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Ernesto Ladrón de Guevara
Lunes, 30 de Octubre de 2017 Tiempo de lectura:

El adoctrinamiento como síntoma

Primer acto
    

Por higiene mental y porque estoy harto del sinsentido, del absurdo patológico y de lo irremediable de una patología social, no voy a escribir ni sobre el golpe de estado secesionista catalán ni sobre el 155. Estoy intoxicado y voy a seguir una dieta de adelgazamiento de tanta bazofia, mal gusto, gilipollez a cántaros y estupidez a raudales. Ya mi mente no aguanta más y mi hígado está rebosante de bilis contenida.  En su momento, si el Gobierno -como suele ser habitual- nos miente, y nos muestra -lo que también suele ser habitual- un pasteleo para que todo siga igual, haré un pliego de descargo de razones para censurar lo que proceda como patriota. Mientras tanto, no tengo más remedio que confiar en él y esperar que resuelva esta crisis para zanjar de una vez por todas ese cáncer que tiene España que se llama nacionalismo y que dio al traste, junto a un comunismo también golpista, con la II República, amenazando ahora a esta monarquía con talante republicano.

    

Quiero decir, eso sí, que España tiene un grave problema que no se ciñe únicamente a Cataluña, que se extiende por Valencia, por Baleares, por Navarra, por Galicia, por Vascongadas…, carcomiendo nuestra nación y amenazando su desaparición. Y ese problema es que todas estas partes inseparables de España tienen en su germen el virus de la secesión. Y ese germen tiene un nombre polisémico que es lengua instrumental y adoctrinamiento, falta de respeto a la individualidad de las personas y colectivización de la vida privada. Lo voy a demostrar con algunos paradigmas que he recogido en mi tierra natal a modo de etnografía del comportamiento político y social y como molde de lo que es la conformación del espíritu nacionalista. Un nacionalismo, el vasco, que está agazapado como siempre, dispuesto a saltar para despedazar al Estado en cuanto surge la más mínima excusa. No hay más que observar cómo han reaccionado para aliarse con los golpistas catalanes o los precedentes históricos, aunque saben que ahora no es su oportunidad. Han condenado el 155 y se han mostrado claramente afines a las pretensiones secesionistas de los golpistas.
    

Como este artículo amenaza con extenderse más de la cuenta, por la amplitud de datos que pretendo exponer, lo dividiré en sucesivas ediciones. Por eso he colocado junto al título el subtítulo “Primer acto”. En sucesivos artículos seguiré con la exposición, aunque no sabemos las urgencias que pueden interponerse en esta caja de Pandora que no tiene fin.

 

Victor Klemperer en su libro “La lengua en el III Reich” donde se concita los mecanismos subconscientes del lenguaje inferido en las mentes pasivas de la sociedad alemana, refiriéndose a los procesos de socialización nacional-socialista de los años 30 dice que la ideologización masiva totalitaria se producía  “en la carne y en la sangre de las masas a través de palabras aisladas, de expresiones, de formas sintácticas que imponía repitiéndolas millones de veces y que eran adoptadas de forma mecánica e inconsciente”.   George L. Mosse  en su libro “La nacionalización de las masas”  analiza el fenómeno sorprendente de los fascismos en el siglo XX de las siguiente forma “[…] desde comienzos del siglo XIX, a través de la utilización de mitos y símbolos nacionales, y del desarrollo de una liturgia que permitiría participar al propio pueblo en dicho culto. El concepto de voluntad general se prestaría a la creación de unos mitos y a la de sus símbolos que dieran expresión concreta a la voluntad general. La caótica multitud que constituía el ‘pueblo’ se convirtió en un movimiento de masas que compartía la creencia en la unidad popular a través de una mística nacional”. Estas dos referencias vienen a colación de lo que está ocurriendo hoy en España en diferentes comunidades autónomas con el adoctrinamiento y la conformación del espíritu secesionista a través de los medios de comunicación como instrumentos de propaganda y de desinformación a través de una ingeniería social muy eficiente.

