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Miércoles, 13 de Septiembre de 2017 Tiempo de lectura:

Día a día ¡Adelante toa! 14 de septiembre

EL ANFITEATRO ROMANO


Tal día como hoy, pero de 1968, en las excavaciones arqueológicas que se están realizando en la Plaza de Toros se encuentra un pendiente de oro en un estrato de “basuras iberas” muy anterior a la construcción del anfiteatro. Estos pendientes helenísticos de difícil datación son anteriores a la fundación de Quart-Hadash. Cuando los reyes de España visitaron el Teatro Romano. Doña Sofía que, meses antes se había interesado por este yacimiento pidiendo al consistorio que se le mantuviera informada de los progresos de las excavaciones, recibió como regalo un juego de pendientes réplica del encontrado. La reina prometió volver a Cartagena, a condición de venir con calzado deportivo para poder visitar en profundidad todos los yacimientos arqueológicos de la ciudad.


El Anfiteatro, es posiblemente el único edifico romano que nunca ha desaparecido, a pesar de que en su azarosa vida se ha hecho todo lo posible y aún más, para borrarlo del mapa.
 

Sus piedras se hallan esparcidas por toda la ciudad, el Cabildo lo tuvo desde tiempo inmemorial como cantera para la construcción de diversos edificios como la Puerta de la Villa, la torre de la Catedral o el convento de San Diego, levantado a principios del siglo XVII. Del anfiteatro salieron a finales del siglo XVIII los materiales para rellenos y terraplenes del Jardín Botánico, perteneciente a la Marina de Guerra Española. El jardín se ubicó en las faldas del cabezo de los Moros.
 

En 1752 se inician junto al Anfiteatro las obras del Hospital de Marina, cinco años después dan comienzo las obras del primer cementerio del Hospital que estaba ubicado sobre las ruinas de nuestro edificio. Poco más de 20 años estuvo funcionando este camposanto, hasta que en 1775 se cierra y traslada a un nuevo cementerio construido en Santa Lucía que llevará el nombre de “La Encarnación del Señor”.
 

En 1762 se inaugura el Hospital de Marina y cuatro años más tarde mediante Real Orden se inicia la construcción de un anfiteatro de autopsias junto al Real Hospital de Marina para las prácticas de los médicos de la Armada. Ordenando que todos los médicos de la marina que desembarquen en Cartagena deban asistir al anfiteatro de autopsias del Hospital de Marina para recordar y practicar lo que aprendieron en sus colegios. Este pabellón de autopsias es uno de los primeros anfiteatros forenses de España y sin duda el escenario perfecto para el futuro centro de interpretación del anfiteatro romano.
 

En 1853 se inician las obras de la Plaza de Toros aprovechando la cimentación del anfiteatro romano. Al año siguiente se inauguraría el coso taurino más antigua de la Región con una corrida en la que actuaron los maestros Cuchares y Manuel Arjona. Mucho más tarde, poco antes de su ruina, se le dio el nombre de Plaza de Ortega Cano. Luego el silencio y la ruina. Y por fin: los andamios, esos andamios que se hicieron eternos. Al principio el alquiler de esos andamios lo pagaba la Comunidad Autónoma a través de la misma empresa que gestionaba el Auditorio Víctor Villegas, pero la Comunidad se cansó de pagar los 30.000 euros mensuales y le pasó la obligación al Ayuntamiento que consiguió rebajar este alquiler a solo 3.000. Se hicieron preguntas públicas que nunca fueron respondidas en público.
 

Luego vino el proyecto de desenterrarlo para que sirviera de “decorado” de un museo de arte “muy cool” como gustaba decir el Consejero de Cultura de aquella época. La Comunidad Autónoma tenía proyectado aprovechar el coso para hacer un “remix” juntando bajo una especie de tarta de plástico la excavación del anfiteatro a un museo de Arte Contemporáneo. Otra monumental “fagocitosis monumental” a la que nos tenía acostumbrados los políticos del momento. Afortunadamente la Crisis se llevó este proyecto y el tiempo al Consejero.
 

En 2013 de la mano de la asociación Convergencia Cívica de Cartagena, un centenar de personas se manifiestan ante las ruinas de la antigua Plaza de Toros para pedir la puesta en valor del anfiteatro romano que está bajo sus cimientos. Desde entonces han sido cinco los abrazos que se ha dado al monumento.
 

Y por fin, hoy el Anfiteatro parece que va a tener Plan Director para ser excavado y recuperado, e incluso hay fondos de la CARM, fondos insuficientes para la importancia del monumento y la envergadura del proyecto. Apenas 100.000 euros que nunca se acaban de liberar para poder empezar. Esperemos que se liberen antes de final de año, ¡no vaya a ser que se pierdan!

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