Informe
La nueva era de los coches automáticos
No hay que negarlo. Si no ha conducido nunca un coche automático, el primer contacto con el vehículo será impactante y algo desconcertante, fundamentalmente, por la ausencia del pedal de embrague, esa palanca inferior que es controlada por el pie izquierdo y que tantas dudas y temores proporciona a los conductores primerizos.
En los automóviles automáticos, la cosa es mucho más sencilla: solamente están el acelerador y el freno, y… por supuesto, ólvidese también, prácticamente del todo, de la palanca de cambios. Usted se sienta, arranca, pisa el acelerador y es el propio vehículo el que va adaptando su cambio a las necesidades de cada momento de conducción.
Atravesar una ciudad conduciendo de este modo, olvidándonos de las reducciones manuales cada vez que hay un semáforo, un cruce o una rotonda, y dedicándonos, únicamente, a controlar la velocidad y a estar atentos a la posible necesidad de frenar, es un auténtico placer que solamente se descubre cuando uno utiliza durante unos cuantos días un vehículo eléctrico. Es entonces cuando la rareza inicial se transforma rápidamente en una agradable sensación de tranquilidad y comodidad, para, al cabo de unos días, convertirse en una necesidad. Con mucha probabilidad, ya que no querrá volver a los coches manuales de siempre, en los que reduces, frenas, retomas la marcha metiendo primera, sueltas el embrague, vuelves a frenar, todo ello realizando un juego de pies y manos absolutamente frenético y abrumador.
Por todas estas razones, la venta de coches automáticos lleva varios ejercicios creciendo paulatinamente, y todo hace prever que crecerá aún más en los próximos años.
Los coches automáticos, de este modo, están abriendo una nueva era por las muchas implicaciones positivas que tienen para los conductores. Pero, resumidamente, ¿cuáles son éstas?
- Seguridad. Una conducción más tranquila y menos estresante siempre se asocia a una disminución importante del número de accidentes.
- Reducción del consumo. Los cambios automáticos, por su excelente adaptación en todo momento a las necesidades del motor, implican un importante ahorro de combustible.
- Comodidad. La variedad de coches automáticos existente ya hoy en el mercado posibilita que haya vehículos para todas y cada una de las necesidades de cualquier conductor, sean éstas profesionales, familiares, deportivas o de ocio. En todos los casos, el aumento de la comodidad en la conducción está garantizado.
No hay que negarlo. Si no ha conducido nunca un coche automático, el primer contacto con el vehículo será impactante y algo desconcertante, fundamentalmente, por la ausencia del pedal de embrague, esa palanca inferior que es controlada por el pie izquierdo y que tantas dudas y temores proporciona a los conductores primerizos.
En los automóviles automáticos, la cosa es mucho más sencilla: solamente están el acelerador y el freno, y… por supuesto, ólvidese también, prácticamente del todo, de la palanca de cambios. Usted se sienta, arranca, pisa el acelerador y es el propio vehículo el que va adaptando su cambio a las necesidades de cada momento de conducción.
Atravesar una ciudad conduciendo de este modo, olvidándonos de las reducciones manuales cada vez que hay un semáforo, un cruce o una rotonda, y dedicándonos, únicamente, a controlar la velocidad y a estar atentos a la posible necesidad de frenar, es un auténtico placer que solamente se descubre cuando uno utiliza durante unos cuantos días un vehículo eléctrico. Es entonces cuando la rareza inicial se transforma rápidamente en una agradable sensación de tranquilidad y comodidad, para, al cabo de unos días, convertirse en una necesidad. Con mucha probabilidad, ya que no querrá volver a los coches manuales de siempre, en los que reduces, frenas, retomas la marcha metiendo primera, sueltas el embrague, vuelves a frenar, todo ello realizando un juego de pies y manos absolutamente frenético y abrumador.
Por todas estas razones, la venta de coches automáticos lleva varios ejercicios creciendo paulatinamente, y todo hace prever que crecerá aún más en los próximos años.
Los coches automáticos, de este modo, están abriendo una nueva era por las muchas implicaciones positivas que tienen para los conductores. Pero, resumidamente, ¿cuáles son éstas?
- Seguridad. Una conducción más tranquila y menos estresante siempre se asocia a una disminución importante del número de accidentes.
- Reducción del consumo. Los cambios automáticos, por su excelente adaptación en todo momento a las necesidades del motor, implican un importante ahorro de combustible.
- Comodidad. La variedad de coches automáticos existente ya hoy en el mercado posibilita que haya vehículos para todas y cada una de las necesidades de cualquier conductor, sean éstas profesionales, familiares, deportivas o de ocio. En todos los casos, el aumento de la comodidad en la conducción está garantizado.











