Traidor, inconfeso y mártir
José Zorrilla, además del Don Juan que era propio de Noviembre -Tenorio y Difuntos- escribió un poema dramático donde el pastelero Gabriel Espinosa, ya en la horca, pronuncia aquellas palabras: "Sacrifico mi vida a sostener esta patraña que mi historia desde hoy hará famosa..."
Cuanto más sabemos del proceso catalán menos entendemos la conducta del Estado para con el mal denominado desarrollo del autogobierno. ¿Dónde se quedó la obligada lealtad al Bloque Constitucional? -Constitución-Estatutos de Autonomía-Sentencias del tribunal Constitucional-.
Una región o comunidad que ha ido expulsando al Estado, aprovechando debilidades y complejos para dotarse de una estructura en la que España se difumina y Cataluña emerge como nación dotada de instancias, funcionarios, embajadas, asesores, medios de propaganda, información y comunicación al servicio de su estrategia independentistas, y que ha ido sembrando el odio desde la escuela hasta cualquier extracto social demandante, lo tiene muy difícil para retroceder, lo tiene casi imposible para salir ileso del accidente.
Cuanto más sabemos de Cataluña, más nos indignamos con quien tiene la poca vergüenza de afirmar que España les roba. Cuando los que han abusado de la confianza del Estado español han sido los representantes del nacionalismo catalán, a costa de un endeudamiento brutal que terminaremos por pagar el resto de los presuntos "ladrones".
No alcanzo a entender cómo les ha salido gratis una conducta entre diferentes figuras delictivas: rebelión, desacato, prevaricación y malversación de caudales públicos.
Pero cuando creíamos tener claro el final de la tragicomedia, en la que el hijo del pastelero de Amer, primero iba al Senado para explicarles en castellano cervantino a sus señorías los motivos de toda índole para marcharse de España, y a continuación en histórica sesión del Parlamento sito en el Parque de la Ciudadela en Barcelona, declararía la República Catalana, con todas sus consecuencias y entre lágrimas emocionadas de románticos ciudadanos a los que, como en la historia de Wifredo el Velloso, estaban dispuestos a dibujar con su sangre la nueva-vieja bandera de Cataluña, sorprende a propios y extraños con un renuncio en la partida de mus.
Y así, los que fueron convocados para aclamarle, le insultan llamándole traidor. Los que han sido sus socios de aventura, sospechan que no les ha confesado por cuantas monedas de plata les ha vendido. Los que creyeron en su fortaleza de ánimo, ahora piden que lo arrojen al foso de los leones como hacían con aquellos cristianos mártires.
Esta historia no puede ni cerrarse en falso ni terminar como si nada hubiera pasado. Por lo de pronto hay una fractura con síntomas de graves enfrentamientos entre ciudadanos, el prestigio de Cataluña está a la altura de un enano agachado, la capacidad de los dirigentes políticos nacionalistas catalanes nos han traído al comparativo personajes como Tarradellas, Roca y el mismo Duran, ya no digamos a Cambó. Unos mediocres iluminados se han rodeado de los anarquistas de la CUP y ahora no saben cómo librarse del abrazo que les impide respirar. Han vulnerado las leyes que debían obedecer, y hay dos personajes a los que el futuro se les antoja muy incierto. Ese jefecillo de la policía catalana, que permitió el asalto, la coacción y el desmadre con efectos amenazantes sobre quienes cumplían órdenes judiciales. Ese Representante del Estado Español en Cataluña -Puigdemont en su calidad de máximo responsables de la Autonomía- que desde la chulería, la manipulación, la cobardía y ahora el miedo, ha provocado la peor crisis de la Nación Española tras la segunda guerra mundial, cuando las connotaciones del franquismo con Italia y Alemania, puso en grave riesgo la soberanía de España, sospechosa de colaboración con unos movimientos políticos y militares que perdieron la guerra y fueron juzgados por crímenes contra la humanidad.
Puigdemont no sólo traiciona a la CUP que sólo está ahí por la independencia en forma de una República imposible en la Unión Europea, insostenible económicamente, incapaz de mantener el nivel de vida de los catalanes que son una de las Comunidades más avanzadas en ese Estado español al que desprecian. Es que ha traicionado a las gente de ANC y Ómnium, cuyos dirigentes están en la cárcel por sedición.
Puigdemont no ha sido capaz de confesar a los creyentes del proceso que necesariamente habrán de pasar una temporada en el desierto, con una gravísima pérdida de poder adquisitivo de la nueva moneda, ya que no pueden mantener el euro y además deberán hacer frente al brutal endeudamiento sin las ayudas de España y del BCE.
Puigdemont terminará por ser señalado como un iluminado dirigente, que ha sido usado por Mas y por la ER, para luego ser apartado y olvidado en la historia de una aventura sin puerto, por tanto conducente al naufragio colectivo.
Muchos han sido los nacionalistas que han empujado el proceso, lo que habrá que escrutar es cuantos están dispuestos a llegar hasta el final; por lo de pronto me ha sorprendido la Presidente del Parlamento de Cataluña, la inefable Forcadell, procedente de las filas de ANC, que ha advertido al Gobierno de Cataluña que no está dispuesta a volver a jugársela como el pasado 6 de octubre, ya que puede ser reo de sedición y formar parte de los dirigentes que algún día aparezcan en la historia de España como elementos encarcelados por las instancias judiciales del Estado.
