Tras la victoria de Andrej Babiš en la República Checa y el éxito de Sebastian Kurz en Austria, los centroeuropeos están ganando confianza en sí mismos, subraya Kálnoky, agregando que los países del Grupo de Visegrado, la "nueva Austria” de Kurz, así como la vecina Croacia junto a los Estados Bálticos y Rumanía se oponen a la inmigración masiva mientras, al mismo tiempo, pugnan por llevar la voz cantante a la hora de marcar el futuro de la UE.

La pregunta más importante es, según Kálnoky, ¿quién va a ser el líder de la región? La prensa está llena de especulaciones sobre el papel principal de Austria, sin embargo, los países de Visegrado no lo aceptarían. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán y el futuro canciller de Austria, Sebastian Kurz, hablan por teléfono con frecuencia y se llevan muy bien, pero ambos quieren liderar. En este contexto "no es sorprendente que Orbán haya adoptado un tono duro” en su discurso en el día nacional de Hungría el pasado 23 de octubre "con el fin de mostrarse más fuerte que cualquier otro en la región”, señala Kálnoky.