Con las cosas de comer no se juega
![[Img #12596]](upload/img/periodico/img_12596.jpg)
El "honorable" Puigdemont se estaba tomando un café con un amigo de la inmortal Girona, cuando su smartphone le informa de algo que se veía venir. Parte de su Gobierno, en vez de estar en la sede para la República de Cataluña, estaba a la espera de ingresar en prisión. ¡Ostras Pedrín!
Pues sí, parece que la historia del 'procés' ha terminado mal. Por una parte, sin que nadie con cierto peso en la UE les haya reconocido la "solemne" declaración de independencia. Sin que los motivos históricos esgrimidos para convencer al pueblo hayan evitado que el peso de la ley del Estado Español se imponga. Sin que los intermediarios "secretos" sirvieran para frenar la caída al abismo del conjunto formado por el prestigio nacional catalán, instituciones de autogobierno pasadas de rosca sufriendo el implacable "sopapo" del auténtico Estado de Derecho.
Y ahora el espectáculo final nos lleva a considerar todo lo sucedido como aquellos esperpentos de Valle-Inclán. Mentiras, victimismo, "pacíficas agresiones" a las FCSE (Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado), desobediencia al TC, movilizaciones de ilusos que se llegaron a emocionar con determinados ambientes, soflamas y votaciones. Pero lo mejor de todo, en el terreno de lo grotesco, ha sido la huida del "honorable" a la capital dónde tienen su sede las instancias de la UE para, no sabemos, si iniciar un simbólico exilio o tratar de buscar un manto protector a costa de dar razones a la autoridad judicial para decretar prisión incondicional por riesgo de huida en el caso de los miembros del ex gobierno catalán. ¡Porca miseria!.
Como del árbol caído todos hacen ramas para el fuego, mucho me tomo que Puigdemont termine por ser el 'caganet' de estas Navidades. Habrá conseguido pasar a la historia de Cataluña como uno de esos ninots propios de los teatros para marionetas, cuando la autoridad competente les sacude de lo lindo por haber sino malo, desobediente y pelín tontaina. Y es que hay que medir el tamaño del enemigo, antes de meterle el dedo en el ojo.
Y ahora viene, como en las Fábulas de Samaniego, la enseñanza a propios y extraños. Y es que al Moisés de esta historia, también le hicieron entrega en el Monasterio de Poblet, de unas tablas con las siguientes consideraciones.
No engañarás a tu pueblo, ni a ti mismo.
No cometerás imprudencias temerarias.
No desearás ser lo que nunca fuiste.
No morderás la mano que te está dando de comer.
No tomarás a los tribunales y sus sentencias a coña marinera.
Y ahora viene una nueva etapa. Con los iluminados en prisión. Con la seguridad absoluta de que con el Estado no se juega a procesos rupturistas. Con la convocatoria de elecciones para el próximo 21-D.
¿Qué escenario se deduce con el 2018?
El resultado de las urnas debería arrojar, desde una imponente participación, una sentencia popular sobre lo acontecido. Si los independentistas crecen en votos y escaños, el problema de Cataluña seguirá siendo, junto a la crisis económica y la corrupción, señal de fracaso para un sistema político que se aleja de la ciudadanía. Si los partidos constitucionalistas no son capaces de construir un acuerdo para gobernar el cambio en Cataluña, mostrarán a las claras que son parte del problema e incapaces de aportar soluciones. Si no se abre una etapa de reformas y regeneración en el Estado, esta vieja nación cargará con una clase dirigente que son una losa que pesa lo suficiente para arrastrarnos al abismo.
Para los ingenuos. A estas alturas de historia, con un Estado descentralizado en que las comunidades son fragmentos de tal, no se pueden aumentar privilegios, desigualdades y desequilibrios. Lo digo como advertencia a quienes se han creído que los nacionalismos tienen razones para exigir un trato de usía por parte del Estado. ¿Qué más se le puede dar a Cataluña que no tenga, para que se sientan cómodos los autores del slogan: "España nos roba"?
Para los que han descubierto las causas del conflicto, en el tiempo y en los métodos. Hay determinadas competencias que deben ser del Estado. Hay determinadas actuaciones que son semilla para el odio. Hay demasiada pompa histórica que sólo conduce a que los pícaros se aprovechen y aumenten sus cuentas en paraísos fiscales. Por eso, el Estado, más que disponer de muchas competencias y muchos cargos, lo que tiene que saber es cómo diagnosticar y tratar de inmediato enfermedades que conducen a la UCI.
Para terminar con los actores de la tragicomedia. Me ha decepcionado el papel de Forcadell. Le creía como Santa Teresa de Jesús, dispuesta a todo en nombre de su papel místico-independentista. ¡Pues no! Lo que realmente le gustaba era ocupar el sillón gestatorio de la Presidencia del Parlamento sito en el Parque de la Ciudadela y toda la parafernalia que conlleva. De ahí esa imagen propia de su "condición señorial" de comparecer en sede judicial con su coche oficial.
En cuanto a la alcaldesa de Barcelona...¡Menudo problema tienen en Barcelona con tal dama!. Y es que, como decía mi padre, no hay ser más peligroso que un tonto -inculto- con un bolígrafo en la mano, y poder para usarlo a su antojo...