José Zorrilla, además del Don Juan que era propio de Noviembre -Tenorio y Difuntos- escribió un poema dramático donde el pastelero Gabriel Espinosa, ya en la horca, pronuncia aquellas palabras: "Sacrifico mi vida a sostener esta patraña que mi historia desde hoy hará famosa..."
Cuanto más sabemos del proceso catalán menos entendemos la conducta del Estado para con el mal denominado desarrollo del autogobierno. ¿Dónde se quedó la obligada lealtad al Bloque Constitucional? -Constitución-Estatutos de Autonomía-Sentencias del tribunal Constitucional-.
Una región o comunidad que ha ido expulsando al Estado, aprovechando debilidades y complejos para dotarse de una estructura en la que España se difumina y Cataluña emerge como nación dotada de instancias, funcionarios, embajadas, asesores, medios de propaganda, información y comunicación al servicio de su estrategia independentistas, y que ha ido sembrando el odio desde la escuela hasta cualquier extracto social demandante, lo tiene muy difícil para retroceder, lo tiene casi imposible para salir ileso del accidente.
Cuanto más sabemos de Cataluña, más nos indignamos con quien tiene la poca vergüenza de afirmar que España les roba. Cuando los que han abusado de la confianza del Estado español han sido los representantes del nacionalismo catalán, a costa de un endeudamiento brutal que terminaremos por pagar el resto de los presuntos "ladrones".
No alcanzo a entender cómo les ha salido gratis una conducta entre diferentes figuras delictivas: rebelión, desacato, prevaricación y malversación de caudales públicos.
Pero cuando creíamos tener claro el final de la tragicomedia, en la que el hijo del pastelero de Amer, primero iba al Senado para explicarles en castellano cervantino a sus señorías los motivos de toda índole para marcharse de España, y a continuación en histórica sesión del Parlamento sito en el Parque de la Ciudadela en Barcelona, declararía la República Catalana, con todas sus consecuencias y entre lágrimas emocionadas de románticos ciudadanos a los que, como en la historia de Wifredo el Velloso, estaban dispuestos a dibujar con su sangre la nueva-vieja bandera de Cataluña, sorprende a propios y extraños con un renuncio en la partida de mus.
Y así, los que fueron convocados para aclamarle, le insultan llamándole traidor. Los que han sido sus socios de aventura, sospechan que no les ha confesado por cuantas monedas de plata les ha vendido. Los que creyeron en su fortaleza de ánimo, ahora piden que lo arrojen al foso de los leones como hacían con aquellos cristianos mártires.
Esta historia no puede ni cerrarse en falso ni terminar como si nada hubiera pasado. Por lo de pronto hay una fractura con síntomas de graves enfrentamientos entre ciudadanos, el prestigio de Cataluña está a la altura de un enano agachado, la capacidad de los dirigentes políticos nacionalistas catalanes nos han traído al comparativo personajes como Tarradellas, Roca y el mismo Duran, ya no digamos a Cambó. Unos mediocres iluminados se han rodeado de los anarquistas de la CUP y ahora no saben cómo librarse del abrazo que les impide respirar. Han vulnerado las leyes que debían obedecer, y hay dos personajes a los que el futuro se les antoja muy incierto. Ese jefecillo de la policía catalana, que permitió el asalto, la coacción y el desmadre con efectos amenazantes sobre quienes cumplían órdenes judiciales. Ese Representante del Estado Español en Cataluña -Puigdemont en su calidad de máximo responsables de la Autonomía- que desde la chulería, la manipulación, la cobardía y ahora el miedo, ha provocado la peor crisis de la Nación Española tras la segunda guerra mundial, cuando las connotaciones del franquismo con Italia y Alemania, puso en grave riesgo la soberanía de España, sospechosa de colaboración con unos movimientos políticos y militares que perdieron la guerra y fueron juzgados por crímenes contra la humanidad.
Puigdemont no sólo traiciona a la CUP que sólo está ahí por la independencia en forma de una República imposible en la Unión Europea, insostenible económicamente, incapaz de mantener el nivel de vida de los catalanes que son una de las Comunidades más avanzadas en ese Estado español al que desprecian. Es que ha traicionado a las gente de ANC y Ómnium, cuyos dirigentes están en la cárcel por sedición.
Puigdemont no ha sido capaz de confesar a los creyentes del proceso que necesariamente habrán de pasar una temporada en el desierto, con una gravísima pérdida de poder adquisitivo de la nueva moneda, ya que no pueden mantener el euro y además deberán hacer frente al brutal endeudamiento sin las ayudas de España y del BCE.
Puigdemont terminará por ser señalado como un iluminado dirigente, que ha sido usado por Mas y por la ER, para luego ser apartado y olvidado en la historia de una aventura sin puerto, por tanto conducente al naufragio colectivo.
Muchos han sido los nacionalistas que han empujado el proceso, lo que habrá que escrutar es cuantos están dispuestos a llegar hasta el final; por lo de pronto me ha sorprendido la Presidente del Parlamento de Cataluña, la inefable Forcadell, procedente de las filas de ANC, que ha advertido al Gobierno de Cataluña que no está dispuesta a volver a jugársela como el pasado 6 de octubre, ya que puede ser reo de sedición y formar parte de los dirigentes que algún día aparezcan en la historia de España como elementos encarcelados por las instancias judiciales del Estado.