¿Quo vadis Hispania?
![[Img #12232]](upload/img/periodico/img_12232.jpg)
Me sitúo entre dos caminos que he recorrido, me paro, miro hacia atrás antes de elegir otro camino hacia el fututo inmediato.
Siempre he creído que el largo, cruel y tortuoso camino del conflicto vasco nos había hecho más sabios. Siempre he aplicado la lógica del conocimiento para advertir, sin sorpresas, lo que me espera. Del primer camino aprendí que hay momentos en los que un largo conflicto, dónde se mezclan toda suerte de espirales, mentiras, miserables negocios, víctimas, adoctrinamientos y errores, siempre termina por imponer la victoria del más fuerte. Del segundo camino aprendí que iluminados con poder son capaces de instalar en una sociedad esa emoción contagiosa que lleva, a lo que la perspectiva del tiempo y cambios de protagonistas, se verá como una delgada línea que une romanticismo, alienación, paranoia y cenizas con las que alguno pretenderá, con el paso del tiempo, volver a encender el fuego.
La pereza de los gobernantes, cómodamente instalados en una mayoría absoluta como nunca se había dado en Hispania, fruto de errores y una crisis en la que el más obsceno capitalismo se instala, retroalimenta y justifica la teoría de la globalización imparable y necesaria, sostenido por los gurús de la economía, nos ha llevado a un mundo con más desigualdades, desequilibrios y distancias entre una minoría que acumula la inmensa riqueza, mientras la mayoría pelea por la subsistencia.
La pereza del PP, dedicado a "sus negocios", ha impedido que la vieja Hispania emprendiera el camino de la regeneración y las reformas que el nuevo siglo necesita para la demanda del ciudadano -sujeto de derechos-, y así Hispania mantiene un ordenamiento legal, legítimo pero inservible para afrontar los cambios que se han instalado en el mundo occidental, mientras nos invitan a competir y convivir con el mundo oriental. Todavía me indigna un debate con cierto personaje de la CEOE que trataba paternalmente de convencerme: "tenemos que competir con los chinos, hindúes y brasileños". Pero, ¿no habíamos quedado en que la cultura occidental se basaba en liberar a los parias y dotarlos de los derechos sociales que definen a la ciudadanía señalada en las Constituciones?.
Dicho todo esto, me centro en Cataluña. Desde 1978 en el Condado se han dado las siguientes circunstancias.
1. Régimen económico sumamente protegido por la dictadura, que provoca la emigración de los españolitos pobres, atrasados, dependientes del sector primario en la economía.
2. Participación entusiasta para la elaboración del bloque Constitucional -Constitución Española y Estatuto de Salt- , así como colaboracionismo total, primero con UCD y luego con PSOE, todo ello para seguir disfrutando trato de usía.
3. Gobiernos -Generalitat- de derechas preñados de pragmatismo. Todos querían parecerse a Cambó. "Lo que no son pesetas, son puñetas". Y así surge la estirpe de los Pujol, que lo primero que hacen es enterrar a Tarradellas y ponerle la cáscara de plátano a Roca para que se estrelle. No importa gastar, pues saben que será Madrid quien tape los agujeros negros - Sanidad, Banca Catalana, Textil, etc.- Por eso no quisieron Concierto Económico -supone autonomía para lo bueno y lo malo en la administración de ingresos y gastos- Por eso se apresuraron a exigir la Sanidad, ya que creían que estaban ante el gran negocio de convertir un derecho en una mercancía.
4. Observaban lo que pasaba en Euskadi. Aprendieron como se caminaba hacia la independencia pero evitando la violencia, pactando -seny-, adoctrinando, haciéndose querer, desarrollando la teoría del "Estado plurinacional", que no necesitaba modificar la Constitución Española, bastaba con otra interpretación más posibilista -la que hizo Herrero de Miñón, cuando definió a la Comunidades como "fragmentos de Estado".
5. Y se presenta la oportunidad. Primero con el nefasto Gobierno tripartito que sume a Cataluña en la bancarrota. Segundo con el Gobierno de ZP dónde hasta Pepiño Blanco -un pailán endomingado- logra ser como el Conde Duque de Olivares. Tercero, en medio de la tormenta por la corrupción -el problema no es robar, el problema es que te pillen- se sienten traicionados, ya que los negocios de toda índole, con altas instancias del Estado, dejan de ser salvoconducto para la impunidad, desatándose una refriega generalizada que da lugar a lo que deberíamos denominar "Estado del cohecho".
6. Para mejor proveer, alguien les anima a reformar el Estatuto de Salt y luego les dejan tirados por sentencia del Tribunal Constitucional. Es la gran oportunidad de ER para tragarse a los Demócratas Cristianos y emprender el proceso hacia la República Catalana, como en 1934, aprovechando la debilidad del Estado, desviando la atención del mal uso de la autonomía hacia un enemigo común: "España nos roba".
