Durante las tres últimas décadas, en la España dadivosa que nos dimos a nosotros mismos se han esfumado más de 21.000.000.000 millones, en tan solo quince grandes obras públicas. Dicen por ahí que les llaman “sobrecostes”.

Desde la más chica (autovías de Ibiza. Presupuesto 12.000.000. Coste final: 172.000.000) a la más grandota (AVE Madrid-Barcelona. Presupuesto: 6.822.000.000. Coste final: 8.966.000.000), lo presupuestado en esos quince agujeros negros ascendía a 20.229.000.000 y el coste final fue de 41.271.800.000. Esto es, de lo previsto a lo visto, más del 100%.

Un detallito de nada: esas cantidades son euros, no pesetas.