Entrevista a Miklós Cseszneky, experto en Relaciones Internacionales
"En Cataluña pueden surgir grupos terroristas inspirados en ETA"
Si Cataluña se independiza, será gracias a la abulia e incuria de Mariano Rajoy
¿Cree que Cataluña podrá independizarse?
Probablemente, no. España cuenta con todos los recursos necesarios para defender su integridad territorial. Quizá la única incógnita es si el Gobierno central está dispuesto a tomar las medidas necesarias para impedir la secesión. Hasta ahora, el poder ejecutivo español se ha limitado a delegar el manejo del conflicto político-constitucional en las manos de los tribunales, como si se tratase de un simple conflicto administrativo. Su principal objetivo es intentar amainar la tensión, y su estrategia se basa en aguardar y postergar las decisiones críticas. El Gobierno tendrá sus razones, pero también se arriesga mucho por no querer arriesgarse: si Cataluña se independiza, será gracias a la abulia e incuria de Mariano Rajoy.
¿Qué tipo de reconocimiento internacional tendría una república catalana independiente? ¿Podría seguir siendo miembro de la Unión Europea?
El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, ya avisó sobre las consecuencias que tendría una hipotética independencia de Cataluña, haciendo hincapié en que toda acción en contra de la constitución de un estado miembro sería considerada una acción en contra del marco legal de toda la Unión Europea. Además, cabe recordar que ni siquiera una Escocia soberana habría podido mantener su membresía en el bloque, si en el referéndum de 2014 hubieran ganado los partidarios de la independencia, pese a que esta consulta fue completamente legal, según las leyes británicas.
Si los líderes catalanes lograran que la independencia de facto fuera un hecho consumado, Cataluña se encontraría completamente aislada.
¿Al igual que Kosovo al declarar su independencia?
Kosovo, aunque no fuera reconocido por muchas naciones – entre ellas, España, Eslovaquia, Rumanía y Rusia – sí que obtuvo amplio reconocimiento internacional por parte de los países del primer mundo, entre ellos los Estados Unidos y la mayoría de los países de la Unión Europea. En cambio, la situación de una República Catalana autoproclamada sería más parecida a las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk, dos entidades prorrusas en el este de Ucrania, o a la República Turca del Norte de Chipre, que ha sido reconocida solamente por Turquía.
Todos esos territorios mencionados tienen un protector, ya sea Rusia o Turquía. ¿Con quién podría contar Cataluña?
Inicialmente ,con nadie. Sin embargo, al igual que en el mundo de la física, en las relaciones del poder tampoco puede haber un vacío por demasiado tiempo.
Según un sondeo reciente, en la Comunidad Autónoma de Cataluña el apoyo a la izquierda es un 30% superior al resto de España. Podríamos decir que, en paralelo al proceso independentista, está ocurriendo un proceso de "izquierdización" dentro de la sociedad catalana. Esta tendencia social podría empujar a un gobierno catalán completamente aislado a establecer algún tipo de alianza con el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), un grupo regional de Latinoamérica liderado por Venezuela y compuesto por Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y otros países más pequeños. Irónicamente, sería el castellano la lengua común que facilitaría esas relaciones. Además, algunos líderes de la ultraizquierda catalana ya llevan muchos años manteniendo lazos estrechos con el régimen venezolano.
También cabe la posibilidad de que Rusia o China aprovechen la situación, pero lo más probable es que - quizá paralelamente con la posibilidad de la mencionada alianza con los gobiernos neomarxistas de Hispanoamérica - sean algunos países musulmanes y movimientos islamistas los que intenten construir una cabecera de puente en una Cataluña independiente. La comunidad autonóma ya hace tiempo que se ha convertido en un hervidero del vahabismo, así que con el dinero de las monarquías petroleras del Golfo Pérsico y aprovechando la ola migratoria, podrían ampliar y multiplicar las ya existentes bases sociales del islamismo radical.
Usted acaba de describir las posibles consecuencias de una hipotética independencia. En su opinión, ¿qué futuro les espera a los catalanes si el independismo fracasa? ¿Contempla la posibilidad de una guerra civil?
El gobierno central, si quiere preservar la unidad de España, tarde o temprano tendrá que tomar cartas en el asunto. Pese a los vaticinios más pesimistas, yo no creo que la intervención de las fuerzas del orden acabe en una guerra civil. La Generalidad catalana no tiene fuerzas armadas, y aunque entre el personal de la policía catalana, los Mossos d'Esquadra, haya simpatizantes del independismo, unos individuos no podrán hacer frente a todo un ejército.
Al mismo tiempo, dada la extrema polarización de la sociedad catalana, una mitad a favor, la otra en contra de la independencia, me temo que habrá actos violentos. Por ejemplo, si grupos independistas intentan impedir la detención de políticos o funcionarios imputados por sedición o prevaricación. Grosso modo, la realidad catalana se asemejará cada vez más a los momentos más difíciles del terrorismo vasco o a los "Troubles” en Irlanda del Norte. La Policía y la Guardia Civil han acumulado una amplia experiencia con similares conflictos violentos en el País Vasco y podrán controlar la situación. Sin embargo, el descontento irrefrenable de algunos sectores nacionalistas de la población catalana puede acarrear graves consecuencias, entre ellas la formación de grupos terroristas inspirados en el ETA vasco o en el IRA norirlandés.