Llegados a la etiología, paso al tratamiento. En estos momentos vivimos un estado lamentable de hechos consentidos, imparables por la propia inercia, estimulados por la CUP que juega con el mando a distancia y que desea una revolución, a la que en el año del centenario -1917- se puede unir Podemos.
a). Cataluña es una Nación con soberanía propia. Sólo los charnegos lo niegan...
b) En Cataluña sólo se acatan las disposiciones del Parlamento sito en el Parque de la Ciudadela. Si, allí dónde a sus señorías, los indignados, les dieron unas manos de oblatas y hasta el honorable hubo de llegar en helicóptero. Pero, desde que el "Templo" tiene como Suma Sacerdotisa a la Forcadell -máxima y carismática dirigente de la ANC- se ha convertido en el sucesor de aquel Poblet que inspiraba a Guifré el Pilós, cuando muere dibujando con su propia sangre las barras de la Senyera.
c) Estamos en la tercera etapa del conflicto. De la contemplación propia del camaleón -Estado- hemos pasado a la tempestad de movimientos. Entramos en la fase de espiral entre poderes del Estado y acciones populares promovidas por la CUP y ANC. Se vislumbra la cuarta fase. La desobediencia de los Mossos. De hecho es una vergüenza que con 17.000 efectivos, haya tenido que ser la: leal, eficaz, profesional y ejemplar, Guardia Civil, quien haya tenido que afrontar las órdenes judiciales para poner coto a la rebeldía. Así, las sonrisas burlonas de los ninots y senyores, han quedado en mueca nerviosa al ver los uniformes del Benemérito Instituto.
d) Pero, y tal como he comenzado, ahora tengo dudas sobre el camino a seguir por los acontecimientos. ¿Resistirán?. ¿Detendrán a los Alcaldes que se nieguen a comparecer en sede judicial?. ¿Cuántos catalanes se echarán a las calles y de estos, una vez más un 5% pasará la raya que conduce a la violencia?. ¿Porque no se destituyó de inmediato a La Forcadell?. ¿Hasta dónde llega el complejo de culpabilidad del Gobierno Rajoy?. ¿Hasta dónde está dispuesto el PSOE a dejar hacer uso de la autoridad para recuperar el Estado de Derecho de la Nación Española?.
e) Esos catalanes que dicen ser españoles, y sentirse agredidos por el proceso, ¿tienen algo que decir?. La verdad es que hasta la fecha, salvo honrosas excepciones, no hemos visto a la sociedad civil catalana, indignada con la sedición; o no están, o no tiene el coraje necesario para defender su espacio, o son tan cómodos que les da igual lo que pase, y en todo caso, parece ser una cuestión que sólo atañe a los poderes públicos.
Alguien me enseñó en mi Mariña natal que, "bofetadas: pocas, fuertes, que tiren al contrario y, sobre todo, a tiempo..."
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Me sitúo entre dos caminos que he recorrido, me paro, miro hacia atrás antes de elegir otro camino hacia el fututo inmediato.
Siempre he creído que el largo, cruel y tortuoso camino del conflicto vasco nos había hecho más sabios. Siempre he aplicado la lógica del conocimiento para advertir, sin sorpresas, lo que me espera. Del primer camino aprendí que hay momentos en los que un largo conflicto, dónde se mezclan toda suerte de espirales, mentiras, miserables negocios, víctimas, adoctrinamientos y errores, siempre termina por imponer la victoria del más fuerte. Del segundo camino aprendí que iluminados con poder son capaces de instalar en una sociedad esa emoción contagiosa que lleva, a lo que la perspectiva del tiempo y cambios de protagonistas, se verá como una delgada línea que une romanticismo, alienación, paranoia y cenizas con las que alguno pretenderá, con el paso del tiempo, volver a encender el fuego.
La pereza de los gobernantes, cómodamente instalados en una mayoría absoluta como nunca se había dado en Hispania, fruto de errores y una crisis en la que el más obsceno capitalismo se instala, retroalimenta y justifica la teoría de la globalización imparable y necesaria, sostenido por los gurús de la economía, nos ha llevado a un mundo con más desigualdades, desequilibrios y distancias entre una minoría que acumula la inmensa riqueza, mientras la mayoría pelea por la subsistencia.
La pereza del PP, dedicado a "sus negocios", ha impedido que la vieja Hispania emprendiera el camino de la regeneración y las reformas que el nuevo siglo necesita para la demanda del ciudadano -sujeto de derechos-, y así Hispania mantiene un ordenamiento legal, legítimo pero inservible para afrontar los cambios que se han instalado en el mundo occidental, mientras nos invitan a competir y convivir con el mundo oriental. Todavía me indigna un debate con cierto personaje de la CEOE que trataba paternalmente de convencerme: "tenemos que competir con los chinos, hindúes y brasileños". Pero, ¿no habíamos quedado en que la cultura occidental se basaba en liberar a los parias y dotarlos de los derechos sociales que definen a la ciudadanía señalada en las Constituciones?.
Dicho todo esto, me centro en Cataluña. Desde 1978 en el Condado se han dado las siguientes circunstancias.
1. Régimen económico sumamente protegido por la dictadura, que provoca la emigración de los españolitos pobres, atrasados, dependientes del sector primario en la economía.
