Dios prometió ayudar a Moisés en su misión
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"Deu va prometre a Moisés que l'ajudaría". Sólo acudiendo al Antiguo Testamento es posible aproximarse a lo que aconteció el martes 10 de octubre en el Parlament de Cataluña. Sólo los que tienen fe y saludan que los caminos del señor son inescrutables pueden explicar al poble de Catalunya la no declaración de la República Catalana, una, grande y libre del Estado Español. Sólo los muy creyentes, habituales excursionistas dominicales a las cumbres de Montserrat, pueden entender la palabra del hijo del pastelero...
Muchos de los que seguíamos la secuencia de hechos para consumar al procés, tuvimos razones para especular con lo que estaba sucediendo entre sacristías en esa hora de las 18 a las 19, sobre todo cuando las noticias de las 15 eran que el ex Alcalde de Girona, tenía previsto leer un texto histórico justificando y declarando la República de Cataluña, y a partir de ahí, su pueblo, al que dice representar, hubiera hecho como el pueblo judío, atravesar el Mar Rojo en dirección a la Tierra Prometida, pues el ungido con las Tablas de la Ley en el Monte Sinaí, tenía las bendiciones del "padre" para declarar inaugurado el pantano...¿En qué estaría yo pensando?
Pero una vez más el conductor del pueblo elegido para ser Nación-Estado-República, no ha podido llegar a Jerusalén, más allá de los mitos que recoge ordenadamente las instalaciones del Museo de la Historia sito en La Barceloneta, dónde se cuentan milongas románticas como la del origen de la Senyera, cuyas barras son las huellas ensangrentadas del casto varón Wilfredo, o cómo sufrieron una guerra de secesión que nunca tal hubo, salvo la tunda que recibieron por encargo del primer Borbón al equivocarse apostando por el Austria, o como la semana trágica de Barcelona apenas duró diez horas en aquel octubre de 1934, cuando la República de España decidió intervenir contra las soflamas de Companys, que hubo de escapar a toda a prisa evitando lo que más adelante no pudo evitar...
Puigdemont y su cuadrilla de amigos más o menos radicales, han logrado el pleno de los desaciertos. Han promovido un movimiento españolista, tanto en Cataluña como en España, que no se veía desde el gol que marcó Iniesta en la final del Mundial de futbol. Han promovido un acuerdo que por fin se traduce en la reforma de la Constitución Española de 1978. Han reforzado de manera muy oportuna la imagen del Jefe del Estado que había heredado una mala referencia de su padre. Han logrado que sus socios de la CUP les señalen como traidores. Mucho me temo que han logrado el reconocimiento máximo para los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado -espero que se traduzca en una justa y necesaria equiparación salarial- y la desconfianza hacia los "históricos Mossos", con visos para la reducción tanto de efectivos como de capacidad más allá de lo que les ordenen los superiores con otras procedencias . Esto para empezar, ya que algunos tendrán que dar muchas y convincentes explicaciones en sede judicial para salvarse de la relación delito-pena.
Espero y deseo, por el bien de todos, que el asunto de Cataluña no se cierre en falso. No podemos estar sometidos a chantajes, negociaciones propias de chalanes que trapichean con una supuesta representación del pueblo mayoritariamente silencioso hasta que se hartó de las gamberradas. Espero y deseo que de una vez por todas se establezca la línea divisoria entre capacidad y competencia, entre soberanías, entre poderes democráticos, entre derechos y libertades en el marco de la Ley. Al menos tenemos claro que nada volverá a ser igual, por fin pasaremos de la inmovilidad a las reformas del sistema, pues desde 1978 han pasado muchas cosas en España, en Europa y en el mundo, que no están reflejadas en su justa medida por las leyes que garantizan el Estado de Derecho, en un País que desea la mejor organización posible para la vida, convivencia y atención a las demandas de la ciudadanía del siglo XXI.
