Cuanto peor, mejor
Tenía en cartera escribir el segundo acto que da continuidad al artículo anterior, pero voy a hacer un inciso esta semana con una valoración de un aspecto nada irrelevante del auto judicial que abre el procesamiento del gobierno sedicioso catalán suspendido en virtud de la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española.
El aspecto concreto que voy a comentar, de dicho auto, tiene una trascendencia y significación tan fundamental que a mi juicio contextualiza y explica todas las imputaciones que subsiguen a lo largo del auto. Es fundamental tener como contexto del auto esas líneas redactadas por la juez, pues son de tal relieve y gravedad que no pueden escapar a los ojos de ningún observador imparcial propio del ámbito jurídico o externo, tanto por su claridad expositiva como por su valor incriminatorio. No me he resistido a la tentación de redactar esta interpretación que a continuación expongo.
La Juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ha imputado y privado provisionalmente de libertad a los miembros del Gobierno secesionista, a la espera de la extradición del presidente y los consejeros presuntamente huidos. Este hecho ha provocado la falaz acusación al Estado de un encausamiento político contra los sediciosos. Como no podía ser de otra manera la alcaldesa de Barcelona no pierde ocasión para poner en solfa las resoluciones judiciales. Hay que preguntarse en qué manos se encuentra una ciudad tan importante como Barcelona cuando se permiten expresiones de su más alta mandataria que sojuzgan las actuaciones derivadas del Estado de Derecho. Yo si fuera contribuyente de la ciudad condal pondría en cuestión las decisiones de la edil que lejos de gobernar bien los intereses de los barceloneses se mete en camisa de once varas que son ajenas al mandato consistorial, incitando a la contestación a las instituciones del Estado.
El fragmento que corto y pego del auto deja al descubierto de forma fehaciente, sobre la base de documentación incautada por orden judicial, lo que todos nos temíamos: que había una conspiración para poner a la sociedad catalana en píe de guerra creando un contexto prerrevolucionario, provocando efectos convulsivos tanto en el orden social como en el económico y llevando al estado de cosas de “cuanto peor mejor” que creara el clima adecuado para hacer más admisible la aceptación del proceso de independencia diseñado por el entramado político-social secesionista, con claros actos de rebelión inducida. Hay analistas que dicen que no ha habido rebelión por parte de los imputados, pero sin embargo sí parece que hubo inducción a la misma a tenor de las palabras escritas por la juez en su auto. Evidentemente estamos en la fase de la instrucción y nada se puede afirmar con carácter concluyente, mientras no haya sentencia, pero los indicios son inapelables.
Dice la juez en su auto que… “("Reenfocando el proceso de independencia para un resultado exitoso. Propuesta estratégica") que establecía una hoja de ruta para alcanzar la independencia de Cataluña, y en él se recogía el papel que deberían jugar cada uno de los actores en el desarrollo del plan. Este documento, en la práctica, se corresponde perfectamente con todos los pasos ejecutados por el Gobierno de la Generalitat durante los más de dos años transcurridos, incluida la declaración unilateral de independencia (DUI). Además, con los actos ejecutados en desarrollo práctico de esta hoja de ruta, se han venido desobedeciendo sucesiva, sistemática y frontalmente todas y cada una de las decisiones del Tribunal Constitucional".
"En ese documento se diseñó un plan estratégico cuyo principal objetivo era crear un Estado propio incluso contemplando la posibilidad de recurrir a una eventual desconexión con el Estado Español derivando, si fuese necesario y como último recurso, un conflicto democrático de amplio apoyo ciudadano, orientado a generar inestabilidad política y económica que forzara al Estado a aceptar la negociación de la separación o en su defecto un referéndum forzado que igualmente les permitiera declarar la independencia. En definitiva, el documento contemplaba sin solución de continuidad una única y exclusiva alternativa para Cataluña: su independencia y la configuración como Estado propio separado de España, siendo un elemento necesario para su consecución la celebración de un referéndum, al margen de la validez del mismo.
De esta forma, los investigados urdieron una estrategia de todo el movimiento secesionista, perfectamente organizada y con reparto de papeles entre las autoridades gubernamentales, parlamentarias Y asociaciones independentistas (ANC y Ómnium) que llevaría a la celebración del Referéndum ilegal el día 1 de octubre y a la declaración de independencia aprobada en el parlamento el pasado día 27 de octubre.”
“Mientras que los trabajos parlamentarios se orientaban a aprobar una normativa en la que fundamentar y dar una apariencia de legalidad a las distintas etapas del proceso de desconexión, la actuación a través de los movimientos populares, auspiciada por los anteriores, iba encaminada a crear en la ciudadanía un sentimiento de rechazo hacia las instituciones españolas y los poderes del Estado para propiciar y justificar la desobediencia de la sociedad hacia las órdenes emanadas de ellos y para permitir, cuando fuera necesario, la movilización social para respaldar la consecución de los fines independentistas.”