    

Como los partidos de ámbito nacional (PP, PSOE Y C’S) no aprendan de lo que ha ocurrido en Cataluña y atajen de una vez para siempre el avance del nacionalismo periférico en España, vamos a tener problemas muy graves en el futuro próximo. Hay que adoptar medidas en el ámbito jurídico, educativo y de los medios de comunicación públicos, para recuperar el discurso constitucionalista y democrático, para crear doctrina ilustrada y abordar la realidad histórica desde el plano de la historiografía científica, y formular un discurso pedagógico, haciendo frente al nacionalismo desde el plano estrictamente dialéctico, cosa que desde hace mucho tiempo se ha abandonado dejando a los nacionalistas con su predicamento mentiroso y falsario sin contestación alguna.
    

Estoy muy preocupado por el avance del nacionalismo en Navarra, síntoma inequívoco de ese abandono del discurso en los medios constitucionalistas invadidos por el relativismo ayuno de constructos ideológicos y capacidad discursiva, además de una mediocridad supina.

    

En Navarra, el Parlamento foral prepara, con la traicionera conspiración de Geroa Bai, EH-Bildu y Podemos una nueva ley del euskera cuya finalidad última es la de superar la actual zonificación lingüística según usos y extender a todo el territorio la oficialidad del euskera, lo que supondría en la práctica hacer obligatoria esta lengua en todo el sistema educativo navarro, a la sanidad y a los servicios públicos. Nada nuevo bajo el sol pues eso ya lo hemos vivido en zonas no vascohablantes de las Vascongadas, con el resultado de todos conocido.
    

Al mismo tiempo Iñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación para la desesperación de los que queremos que el Sistema Educativo Nacional sea fuerte y respetuoso con el artículo 27 de la Constitución, sigue con su idea de que en Cataluña no pasa nada importante en el sistema educativo catalán, lo que contradicen todos y cada uno de los hechos que se van difundiendo y todos sabíamos que sucedían antes de la crisis catalana. Lo sabíamos todos menos, al parecer, él. Como ignorancia no puede ser, no me cabe otra interpretación que la de que se trata de un cinismo que raya con el insulto a toda inteligencia que se precie.

 

Los nacionalistas no han parado en su propaganda y capacidad indoctrinadora. Se usa el término Euskal Herria con un significado e intención claramente política en los textos escolares. Es verdad que en el Estatuto de Autonomía en su capítulo preliminar se encuentra la expresión  “El Pueblo Vasco o Euskal-Herría, como expresión de su nacionalidad…”, pero lo hace en un sentido cultural, desprendido de sus connotaciones políticas, pues a continuación se dice que  “…se constituye en Comunidad Autónoma dentro del Estado Español, bajo la denominación de Euskadi o País Vasco, de acuerdo con la Constitución” Si tuviera una acepción jurídico-política se instalaría su ámbito jurídico dentro de la  propia Constitución, que consagra a España como espacio territorial e histórico-político; y no se establecería la denominación  de Euskadi o País Vasco.  Es también cierto que quienes aceptaron este texto tan contradictorio y ambivalente hicieron una bajada de pantalones ante los nacionalistas y un sinsentido imperdonable que nos ha traído estas consecuencias. Pero siendo esto así, no es de recibo orientar el curriculo educativo en un sentido monolítico, ajeno a ese núcleo de constitucionalidad, de respeto a la historia, de las costumbres y la verdad histórica de los territorios vascos; e incluyendo a otros ámbitos jurídico-histórico-políticos como son los mal llamados herrialdes de la Aquitania francesa y el de otra Comunidad autónoma en proceso de colonización y conquista por los abertzales como es Navarra. En este batiburrillo donde en aguas turbias siguen pescando quienes ni respetan ni aceptan el ámbito de soberanía español, el uso del término Euskal Herria en los textos escolares es un acto deleznable de adoctrinamiento político, más aún cuando en una persistente insistencia se usa los mapas de las siete provincias de Euskal Herria cuando pertenecen por razones históricas, culturales y jurídico-políticas a ámbitos distintos a los de la Comunidad Autónoma Vasca, formada, como es de única legitimidad por las provincias de Alava, Guipúzcoa y Vizcaya.    

