El Gobierno golpista de Cataluña tiene previsto quedarse con casi 300 trenes de Renfe cuando “el Estado catalán sea una realidad”. Así se desprende al menos de los informes que maneja el sedicioso Gobierno autonómico, basados en las conclusiones publicadas tras la Convención de Viena de 1983, en la que se trató la ‘Sucesión de Estados en Materia de Bienes, Archivos y Deudas’. Según informa la web Ferroguía, “los trenes que circulan en la red catalana serían considerados por la nueva autoridad nacional como bienes muebles, y como tal, por un criterio de territorialidad, pasarían al nuevo Estado para no perjudicar a los servicios públicos catalanes”.

La misma publicación asegura que “las autoridades secesionistas cuentan con algunos pronunciamientos del Consejo Asesor para la Transición Nacional, y tras su lectura consideran que no se debe realizar compensación económica alguna a España para conseguir la titularidad, o la cesión directa, de estos trenes”.
 

De hecho, el Ejecutivo golpista contempla una transferencia automática una vez declarada la independencia para garantizar la normalidad en el transporte público del nuevo país. “En números redondos, se trataría de la incautación de 275 trenes a Renfe Viajeros, ya que los servicios actuales en Cataluña se cubren con más de 200 unidades para Cercanías-Rodalies, y alrededor de 70 composiciones para las relaciones de Media Distancia. A este material sumaría el Ejecutivo catalán el válido para los servicios interprovinciales de Alta Velocidad, tres trenes de la serie 114.