“En ejecución de lo resuelto, para la consecución del fin secesionista que guiaba la conducta de todos los querellados, éstos se valieron de la población alentando actos de insurrección pública, de desobediencia y de resistencia colectiva a la autoridad legítima del Estado, ocupando al efecto carreteras, calles o edificios públicos y sometiendo a los agentes de la autoridad a un incesante acoso.”
“Igualmente se llevaron a cabo distintas concentraciones y manifestaciones promovidas por las asociaciones ANC y Ómnium. Las citadas asociaciones actuaron como brazo civil del levantamiento auspiciado por las autoridades del Govern favoreciendo movilizaciones como las que tuvieron lugar los días 20 y 21 de septiembre y 1 de octubre.”
Aunque solamente sea por el contenido de estos párrafos es vergonzoso e indignante que todavía tengan la desfachatez de decir que este es un proceso político y que los miembros del ejecutivo rebelde procesados son presos políticos, cuando han ejecutado acciones constatadas en la documentación incautada cuyo contenido corresponde de forma matemática con el desarrollo de los hechos, dando justificación sobrada de la intencionalidad de los sediciosos. Se entiende con una claridad difícilmente superable.
Este tipo de estrategias son muy características de los gobiernos totalitarios que no atienden a criterios de bien común o de interés general sino a intereses de parte o de casta. Los que hemos vivido el proceso vasco, aún vigente, sabemos aquellas dinámicas de “cuanto peor mejor” de la antigua Herri Batasuna y de sus marcas blancas que pretendían crear una situación de caos, de penuria económica, de paro, de consternación general que llevara indefectiblemente a la aceptación irremediable de una independencia y una revolución socialista. Vivimos aquel periodo de la “socialización del sufrimiento” de la ponencia Oldartzen, establecida por el conglomerado batasuno, que buscaba la resolución del llamado “conflicto” provocando una conturbación de tal envergadura que llevara a la población a someterse al dictado del nacionalismo, provocando así un proceso revolucionario para la independencia con un nuevo Estado socialista euskaldun. La CUP sabe de esto mucho, pues está copiando miméticamente este mecanismo ya inventado, al que, inexplicablemente se han sumado Puigdemont y sus muchachos, incluido ERC y demás ralea.
En el “Libro negro del comunismo” redactado por varios autores rusos, queda sobradamente descrita esta filosofía bolchevique de llevar a la población a situaciones límite que obliguen a pasar por el aro totalitario a las gentes. Cuentan que en una ocasión Stalin reunió a su Polit Buró y desplumó en vivo una gallina. La pobre, con la piel sanguinolienta corría despavorida. Stalin cogió un puñado de trigo y se lo dio. La gallina lo comió con avidez. Cuando acabó de comer, Stalin cogió otro nuevo puñado de grano. La gallina le seguía a todas partes. Y dijo Stalin a sus subordinados: - Mirad lo que tenéis que hacer para que os obedezca el pueblo…
Son palabras que se atribuyen a Stalin en dicho libro las siguientes. Se refería a los campesinos, a los que se expropiaba toda la producción agrícola para alimentar a los obreros de la industria, diezmando por hambre a la población campesina: “[…]Con tanta gente hambrienta que se alimenta de carne humana, con los caminos congestionados de centenares y de millares de cadáveres, ahora y solamente ahora podemos (y en consecuencia debemos) confiscar los bienes de la Iglesia con una energía feroz y despiadada. Precisamente ahora y solamente ahora la inmensa mayoría de las masas campesinas puede apoyarnos, o más exactamente, puede no estar en condiciones de apoyar a ese puñado de clericales y de pequeño-burgueses reaccionarios… Podemos así proporcionarnos un tesoro de varios centenares de millones de rublos-oro (¿soñad en las riquezas de ciertos monasterios!). […] Debemos, cueste lo que cueste, apropiarnos de ese tesoro de varios centenares de millones de rublos. Todo esto no puede realizarse con éxito más que ahora. Todo indica que no alcanzaremos nuestro objetivo en otro momento, porque solamente la desesperación generada por el hambre puede acarrear una actitud benévola, o al menos neutra, de las masas en relación con nosotros…[…]”
En la Guerra Civil española, Stalin no pretendía ganar la guerra a Franco, sino provocar una guerra en el interior de la guerra, es decir la toma del poder para su misión de lograr la república socialista soviética en el país de los íberos.
¿Cualquier persona decente con un poco de inteligencia puede permitir lo que pretendía esta banda de facinerosos en Cataluña?
