Demoledora crítica de la Asociación de Inspectores a la etapa de Miguel Fernández Ordóñez al frente del Banco de España
Los inspectores denuncian que el Banco de España está en manos de las entidades financieras
La Asociación de Inspectores del Banco de España se ha mostrado especialmente crítica con la labor de la institución durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), con el gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez (2006-2012) al frente. Según denuncian los inspectores, en ese tiempo se aprobaron fusiones de cajas a la ligera y saneamientos contra reservas “para no declarar pérdidas millonarias”. Así lo explicó durante su comparecencia en la comisión del Congreso sobre la crisis financiera el secretario de la asociación, José Antonio Delgado Manzanares, quien aseguró, además, que la cúpula del supervisor entonces cometió errores, “aunque esta evidencia sea negada constantemente” y no pidan disculpas.
En opinión de Manzanares, la institución ha apartado en los últimos años a varios inspectores que descubrieron deficiencias en entidades y dio a entender que en algunos casos lo hacía por la influencia de las propias entidades supervisadas. Por ello, reclamó un marco legal que proteja la independencia de este colectivo para intentar luchar contra “la captura del supervisor por las entidades”, que en su momento, durante los años de la crisis, se tradujo en una actuación “muy suave” del supervisor.
A modo de ejemplo, aseguró que él mismo, cuando era inspector de Liberbank, fue apartado de sus funciones porque en el Banco de España no estaban cómodos con el informe que había elaborado sobre la entidad. “Me dijeron que no tenía cintura, para, a renglón seguido, añadir que “era el top one”, pero que “no tenía flexibilidad y reflejaba en algunos correos ideas que podrían poner en serio peligro reputacional a una entidad”. Lo mismo le pasó a otros inspectores del Banco de España que trabajaban para la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), así como en Caja Castilla-La Mancha y cree que también en Banco Popular.
Respecto al modo de abordar la crisis financiera, Delgado Manzanares recordó que se apostó por las uniones de entidades bajo una que actuaba de cabecera, lo que se conoce como un SIP o una fusión fría, una fórmula que aplaudió en la misma comisión Fernández Ordóñez. Sin embargo, el inspector del Banco de España advirtió de que “no se puede defender que las fusiones fueran buenas por ser meras fusiones y dar lugar a sinergias de costes, porque la realidad es que si se juntan entidades en mal estado, la contaminación de balance es muy superior a las sinergias”. En opinión de este inspector, la cúpula del Banco de España, a pesar de que podía oponerse a esas fusiones, las aprobaba sin requerir antes que la inspección realizaran un informe previo porque sin esa información era imposible evaluar la viabilidad de un nuevo grupo. Algo que, lamentó, no ha cambiado porque tampoco ha habido informe de inspección sobre la fusión de Bankia y BMN o sobre la resolución del Popular.
La Asociación de Inspectores del Banco de España se ha mostrado especialmente crítica con la labor de la institución durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), con el gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez (2006-2012) al frente. Según denuncian los inspectores, en ese tiempo se aprobaron fusiones de cajas a la ligera y saneamientos contra reservas “para no declarar pérdidas millonarias”. Así lo explicó durante su comparecencia en la comisión del Congreso sobre la crisis financiera el secretario de la asociación, José Antonio Delgado Manzanares, quien aseguró, además, que la cúpula del supervisor entonces cometió errores, “aunque esta evidencia sea negada constantemente” y no pidan disculpas.
En opinión de Manzanares, la institución ha apartado en los últimos años a varios inspectores que descubrieron deficiencias en entidades y dio a entender que en algunos casos lo hacía por la influencia de las propias entidades supervisadas. Por ello, reclamó un marco legal que proteja la independencia de este colectivo para intentar luchar contra “la captura del supervisor por las entidades”, que en su momento, durante los años de la crisis, se tradujo en una actuación “muy suave” del supervisor.
A modo de ejemplo, aseguró que él mismo, cuando era inspector de Liberbank, fue apartado de sus funciones porque en el Banco de España no estaban cómodos con el informe que había elaborado sobre la entidad. “Me dijeron que no tenía cintura, para, a renglón seguido, añadir que “era el top one”, pero que “no tenía flexibilidad y reflejaba en algunos correos ideas que podrían poner en serio peligro reputacional a una entidad”. Lo mismo le pasó a otros inspectores del Banco de España que trabajaban para la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), así como en Caja Castilla-La Mancha y cree que también en Banco Popular.
Respecto al modo de abordar la crisis financiera, Delgado Manzanares recordó que se apostó por las uniones de entidades bajo una que actuaba de cabecera, lo que se conoce como un SIP o una fusión fría, una fórmula que aplaudió en la misma comisión Fernández Ordóñez. Sin embargo, el inspector del Banco de España advirtió de que “no se puede defender que las fusiones fueran buenas por ser meras fusiones y dar lugar a sinergias de costes, porque la realidad es que si se juntan entidades en mal estado, la contaminación de balance es muy superior a las sinergias”. En opinión de este inspector, la cúpula del Banco de España, a pesar de que podía oponerse a esas fusiones, las aprobaba sin requerir antes que la inspección realizaran un informe previo porque sin esa información era imposible evaluar la viabilidad de un nuevo grupo. Algo que, lamentó, no ha cambiado porque tampoco ha habido informe de inspección sobre la fusión de Bankia y BMN o sobre la resolución del Popular.