 

Todo este proceso de creación de un imaginario en la escuela tiene su origen en lo que la Confederación de Ikastolas proponía como finalidad de su trabajo, que, como se sabe era la base de las políticas nacionalistas que en un principio tenía como objetivo sustituir la estructura nacionalista clásica por una red de ikastolas que fueran cerrando progresivamente los centros escolares de la red pública. Como no lo lograron, con la inestimable ayuda del Partido Socialista de Euskadi, lo que hicieron fue una ikastolización de facto de los centros educativos existentes. Decía  la Confederación que “La ikastola tiene como sustancia educativa específica que se refleja en sus símbolos, mitos y ritos, en sus costumbres, tradiciones e historia, en sus fábulas, canciones y danzas y en su forma de relacionarse con el mundo natural, de comunicarse y organizarse, de interpretar la vida, es decir, que se refleje en su genio y el espíritu del Pueblo Vasco” “El signo de identidad que ha de caracterizar a la Escuela Vasca, -pública o privada- es su condición de euskaldun”.  Esta proclama de intenciones casa perfectamente con el ideario del PNV, que se condensa, en cierta forma, en esta definición: “El mantenimiento y consolidación de nuestra cultura e identidad como nación pasa por una Escuela Vasca que potencie nuestra lengua a través de la euskaldunizción; pero, además de la lengua, la cultura vasca se plasma en una historia y una geografía propias, así como en los logros y manifestaciones de toda índole que los vascos han producido a través del devenir histórico”.

 

En ello ha tenido mucho que ver la generalización de un modelo de inmersión lingüística fraudulenta que se ha basado en incumplir sistemáticamente lo establecido en la Ley de Normalización del Uso del Euskera, que establecía que se crearían modelos lingüísticos para adaptar la implantación del euskera a la realidad sociolingüística de cada zona, y para ello se creaban el modelo A (castellano como vehículo), D(euskera como vehículo) y B (mixto) según fueran zonas castellanohablantes, euskaldunes, o de transición. Tramposamente se fue expandiendo por la vía de los hechos –con la excusa de una falsa demanda de padres, inducida y coaccionada- la implantación generalizada del modelo de inmersión puro, contraviniendo el necesario ajuste entre entorno y escuela, e impidiendo el aprendizaje en lengua materna según recomiendan instancias internacionales, entre ellas la UNESCO, que en su boletín de 2003 afirmaba “Años de investigación han demostrado que los niños  que inician su educación en la lengua materna tienen un mejor comienzo y exhiben un mejor desempeño que aquellos que son expuestos a un idioma nuevo al ingresar a la escuela”, recomendando a todas las naciones que respeten la lengua materna de los escolares como vehículo de aprendizaje principal.

 

Curiosamente lo mismo afirman los informes PILRS (de las evaluaciones internacionales de los resultados escolares en los niveles de instrucción primaria), diciendo lo que sigue “Lenguas habladas en casa. Debido a que el aprendizaje de la lectura depende en gran medida de la experiencia temprana de los niños con el lenguaje, la lengua o lenguas habladas en casa y la manera de utilizarlas son factores importantes en el desarrollo de la competencia lectora. Los niños cuyo conocimiento de la lengua empleada en la enseñanza formal de la lectura se sitúa sustancialmente por debajo de lo que es de esperar en los niños de esa edad, con mucha probabilidad se encontrarán en desventaja desde un primer momento. Además, el empleo de lenguas o dialectos diferentes en casa y en la escuela puede causar problemas a los alumnos a la hora de aprender a leer.”  

 

Todos sabemos que la base del proceso de modificación de la cosmovisión mental de las masas consiste en extender las lenguas regionales y expulsar del espacio público la lengua de todos los españoles, y para ello está el modelo de inmersión, conculcador de los derechos de una parte mayoritaria de las sociedades que tienen como lengua el español, es el instrumento para conseguirlo.