Pero, ¿cuál era la misión que Dios le encomendó a Moisés el de Amer-Girona-España?. Algo así como liberarse para transformar un mito en realidad. Si hubiera leído a los clásicos del Siglo de Oro, habría descubierto: "La vida es sueño, y los sueños, sueños son". Habría comprendido lo que supone un frenesí, una ilusión, una ficción, una sombra...Posiblemente habría escogido ser Astolfo, Duque de Moscovia, con el que Basilio hace un trato para mantener el trono de Polonia.
Curiosas las reacciones de dos colectivos: la clase empresarial ha salido de estampida con los bancos a la cabeza, y los cavas cerrando el pelotón, y es que como decían los antiguos payeses del Ampurdán, "lo que no son pesetas, son puñetas". Los Mossos han recapacitado y amén de suministrar la información que se precise sobre agitadores y cabecillas, andan tratando de buscarse alguna recomendación para ingresar en la policía nacional o en el Benemérito Instituto, pero se olvidan de aquello que las legiones dijeron a los capitanes de Viriato: "Roma no paga traidores".
Ahora viene una semana de pasión. Tras La Diada, la Asonada, la algarada y la calsotada de Valls, toca bailar la Sardana "La Santa Espina" delante del monumento al descubridor de América, que no era Catalán, pero que abrió las puertas para la gran aventura de la Hispanidad.
Las consecuencias de lo sucedido en Cataluña tras descubrir el comportamiento de la estirpe de los Pujol, la pérdida de la Presidencia por parte de Mas, el pleno contra Reglamento y contra Leyes del Estado, promovido por la Forcadell, y la escalada independentista de Puigdemont, con inesperado parón el día que todo presagiaba la declaración de la República Catalana, colocan un antes y un después en la historia reciente de Cataluña, que ahora tendrá que hacer frente a sus cadencias económicas con una absoluta desconfianza en los mercados, a riesgo de un corralito en las entidades financieras o con una quiebra de sus cuentas que hagan impagables las nóminas de los funcionarios de la Generalitat.
"Deu va prometre a Moisés que l'ajudaría". Sólo acudiendo al Antiguo Testamento es posible aproximarse a lo que aconteció el martes 10 de octubre en el Parlament de Cataluña. Sólo los que tienen fe y saludan que los caminos del señor son inescrutables pueden explicar al poble de Catalunya la no declaración de la República Catalana, una, grande y libre del Estado Español. Sólo los muy creyentes, habituales excursionistas dominicales a las cumbres de Montserrat, pueden entender la palabra del hijo del pastelero...
Muchos de los que seguíamos la secuencia de hechos para consumar al procés, tuvimos razones para especular con lo que estaba sucediendo entre sacristías en esa hora de las 18 a las 19, sobre todo cuando las noticias de las 15 eran que el ex Alcalde de Girona, tenía previsto leer un texto histórico justificando y declarando la República de Cataluña, y a partir de ahí, su pueblo, al que dice representar, hubiera hecho como el pueblo judío, atravesar el Mar Rojo en dirección a la Tierra Prometida, pues el ungido con las Tablas de la Ley en el Monte Sinaí, tenía las bendiciones del "padre" para declarar inaugurado el pantano...¿En qué estaría yo pensando?
Pero una vez más el conductor del pueblo elegido para ser Nación-Estado-República, no ha podido llegar a Jerusalén, más allá de los mitos que recoge ordenadamente las instalaciones del Museo de la Historia sito en La Barceloneta, dónde se cuentan milongas románticas como la del origen de la Senyera, cuyas barras son las huellas ensangrentadas del casto varón Wilfredo, o cómo sufrieron una guerra de secesión que nunca tal hubo, salvo la tunda que recibieron por encargo del primer Borbón al equivocarse apostando por el Austria, o como la semana trágica de Barcelona apenas duró diez horas en aquel octubre de 1934, cuando la República de España decidió intervenir contra las soflamas de Companys, que hubo de escapar a toda a prisa evitando lo que más adelante no pudo evitar...