2. Participación entusiasta para la elaboración del bloque Constitucional -Constitución Española y Estatuto de Salt- , así como colaboracionismo total, primero con UCD y luego con PSOE, todo ello para seguir disfrutando trato de usía.
3. Gobiernos -Generalitat- de derechas preñados de pragmatismo. Todos querían parecerse a Cambó. "Lo que no son pesetas, son puñetas". Y así surge la estirpe de los Pujol, que lo primero que hacen es enterrar a Tarradellas y ponerle la cáscara de plátano a Roca para que se estrelle. No importa gastar, pues saben que será Madrid quien tape los agujeros negros - Sanidad, Banca Catalana, Textil, etc.- Por eso no quisieron Concierto Económico -supone autonomía para lo bueno y lo malo en la administración de ingresos y gastos- Por eso se apresuraron a exigir la Sanidad, ya que creían que estaban ante el gran negocio de convertir un derecho en una mercancía.
4. Observaban lo que pasaba en Euskadi. Aprendieron como se caminaba hacia la independencia pero evitando la violencia, pactando -seny-, adoctrinando, haciéndose querer, desarrollando la teoría del "Estado plurinacional", que no necesitaba modificar la Constitución Española, bastaba con otra interpretación más posibilista -la que hizo Herrero de Miñón, cuando definió a la Comunidades como "fragmentos de Estado".
5. Y se presenta la oportunidad. Primero con el nefasto Gobierno tripartito que sume a Cataluña en la bancarrota. Segundo con el Gobierno de ZP dónde hasta Pepiño Blanco -un pailán endomingado- logra ser como el Conde Duque de Olivares. Tercero, en medio de la tormenta por la corrupción -el problema no es robar, el problema es que te pillen- se sienten traicionados, ya que los negocios de toda índole, con altas instancias del Estado, dejan de ser salvoconducto para la impunidad, desatándose una refriega generalizada que da lugar a lo que deberíamos denominar "Estado del cohecho".
6. Para mejor proveer, alguien les anima a reformar el Estatuto de Salt y luego les dejan tirados por sentencia del Tribunal Constitucional. Es la gran oportunidad de ER para tragarse a los Demócratas Cristianos y emprender el proceso hacia la República Catalana, como en 1934, aprovechando la debilidad del Estado, desviando la atención del mal uso de la autonomía hacia un enemigo común: "España nos roba".
Llegados a la etiología, paso al tratamiento. En estos momentos vivimos un estado lamentable de hechos consentidos, imparables por la propia inercia, estimulados por la CUP que juega con el mando a distancia y que desea una revolución, a la que en el año del centenario -1917- se puede unir Podemos.
a). Cataluña es una Nación con soberanía propia. Sólo los charnegos lo niegan...
b) En Cataluña sólo se acatan las disposiciones del Parlamento sito en el Parque de la Ciudadela. Si, allí dónde a sus señorías, los indignados, les dieron unas manos de oblatas y hasta el honorable hubo de llegar en helicóptero. Pero, desde que el "Templo" tiene como Suma Sacerdotisa a la Forcadell -máxima y carismática dirigente de la ANC- se ha convertido en el sucesor de aquel Poblet que inspiraba a Guifré el Pilós, cuando muere dibujando con su propia sangre las barras de la Senyera.
c) Estamos en la tercera etapa del conflicto. De la contemplación propia del camaleón -Estado- hemos pasado a la tempestad de movimientos. Entramos en la fase de espiral entre poderes del Estado y acciones populares promovidas por la CUP y ANC. Se vislumbra la cuarta fase. La desobediencia de los Mossos. De hecho es una vergüenza que con 17.000 efectivos, haya tenido que ser la: leal, eficaz, profesional y ejemplar, Guardia Civil, quien haya tenido que afrontar las órdenes judiciales para poner coto a la rebeldía. Así, las sonrisas burlonas de los ninots y senyores, han quedado en mueca nerviosa al ver los uniformes del Benemérito Instituto.
d) Pero, y tal como he comenzado, ahora tengo dudas sobre el camino a seguir por los acontecimientos. ¿Resistirán?. ¿Detendrán a los Alcaldes que se nieguen a comparecer en sede judicial?. ¿Cuántos catalanes se echarán a las calles y de estos, una vez más un 5% pasará la raya que conduce a la violencia?. ¿Porque no se destituyó de inmediato a La Forcadell?. ¿Hasta dónde llega el complejo de culpabilidad del Gobierno Rajoy?. ¿Hasta dónde está dispuesto el PSOE a dejar hacer uso de la autoridad para recuperar el Estado de Derecho de la Nación Española?.
e) Esos catalanes que dicen ser españoles, y sentirse agredidos por el proceso, ¿tienen algo que decir?. La verdad es que hasta la fecha, salvo honrosas excepciones, no hemos visto a la sociedad civil catalana, indignada con la sedición; o no están, o no tiene el coraje necesario para defender su espacio, o son tan cómodos que les da igual lo que pase, y en todo caso, parece ser una cuestión que sólo atañe a los poderes públicos.
Alguien me enseñó en mi Mariña natal que, "bofetadas: pocas, fuertes, que tiren al contrario y, sobre todo, a tiempo..."