 

Resulta curioso que los nacionalistas en otras épocas de la historia abogaran por esta tesis de la lengua materna, cambiando al punto contrapuesto cuando les ha convenido. Veamos lo que decía Landeta, un importante representante nacionalista en el III Congreso de Estudios Vascos de 1920: “[…] si la lengua maternal del niño es la vasca en euskera debe recibir la educación y si la lengua materna es castellana en castellano” “[…] El medio, el instrumento necesario, preciso, para efectuar ese desarrollo, para llevar a cabo esa formación, es, y no puede ser otro, que la lengua. Y por eso la posesión perfecta de la lengua materna, sea cual fuere ésta, constituye la base y la esencia misma de la pedagogía” “Al maestro más inteligente y abnegado, pero que ignora la lengua de los niños, no le es posible disipar la atmósfera de aburrimiento e indiferencia que le rodea[…]”  Quizás por eso mismo, en 1931, con ocasión de la elaboración del Estatuto de Estella la Sociedad de Estudios Vascos formulaba su propuesta en los siguientes términos: “Deben las escuelas rurales vascas clasificarse en dos grupos : a) Aquellos en donde toda la enseñanza ha de darse en idioma vasco y, b) Aquellas en donde procede usar el castellano como idioma general de enseñanza. Fundados en la realidad del problema, podemos asegurar que no existe ningún caso que justifique la existencia de un tercer grupo bilingüe. En el grupo (a) debe constituir el estudio de la lengua castellana materia obligatoria en todos los grados o cursos. En el grupo (b) debe constituir el estudio de la lengua vasca materia también obligatoria en todos los gados […]”.

 

En la ideología nacionalista… “Los niños vascos de hoy pueden ser y deben ser los hombres patriotas de mañana. ¿Lo serán?  -se preguntaba el fundador del nacionalismo vasco- De nosotros depende. Esos niños serán lo que nosotros queramos que sean. La instrucción que reciben y la educación que se les dé, determinarán lo que han de ser. Si se les instruye en el conocimiento de la Madre Patria, en el de los deberes que para con ella tienen, si se les educa en el amor a la raza y en sus características, como la lengua, esos niños de hoy serán mañana unos fervientes patriotas, hombres de acción, los salvadores, tal vez, de la patria vasca.”  Como pueden comprobar, de aquellos lodos estos barros. La idea de educación como adoctrinamiento jamás se ha abandonado. Los nacionalismos son el único proyecto político que se ha mantenido fielmente y con pertinaz eficacia a lo largo del tiempo, mientras otras ideologías o han muerto o se han fundido con el nacionalismo, mutándose, sobre todo una ideología en búsqueda de contenido como es la de las izquierdas.

 

No en vano la Confederación de Ikastolas, como proyecto orientado a la creación de un sistema educativo vasco-nacionalista, afirmaba que “La escuela ha de estar al servicio de los derechos colectivos del Pueblo Vasco. […] No hay mejor manera de llegar al fondo del alma de un pueblo, de entenderlo y amarlo que conociendo y manejando su propio idioma.  Es bien sabido que la escuela euskaldun no será suficiente para la total euskaldunización de la sociedad vasca. Otros agentes deben intervenir necesariamente en la consecución de dicho objetivo, lo que no obsta para que la escuela tenga una misión insustituible en dicho proceso de euskaldunización.”  Nótese el calado político y programático de este texto, ajeno a lo que debe ser un colectivo de centros que supuestamente se dediquen a la educación como tal, desprendida de toda connotación política.  

 

Seguiremos dando conocimiento sobre la indoctrinación nacionalista que da jugosos resultados para los propósitos de la secesión, con la pasividad  traidora de quienes tienen deberes constitucionales y de defensa del orden jurídico y político de la integridad de España. Tomo el ejemplo vasco porque es el que más conozco, pero el paradigma sirve para todos los secesionismos que operan en nuestra piel de toro.

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