Puigdemont y su cuadrilla de amigos más o menos radicales, han logrado el pleno de los desaciertos. Han promovido un movimiento españolista, tanto en Cataluña como en España, que no se veía desde el gol que marcó Iniesta en la final del Mundial de futbol. Han promovido un acuerdo que por fin se traduce en la reforma de la Constitución Española de 1978. Han reforzado de manera muy oportuna la imagen del Jefe del Estado que había heredado una mala referencia de su padre. Han logrado que sus socios de la CUP les señalen como traidores. Mucho me temo que han logrado el reconocimiento máximo para los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado -espero que se traduzca en una justa y necesaria equiparación salarial- y la desconfianza hacia los "históricos Mossos", con visos para la reducción tanto de efectivos como de capacidad más allá de lo que les ordenen los superiores con otras procedencias . Esto para empezar, ya que algunos tendrán que dar muchas y convincentes explicaciones en sede judicial para salvarse de la relación delito-pena.
Espero y deseo, por el bien de todos, que el asunto de Cataluña no se cierre en falso. No podemos estar sometidos a chantajes, negociaciones propias de chalanes que trapichean con una supuesta representación del pueblo mayoritariamente silencioso hasta que se hartó de las gamberradas. Espero y deseo que de una vez por todas se establezca la línea divisoria entre capacidad y competencia, entre soberanías, entre poderes democráticos, entre derechos y libertades en el marco de la Ley. Al menos tenemos claro que nada volverá a ser igual, por fin pasaremos de la inmovilidad a las reformas del sistema, pues desde 1978 han pasado muchas cosas en España, en Europa y en el mundo, que no están reflejadas en su justa medida por las leyes que garantizan el Estado de Derecho, en un País que desea la mejor organización posible para la vida, convivencia y atención a las demandas de la ciudadanía del siglo XXI.
Pero, ¿cuál era la misión que Dios le encomendó a Moisés el de Amer-Girona-España?. Algo así como liberarse para transformar un mito en realidad. Si hubiera leído a los clásicos del Siglo de Oro, habría descubierto: "La vida es sueño, y los sueños, sueños son". Habría comprendido lo que supone un frenesí, una ilusión, una ficción, una sombra...Posiblemente habría escogido ser Astolfo, Duque de Moscovia, con el que Basilio hace un trato para mantener el trono de Polonia.
Curiosas las reacciones de dos colectivos: la clase empresarial ha salido de estampida con los bancos a la cabeza, y los cavas cerrando el pelotón, y es que como decían los antiguos payeses del Ampurdán, "lo que no son pesetas, son puñetas". Los Mossos han recapacitado y amén de suministrar la información que se precise sobre agitadores y cabecillas, andan tratando de buscarse alguna recomendación para ingresar en la policía nacional o en el Benemérito Instituto, pero se olvidan de aquello que las legiones dijeron a los capitanes de Viriato: "Roma no paga traidores".
Ahora viene una semana de pasión. Tras La Diada, la Asonada, la algarada y la calsotada de Valls, toca bailar la Sardana "La Santa Espina" delante del monumento al descubridor de América, que no era Catalán, pero que abrió las puertas para la gran aventura de la Hispanidad.
Las consecuencias de lo sucedido en Cataluña tras descubrir el comportamiento de la estirpe de los Pujol, la pérdida de la Presidencia por parte de Mas, el pleno contra Reglamento y contra Leyes del Estado, promovido por la Forcadell, y la escalada independentista de Puigdemont, con inesperado parón el día que todo presagiaba la declaración de la República Catalana, colocan un antes y un después en la historia reciente de Cataluña, que ahora tendrá que hacer frente a sus cadencias económicas con una absoluta desconfianza en los mercados, a riesgo de un corralito en las entidades financieras o con una quiebra de sus cuentas que hagan impagables las nóminas de los funcionarios de la Generalitat.