Más de 30.000 efectivos policiales intervienen en una acción global contra la sedición independentista sin parangón en la UE
España pone en marcha la mayor operación policial de la democracia para contener el Golpe de Estado secesionista catalán
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Cerca de 35.000 efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional se encuentran desplegados en Cataluña, fundamentalmente en la provincia de Barcelona, con el objetivo de paralizar la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre y de contener el Golpe de Estado secesionista que las instituciones regionales sediciosas podrían tratar de culminar en los días sucesivos.
Además, el Ejército también ha reforzado discretamente sus recursos humanos y materiales en la región a lo largo de las últimas semanas, mientras que los servicios de inteligencia, no solamente los españoles, han visto reforzadas sus plantillas con técnicos y especialistas procedentes de antenas de otras regiones españolas.
La inacción, la falta de decisión y la laxitud del Ejecutivo de Mariano Rajoy a la hora de defender la legalidad democrática en Cataluña ha levantado una fuerte desconfianza en no pocos mandos y números policiales, especialmente de la Guardia Civil, y el Gobierno trata de responder a esta preocupación sumando recursos humanos, materiales y tecnológicos a la mayor operación policial que se ha puesto en marcha en España desde la Transición.
De hecho, a los efectivos señalados, hay que sumar la presencia en Cataluña de la práctica totalidad de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS), especializados en operaciones especiales y, fundamentalmente, en el mantenimiento del orden público en situaciones extremadamente delicadas por la existencia de grandes acumulaciones de población. Los GRS disponen de una base permantente en Barcelona, que ahora se ha visto reforzada con efectivos originarios de las unidades de Zaragoza, Valencia y Sevilla.
El Gobierno de Mariano Rajoy parece querer ganar la batalla al Golpe de Estado independentista acumulando fuerzas, aunque sin utilizarlas. “Estratégicamente, los independentistas catalanes se han equivocado en muchas cosas, pero, fundamentalmente, en dos: saltarse las leyes democráticas, lo que va a obligar a las instituciones a intervenir con la fuerza policial; y no calcular el poder que hoy en día tiene un Estado como el español, que se encuentra entre las diez principales economías del mundo, y que puede resultar muy lento a la hora de actuar, pero que cuando se pone en marcha es de un peso aplastante”. Así se expresa un destacado analista del Ejército español que desea permanener en el anonimato y que, a pesar de mostrarse muy crítico con la parsimonia y la inactividad, o la “actividad muy tardía”, del Gobierno del Partido Popular, no duda de que la democracia española está preparada para defenderse. “Está todo listo. Está todo como debe estar. Y sabemos lo que hay que hacer. Solamente falta que quien en un momento dado tenga que dar la orden de actuar, no dude en hacerlo”.
De actuar con celeridad saben mucho también los especialistas policiales del Grupo de Acción Rápida (GAR), especializados en la lucha antiterrorista, curtidos en la batalla contra ETA (muchos creen que fueron los auténticos artífices de la derrota de la organización terrorista) y ahora dedicados a combatir la amenaza yihadista. Prácticamente todas las unidades GAR se encuentran presentes en Cataluña, donde llegaron ya hace casi dos semanas, dispuestos a intervenir ante disturbios callejeros masivos, situaciones de extrema gravedad con personas en riesgo y amenazas con armas de fuego, o ante el secuestro de ciudadanos o la toma de instalaciones estratégicas.
La respuesta de seguridad del Gobierno de Mariano Rajoy al Golpe de Estado catalán se complementa con la activación de un protocolo de vigilancia especial del espacio aéreo catalán que ya está en marcha, con una intensificación de la vigilancia por satélite, y con el traslado a Barcelona de una parte importante de los especialistas NRBQ, tanto de la Guardia Civil como del Ejército, dedicados a identificar, neutralizar y desactivar artefactos explosivos, incendiarios, biológicos y químicos.
Cerca de 35.000 efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional se encuentran desplegados en Cataluña, fundamentalmente en la provincia de Barcelona, con el objetivo de paralizar la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre y de contener el Golpe de Estado secesionista que las instituciones regionales sediciosas podrían tratar de culminar en los días sucesivos.
Además, el Ejército también ha reforzado discretamente sus recursos humanos y materiales en la región a lo largo de las últimas semanas, mientras que los servicios de inteligencia, no solamente los españoles, han visto reforzadas sus plantillas con técnicos y especialistas procedentes de antenas de otras regiones españolas.
La inacción, la falta de decisión y la laxitud del Ejecutivo de Mariano Rajoy a la hora de defender la legalidad democrática en Cataluña ha levantado una fuerte desconfianza en no pocos mandos y números policiales, especialmente de la Guardia Civil, y el Gobierno trata de responder a esta preocupación sumando recursos humanos, materiales y tecnológicos a la mayor operación policial que se ha puesto en marcha en España desde la Transición.
De hecho, a los efectivos señalados, hay que sumar la presencia en Cataluña de la práctica totalidad de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS), especializados en operaciones especiales y, fundamentalmente, en el mantenimiento del orden público en situaciones extremadamente delicadas por la existencia de grandes acumulaciones de población. Los GRS disponen de una base permantente en Barcelona, que ahora se ha visto reforzada con efectivos originarios de las unidades de Zaragoza, Valencia y Sevilla.
El Gobierno de Mariano Rajoy parece querer ganar la batalla al Golpe de Estado independentista acumulando fuerzas, aunque sin utilizarlas. “Estratégicamente, los independentistas catalanes se han equivocado en muchas cosas, pero, fundamentalmente, en dos: saltarse las leyes democráticas, lo que va a obligar a las instituciones a intervenir con la fuerza policial; y no calcular el poder que hoy en día tiene un Estado como el español, que se encuentra entre las diez principales economías del mundo, y que puede resultar muy lento a la hora de actuar, pero que cuando se pone en marcha es de un peso aplastante”. Así se expresa un destacado analista del Ejército español que desea permanener en el anonimato y que, a pesar de mostrarse muy crítico con la parsimonia y la inactividad, o la “actividad muy tardía”, del Gobierno del Partido Popular, no duda de que la democracia española está preparada para defenderse. “Está todo listo. Está todo como debe estar. Y sabemos lo que hay que hacer. Solamente falta que quien en un momento dado tenga que dar la orden de actuar, no dude en hacerlo”.
De actuar con celeridad saben mucho también los especialistas policiales del Grupo de Acción Rápida (GAR), especializados en la lucha antiterrorista, curtidos en la batalla contra ETA (muchos creen que fueron los auténticos artífices de la derrota de la organización terrorista) y ahora dedicados a combatir la amenaza yihadista. Prácticamente todas las unidades GAR se encuentran presentes en Cataluña, donde llegaron ya hace casi dos semanas, dispuestos a intervenir ante disturbios callejeros masivos, situaciones de extrema gravedad con personas en riesgo y amenazas con armas de fuego, o ante el secuestro de ciudadanos o la toma de instalaciones estratégicas.
La respuesta de seguridad del Gobierno de Mariano Rajoy al Golpe de Estado catalán se complementa con la activación de un protocolo de vigilancia especial del espacio aéreo catalán que ya está en marcha, con una intensificación de la vigilancia por satélite, y con el traslado a Barcelona de una parte importante de los especialistas NRBQ, tanto de la Guardia Civil como del Ejército, dedicados a identificar, neutralizar y desactivar artefactos explosivos, incendiarios, biológicos y químicos.