aborto, adopción gay, eutanasia y suicidio, y ha analizado las creencias y los comportamientos psicológicos de 788 personas del Reino Unido, Francia y España. Concretamente, el grupo seleccionado para la investigación estaba formado por 445 ateos y agnósticos, 255 cristianos y 37 budistas, musulmanes y judíos.
“Reconocemos que hay que tener cuidado con las conclusiones, porque esto es sólo un primer estudio”, ha aclarado Filip Uzarevic, uno de los tres psicólogos de la UCL que han llevado a cabo el experimento, quien afirma que estos resultados sugieren claramente que las personas religiosas tienen una mayor apertura a otras perspectivas diferentes.
El estudio, que ha sido avanzado por la revista “Science”, investigaba tres aspectos relacionados con la rigidez mental (dogmatismo, intolerancia de puntos de vista opuestos y disposición a aceptar otros puntos de vista). Según Filip Uzarevic, el nivel del segundo y tercer punto es superior en ateos y agnósticos.
Los investigadores concluyen que ateos y agnósticos se consideran a sí mismos como más abiertos de mentes que los religiosos. “Sin embargo, según esta investigación, están menos dispuestos a reconocer diferentes y opiniones e ideas que los creyentes, ya que estos tienen más capacidad de escuchar e integrar diferentes puntos de vista”, subraya Uzarevic.
Otra de las conclusiones a las que llega el trabajo es que el patrón fundamental por el que se configuran las opiniones es el rigorismo moral no interpersonal, o dicho de otra manera, la moral colectivista era la característica clave para estar a favor o en contra del aborto, la adopción gay, la eutanasia y el suicidio.
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Un equipo del Centro de Piscología de la Religión de la Universidad Católica de Lovaina (UCL) ha realizado una amplia investigación sobre varios aspectos relacionados con la mente abierta y la tolerancia, y ha concluído que, a pesar de la creencia generalizada, las personas que se declaran ateas o agnósticas integran peor que los creyentes las distintas filosofías y puntos de vista, es decir, son más intolerantes a aceptar que otras opiniones o puntos de vista sean las correctas.
La investigación se basaba en cuatro premisas de referencia: aborto, adopción gay, eutanasia y suicidio, y ha analizado las creencias y los comportamientos psicológicos de 788 personas del Reino Unido, Francia y España. Concretamente, el grupo seleccionado para la investigación estaba formado por 445 ateos y agnósticos, 255 cristianos y 37 budistas, musulmanes y judíos.
“Reconocemos que hay que tener cuidado con las conclusiones, porque esto es sólo un primer estudio”, ha aclarado Filip Uzarevic, uno de los tres psicólogos de la UCL que han llevado a cabo el experimento, quien afirma que estos resultados sugieren claramente que las personas religiosas tienen una mayor apertura a otras perspectivas diferentes.
El estudio, que ha sido avanzado por la revista “Science”, investigaba tres aspectos relacionados con la rigidez mental (dogmatismo, intolerancia de puntos de vista opuestos y disposición a aceptar otros puntos de vista). Según Filip Uzarevic, el nivel del segundo y tercer punto es superior en ateos y agnósticos.
Los investigadores concluyen que ateos y agnósticos se consideran a sí mismos como más abiertos de mentes que los religiosos. “Sin embargo, según esta investigación, están menos dispuestos a reconocer diferentes y opiniones e ideas que los creyentes, ya que estos tienen más capacidad de escuchar e integrar diferentes puntos de vista”, subraya Uzarevic.
Otra de las conclusiones a las que llega el trabajo es que el patrón fundamental por el que se configuran las opiniones es el rigorismo moral no interpersonal, o dicho de otra manera, la moral colectivista era la característica clave para estar a favor o en contra del aborto, la adopción gay, la eutanasia y el suicidio.