Tenía en cartera escribir el segundo acto que da continuidad al artículo anterior, pero voy a hacer un inciso esta semana con una valoración de un aspecto nada irrelevante del auto judicial que abre el procesamiento del gobierno sedicioso catalán suspendido en virtud de la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española.
El aspecto concreto que voy a comentar, de dicho auto, tiene una trascendencia y significación tan fundamental que a mi juicio contextualiza y explica todas las imputaciones que subsiguen a lo largo del auto. Es fundamental tener como contexto del auto esas líneas redactadas por la juez, pues son de tal relieve y gravedad que no pueden escapar a los ojos de ningún observador imparcial propio del ámbito jurídico o externo, tanto por su claridad expositiva como por su valor incriminatorio. No me he resistido a la tentación de redactar esta interpretación que a continuación expongo.
La Juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ha imputado y privado provisionalmente de libertad a los miembros del Gobierno secesionista, a la espera de la extradición del presidente y los consejeros presuntamente huidos. Este hecho ha provocado la falaz acusación al Estado de un encausamiento político contra los sediciosos. Como no podía ser de otra manera la alcaldesa de Barcelona no pierde ocasión para poner en solfa las resoluciones judiciales. Hay que preguntarse en qué manos se encuentra una ciudad tan importante como Barcelona cuando se permiten expresiones de su más alta mandataria que sojuzgan las actuaciones derivadas del Estado de Derecho. Yo si fuera contribuyente de la ciudad condal pondría en cuestión las decisiones de la edil que lejos de gobernar bien los intereses de los barceloneses se mete en camisa de once varas que son ajenas al mandato consistorial, incitando a la contestación a las instituciones del Estado.
El fragmento que corto y pego del auto deja al descubierto de forma fehaciente, sobre la base de documentación incautada por orden judicial, lo que todos nos temíamos: que había una conspiración para poner a la sociedad catalana en píe de guerra creando un contexto prerrevolucionario, provocando efectos convulsivos tanto en el orden social como en el económico y llevando al estado de cosas de “cuanto peor mejor” que creara el clima adecuado para hacer más admisible la aceptación del proceso de independencia diseñado por el entramado político-social secesionista, con claros actos de rebelión inducida. Hay analistas que dicen que no ha habido rebelión por parte de los imputados, pero sin embargo sí parece que hubo inducción a la misma a tenor de las palabras escritas por la juez en su auto. Evidentemente estamos en la fase de la instrucción y nada se puede afirmar con carácter concluyente, mientras no haya sentencia, pero los indicios son inapelables.
Dice la juez en su auto que… “("Reenfocando el proceso de independencia para un resultado exitoso. Propuesta estratégica") que establecía una hoja de ruta para alcanzar la independencia de Cataluña, y en él se recogía el papel que deberían jugar cada uno de los actores en el desarrollo del plan. Este documento, en la práctica, se corresponde perfectamente con todos los pasos ejecutados por el Gobierno de la Generalitat durante los más de dos años transcurridos, incluida la declaración unilateral de independencia (DUI). Además, con los actos ejecutados en desarrollo práctico de esta hoja de ruta, se han venido desobedeciendo sucesiva, sistemática y frontalmente todas y cada una de las decisiones del Tribunal Constitucional".
"En ese documento se diseñó un plan estratégico cuyo principal objetivo era crear un Estado propio incluso contemplando la posibilidad de recurrir a una eventual desconexión con el Estado Español derivando, si fuese necesario y como último recurso, un conflicto democrático de amplio apoyo ciudadano, orientado a generar inestabilidad política y económica que forzara al Estado a aceptar la negociación de la separación o en su defecto un referéndum forzado que igualmente les permitiera declarar la independencia. En definitiva, el documento contemplaba sin solución de continuidad una única y exclusiva alternativa para Cataluña: su independencia y la configuración como Estado propio separado de España, siendo un elemento necesario para su consecución la celebración de un referéndum, al margen de la validez del mismo.
De esta forma, los investigados urdieron una estrategia de todo el movimiento secesionista, perfectamente organizada y con reparto de papeles entre las autoridades gubernamentales, parlamentarias Y asociaciones independentistas (ANC y Ómnium) que llevaría a la celebración del Referéndum ilegal el día 1 de octubre y a la declaración de independencia aprobada en el parlamento el pasado día 27 de octubre.”
“Mientras que los trabajos parlamentarios se orientaban a aprobar una normativa en la que fundamentar y dar una apariencia de legalidad a las distintas etapas del proceso de desconexión, la actuación a través de los movimientos populares, auspiciada por los anteriores, iba encaminada a crear en la ciudadanía un sentimiento de rechazo hacia las instituciones españolas y los poderes del Estado para propiciar y justificar la desobediencia de la sociedad hacia las órdenes emanadas de ellos y para permitir, cuando fuera necesario, la movilización social para respaldar la consecución de los fines independentistas.”