El "honorable" Puigdemont se estaba tomando un café con un amigo de la inmortal Girona, cuando su smartphone le informa de algo que se veía venir. Parte de su Gobierno, en vez de estar en la sede para la República de Cataluña, estaba a la espera de ingresar en prisión. ¡Ostras Pedrín!
Pues sí, parece que la historia del 'procés' ha terminado mal. Por una parte, sin que nadie con cierto peso en la UE les haya reconocido la "solemne" declaración de independencia. Sin que los motivos históricos esgrimidos para convencer al pueblo hayan evitado que el peso de la ley del Estado Español se imponga. Sin que los intermediarios "secretos" sirvieran para frenar la caída al abismo del conjunto formado por el prestigio nacional catalán, instituciones de autogobierno pasadas de rosca sufriendo el implacable "sopapo" del auténtico Estado de Derecho.
Y ahora el espectáculo final nos lleva a considerar todo lo sucedido como aquellos esperpentos de Valle-Inclán. Mentiras, victimismo, "pacíficas agresiones" a las FCSE (Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado), desobediencia al TC, movilizaciones de ilusos que se llegaron a emocionar con determinados ambientes, soflamas y votaciones. Pero lo mejor de todo, en el terreno de lo grotesco, ha sido la huida del "honorable" a la capital dónde tienen su sede las instancias de la UE para, no sabemos, si iniciar un simbólico exilio o tratar de buscar un manto protector a costa de dar razones a la autoridad judicial para decretar prisión incondicional por riesgo de huida en el caso de los miembros del ex gobierno catalán. ¡Porca miseria!.
Como del árbol caído todos hacen ramas para el fuego, mucho me tomo que Puigdemont termine por ser el 'caganet' de estas Navidades. Habrá conseguido pasar a la historia de Cataluña como uno de esos ninots propios de los teatros para marionetas, cuando la autoridad competente les sacude de lo lindo por haber sino malo, desobediente y pelín tontaina. Y es que hay que medir el tamaño del enemigo, antes de meterle el dedo en el ojo.
Y ahora viene, como en las Fábulas de Samaniego, la enseñanza a propios y extraños. Y es que al Moisés de esta historia, también le hicieron entrega en el Monasterio de Poblet, de unas tablas con las siguientes consideraciones.
No engañarás a tu pueblo, ni a ti mismo.
No cometerás imprudencias temerarias.
No desearás ser lo que nunca fuiste.
No morderás la mano que te está dando de comer.
No tomarás a los tribunales y sus sentencias a coña marinera.
Y ahora viene una nueva etapa. Con los iluminados en prisión. Con la seguridad absoluta de que con el Estado no se juega a procesos rupturistas. Con la convocatoria de elecciones para el próximo 21-D.
¿Qué escenario se deduce con el 2018?
El resultado de las urnas debería arrojar, desde una imponente participación, una sentencia popular sobre lo acontecido. Si los independentistas crecen en votos y escaños, el problema de Cataluña seguirá siendo, junto a la crisis económica y la corrupción, señal de fracaso para un sistema político que se aleja de la ciudadanía. Si los partidos constitucionalistas no son capaces de construir un acuerdo para gobernar el cambio en Cataluña, mostrarán a las claras que son parte del problema e incapaces de aportar soluciones. Si no se abre una etapa de reformas y regeneración en el Estado, esta vieja nación cargará con una clase dirigente que son una losa que pesa lo suficiente para arrastrarnos al abismo.
Para los ingenuos. A estas alturas de historia, con un Estado descentralizado en que las comunidades son fragmentos de tal, no se pueden aumentar privilegios, desigualdades y desequilibrios. Lo digo como advertencia a quienes se han creído que los nacionalismos tienen razones para exigir un trato de usía por parte del Estado. ¿Qué más se le puede dar a Cataluña que no tenga, para que se sientan cómodos los autores del slogan: "España nos roba"?
Para los que han descubierto las causas del conflicto, en el tiempo y en los métodos. Hay determinadas competencias que deben ser del Estado. Hay determinadas actuaciones que son semilla para el odio. Hay demasiada pompa histórica que sólo conduce a que los pícaros se aprovechen y aumenten sus cuentas en paraísos fiscales. Por eso, el Estado, más que disponer de muchas competencias y muchos cargos, lo que tiene que saber es cómo diagnosticar y tratar de inmediato enfermedades que conducen a la UCI.
Para terminar con los actores de la tragicomedia. Me ha decepcionado el papel de Forcadell. Le creía como Santa Teresa de Jesús, dispuesta a todo en nombre de su papel místico-independentista. ¡Pues no! Lo que realmente le gustaba era ocupar el sillón gestatorio de la Presidencia del Parlamento sito en el Parque de la Ciudadela y toda la parafernalia que conlleva. De ahí esa imagen propia de su "condición señorial" de comparecer en sede judicial con su coche oficial.
En cuanto a la alcaldesa de Barcelona...¡Menudo problema tienen en Barcelona con tal dama!. Y es que, como decía mi padre, no hay ser más peligroso que un tonto -inculto- con un bolígrafo en la mano, y poder para usarlo a su antojo...