¿Cree que Cataluña podrá independizarse?
Probablemente, no. España cuenta con todos los recursos necesarios para defender su integridad territorial. Quizá la única incógnita es si el Gobierno central está dispuesto a tomar las medidas necesarias para impedir la secesión. Hasta ahora, el poder ejecutivo español se ha limitado a delegar el manejo del conflicto político-constitucional en las manos de los tribunales, como si se tratase de un simple conflicto administrativo. Su principal objetivo es intentar amainar la tensión, y su estrategia se basa en aguardar y postergar las decisiones críticas. El Gobierno tendrá sus razones, pero también se arriesga mucho por no querer arriesgarse: si Cataluña se independiza, será gracias a la abulia e incuria de Mariano Rajoy.
¿Qué tipo de reconocimiento internacional tendría una república catalana independiente? ¿Podría seguir siendo miembro de la Unión Europea?
El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, ya avisó sobre las consecuencias que tendría una hipotética independencia de Cataluña, haciendo hincapié en que toda acción en contra de la constitución de un estado miembro sería considerada una acción en contra del marco legal de toda la Unión Europea. Además, cabe recordar que ni siquiera una Escocia soberana habría podido mantener su membresía en el bloque, si en el referéndum de 2014 hubieran ganado los partidarios de la independencia, pese a que esta consulta fue completamente legal, según las leyes británicas.
Si los líderes catalanes lograran que la independencia de facto fuera un hecho consumado, Cataluña se encontraría completamente aislada.
¿Al igual que Kosovo al declarar su independencia?
Kosovo, aunque no fuera reconocido por muchas naciones – entre ellas, España, Eslovaquia, Rumanía y Rusia – sí que obtuvo amplio reconocimiento internacional por parte de los países del primer mundo, entre ellos los Estados Unidos y la mayoría de los países de la Unión Europea. En cambio, la situación de una República Catalana autoproclamada sería más parecida a las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk, dos entidades prorrusas en el este de Ucrania, o a la República Turca del Norte de Chipre, que ha sido reconocida solamente por Turquía.
Todos esos territorios mencionados tienen un protector, ya sea Rusia o Turquía. ¿Con quién podría contar Cataluña?
Inicialmente ,con nadie. Sin embargo, al igual que en el mundo de la física, en las relaciones del poder tampoco puede haber un vacío por demasiado tiempo.
Según un sondeo reciente, en la Comunidad Autónoma de Cataluña el apoyo a la izquierda es un 30% superior al resto de España. Podríamos decir que, en paralelo al proceso independentista, está ocurriendo un proceso de "izquierdización" dentro de la sociedad catalana. Esta tendencia social podría empujar a un gobierno catalán completamente aislado a establecer algún tipo de alianza con el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), un grupo regional de Latinoamérica liderado por Venezuela y compuesto por Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y otros países más pequeños. Irónicamente, sería el castellano la lengua común que facilitaría esas relaciones. Además, algunos líderes de la ultraizquierda catalana ya llevan muchos años manteniendo lazos estrechos con el régimen venezolano.
También cabe la posibilidad de que Rusia o China aprovechen la situación, pero lo más probable es que - quizá paralelamente con la posibilidad de la mencionada alianza con los gobiernos neomarxistas de Hispanoamérica - sean algunos países musulmanes y movimientos islamistas los que intenten construir una cabecera de puente en una Cataluña independiente. La comunidad autonóma ya hace tiempo que se ha convertido en un hervidero del vahabismo, así que con el dinero de las monarquías petroleras del Golfo Pérsico y aprovechando la ola migratoria, podrían ampliar y multiplicar las ya existentes bases sociales del islamismo radical.
Usted acaba de describir las posibles consecuencias de una hipotética independencia. En su opinión, ¿qué futuro les espera a los catalanes si el independismo fracasa? ¿Contempla la posibilidad de una guerra civil?
El gobierno central, si quiere preservar la unidad de España, tarde o temprano tendrá que tomar cartas en el asunto. Pese a los vaticinios más pesimistas, yo no creo que la intervención de las fuerzas del orden acabe en una guerra civil. La Generalidad catalana no tiene fuerzas armadas, y aunque entre el personal de la policía catalana, los Mossos d'Esquadra, haya simpatizantes del independismo, unos individuos no podrán hacer frente a todo un ejército.
Al mismo tiempo, dada la extrema polarización de la sociedad catalana, una mitad a favor, la otra en contra de la independencia, me temo que habrá actos violentos. Por ejemplo, si grupos independistas intentan impedir la detención de políticos o funcionarios imputados por sedición o prevaricación. Grosso modo, la realidad catalana se asemejará cada vez más a los momentos más difíciles del terrorismo vasco o a los "Troubles” en Irlanda del Norte. La Policía y la Guardia Civil han acumulado una amplia experiencia con similares conflictos violentos en el País Vasco y podrán controlar la situación. Sin embargo, el descontento irrefrenable de algunos sectores nacionalistas de la población catalana puede acarrear graves consecuencias, entre ellas la formación de grupos terroristas inspirados en el ETA vasco o en el IRA norirlandés.