“En ejecución de lo resuelto, para la consecución del fin secesionista que guiaba la conducta de todos los querellados, éstos se valieron de la población alentando actos de insurrección pública, de desobediencia y de resistencia colectiva a la autoridad legítima del Estado, ocupando al efecto carreteras, calles o edificios públicos y sometiendo a los agentes de la autoridad a un incesante acoso.”
“Igualmente se llevaron a cabo distintas concentraciones y manifestaciones promovidas por las asociaciones ANC y Ómnium. Las citadas asociaciones actuaron como brazo civil del levantamiento auspiciado por las autoridades del Govern favoreciendo movilizaciones como las que tuvieron lugar los días 20 y 21 de septiembre y 1 de octubre.”
Aunque solamente sea por el contenido de estos párrafos es vergonzoso e indignante que todavía tengan la desfachatez de decir que este es un proceso político y que los miembros del ejecutivo rebelde procesados son presos políticos, cuando han ejecutado acciones constatadas en la documentación incautada cuyo contenido corresponde de forma matemática con el desarrollo de los hechos, dando justificación sobrada de la intencionalidad de los sediciosos. Se entiende con una claridad difícilmente superable.
Este tipo de estrategias son muy características de los gobiernos totalitarios que no atienden a criterios de bien común o de interés general sino a intereses de parte o de casta. Los que hemos vivido el proceso vasco, aún vigente, sabemos aquellas dinámicas de “cuanto peor mejor” de la antigua Herri Batasuna y de sus marcas blancas que pretendían crear una situación de caos, de penuria económica, de paro, de consternación general que llevara indefectiblemente a la aceptación irremediable de una independencia y una revolución socialista. Vivimos aquel periodo de la “socialización del sufrimiento” de la ponencia Oldartzen, establecida por el conglomerado batasuno, que buscaba la resolución del llamado “conflicto” provocando una conturbación de tal envergadura que llevara a la población a someterse al dictado del nacionalismo, provocando así un proceso revolucionario para la independencia con un nuevo Estado socialista euskaldun. La CUP sabe de esto mucho, pues está copiando miméticamente este mecanismo ya inventado, al que, inexplicablemente se han sumado Puigdemont y sus muchachos, incluido ERC y demás ralea.
En el “Libro negro del comunismo” redactado por varios autores rusos, queda sobradamente descrita esta filosofía bolchevique de llevar a la población a situaciones límite que obliguen a pasar por el aro totalitario a las gentes. Cuentan que en una ocasión Stalin reunió a su Polit Buró y desplumó en vivo una gallina. La pobre, con la piel sanguinolienta corría despavorida. Stalin cogió un puñado de trigo y se lo dio. La gallina lo comió con avidez. Cuando acabó de comer, Stalin cogió otro nuevo puñado de grano. La gallina le seguía a todas partes. Y dijo Stalin a sus subordinados: - Mirad lo que tenéis que hacer para que os obedezca el pueblo…
Son palabras que se atribuyen a Stalin en dicho libro las siguientes. Se refería a los campesinos, a los que se expropiaba toda la producción agrícola para alimentar a los obreros de la industria, diezmando por hambre a la población campesina: “[…]Con tanta gente hambrienta que se alimenta de carne humana, con los caminos congestionados de centenares y de millares de cadáveres, ahora y solamente ahora podemos (y en consecuencia debemos) confiscar los bienes de la Iglesia con una energía feroz y despiadada. Precisamente ahora y solamente ahora la inmensa mayoría de las masas campesinas puede apoyarnos, o más exactamente, puede no estar en condiciones de apoyar a ese puñado de clericales y de pequeño-burgueses reaccionarios… Podemos así proporcionarnos un tesoro de varios centenares de millones de rublos-oro (¿soñad en las riquezas de ciertos monasterios!). […] Debemos, cueste lo que cueste, apropiarnos de ese tesoro de varios centenares de millones de rublos. Todo esto no puede realizarse con éxito más que ahora. Todo indica que no alcanzaremos nuestro objetivo en otro momento, porque solamente la desesperación generada por el hambre puede acarrear una actitud benévola, o al menos neutra, de las masas en relación con nosotros…[…]”
En la Guerra Civil española, Stalin no pretendía ganar la guerra a Franco, sino provocar una guerra en el interior de la guerra, es decir la toma del poder para su misión de lograr la república socialista soviética en el país de los íberos.
¿Cualquier persona decente con un poco de inteligencia puede permitir lo que pretendía esta banda de facinerosos en Cataluña?