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Viernes, 17 de Noviembre de 2017 Tiempo de lectura:
Faustino Merchán Gabaldón

Hispanoamérica y la gran mentira

Es una evidencia histórica que los españoles no solo no realizaron ningún genocidio o exterminio en los pueblos hispanos, sino que llevaron a cabo la mayor unión cultural y racial de la Historia Universal, como así lo expresa acertadamente el presidente norteamericano masón Roosevelt, “los españoles, con la transmisión de su sangre, de su vida y de su fe implantaron en nuestro suelo una civilización muy distinta a la de otros pueblos conquistadores. Más humanitaria que la que mata y esclaviza razas como hicieron los franceses, los ingleses y nosotros mismos con los indios en Norteamérica”.


En efecto, a diferencia del anglosajón, el español se mezcló y conformó un Nuevo Mundo donde el nativo indígena, el blanco y el negro se fundieron en una nueva raza, el mestizo. Y para demostrar dicha información J.A. Rojo toma como ejemplo a Méjico, donde el 60% de la población es mestiza, el 30% es indígena, y solo el 10% son blancos. Mientras que en los Estados Unidos de América los nativos indígenas fueron exterminados por los anglosajones y solo representan actualmente el 0,5% de la población total. En la propia Norteamérica las mayores masas de población actual con sangre indígena, incluso en California, Nuevo México, etc., lo deben a que España llegó antes que "Anglosajonia" a esas regiones. Y así no corrieron la misma suerte de los pieles rojas.


La lucha fratricida de dos grandes civilizaciones tuvo lugar en los últimos 500 años del mundo, y éste ha estado dominado por la civilización hispánica y la anglosajona. En estos momentos la civilización  hispana por medio de la inmigración masiva hacia los EE.UU se ha convertido en una gran amenaza para la civilización anglosajona, dominante en estos momentos en el mundo. Para que no se produzca el dominio de la civilización hispana en los EE.UU, se ha trazado un plan mediante maniobras muy sibilinas para estigmatizar la identidad de los hispanoamericanos, con el fin de que estos rechacen sus raíces hispanas, inventándose el malévolo termino de latinoamericanos, para desvirtuar y restar importancia a la gran aventura española, y de esta manera, manejar a su antojo a un pueblo huérfano de raíces y valores, sembrando cizaña inoculando e intoxicando con un odio y resentimiento visceral y mezquino, hacia lo propio y la unión hermanada de los hispanos de uno y otro lado del Atlántico, en oposición a aquellos que disponen de conocimiento, y en consecuencia son nobles y agradecidos, y  denominan justamente  la Madre Patria a España. El término " latinoamericano", fue promovido y puesto en circulación por el poderoso aparato diplomático de Napoleón Bonaparte en un intento de incluir a Francia entre los Estados con alguna vinculación con Hispanoamérica para conseguir una cierta justificación al meter la cuchara en los intereses americanos. Dado el calamitoso estado de la España del momento, lamentable reinado de Fernando VII, era la ocasión propicia para el sueño imperial de Napoleón. El término, al margen de la intención de Napoleón, fue inmediatamente cultivado por todos los intereses contrarios a España, es decir, movimientos independentistas americanos y ámbito político-cultural anglosajón que se encargó de su rápida difusión e implantación.


Evidentemente, los indígenas ni sus líderes son quienes manejan los hilos de un indigenismo totalitario que quiere destruir la cultura hispánica, utilizando malévolamente el anacronismo histórico, es decir, juzgando con criterios actuales, hechos de épocas muy pretéritas. El indigenismo es un invento europeo, concretamente holandés, proveniente de la leyenda negra de Guillermo de Orange, exacerbado y desarrollado por los anglosajones, que constituye una gran mentira, basada en la maldad de estos, que trabajan no precisamente para intereses de los indígenas, sino para intereses muy determinados, aunque hay algunos indígenas lacayos que les hacen el juego, porque viven de ello como sátrapas en sus satrapías, y actúan como fieles mercenarios por unas pocas monedas, según cita J. A. Rojo.


Lo que pretenden los amos de los indígenas lacayos es limpiar su propia reputación, acusando a otro de sus maldades, para distraer la atención. Es decir, mientras se hable falazmente del exterminio de nativos por parte de los españoles, no se hablará nunca del verdadero genocidio que cometieron los holandeses en África y los anglosajones en Norteamérica, Australia, Nueva Zelanda, etc.


Nos recuerda Rojo que partiendo de la premisa de que para todo totalitario la Tierra no gira alrededor del Sol, sino que gira en torno a su ideología, basada en las grandes mentiras del indigenismo radical lacayo.
El 12 de octubre de 1492 comienza la mayor unión de culturas y de razas de la Historia Universal. La conquista fue, sin duda, una gran hazaña, pero el descubrimiento de América, del Océano Pacífico y las islas Filipinas es aún mucho más interesante, porque es mutuo; el encuentro hace 500 años de un español y una nativa indígena que se aman y fruto de su amor engendran la raza cósmica que imaginara Vasconcelos.
Los resentidos  sociales siempre buscan engañar y manipular a la opinión pública intencionadamente, alterando lo que fue un “choque microbiano” entre europeos e indígenas, con un genocidio, como así lo expresa el poco sospechoso Tzvetan Todorov. “Los españoles no realizaron ningún exterminio directo de esos millones de indios. Examinando las formas que adopta la disminución de la población nativa, vemos que son tres las causas, y que la responsabilidad de los españoles en ellas es inversamente proporcional al número de víctimas que cada una produce: 1.- Por enfermedades víricas debido al choque microbiano, la mayor parte de las muertes, el 97,5%. 2.-Como consecuencia de los trabajos, el 2% de las muertes 3.- Por las guerras o conflictos, el 1% de los muertos.  Por tanto se puede ver la escasa responsabilidad de los españoles en esas muertes”.


El indigenismo radical afirma que los españoles exterminaron a más de 100 millones de indígenas, una gran mentira, repetida infinitas veces, una afirmación injuriosa, que sin duda, constituye un grave delito internacional, ya que es muy fácil responder a esta calumnia; puesto que la población indígena americana no pasaba de 13.300.000, como así afirma el experto venezolano Ángel Rosemblat.


No existe documento alguno de la corona española que ordenara el exterminio de los indígenas, por el contrario existen numerosas leyes que le protegían del hombre blanco. La legislación española para la protección de los indígenas no sólo fue la más avanzada de la época, sino que constituiría la referencia y base de los futuros Derechos Universales del Hombre.


El testamento de Isabel la Católica considera súbditos, y no esclavos a los indios del Nuevo Mundo. Las Leyes de Burgos de 1512 o las Leyes Nuevas de 1542 se decretaron para proteger a los indios de los excesos del hombre blanco y del mestizo. Por ello no es extraño que los indígenas lucharan a favor de España en las guerras de emancipación hispanoamericana para mantener sus fueros. Una vez que marcharon los españoles de América, la nueva clase dominante, la burguesía criolla, derogaron todos los privilegios de los indígenas, para esclavizarlos y exterminarlos, puesto que ellos querían seguir siendo españoles.
Los países hispanos en los que hay muy escasa población indígena, Chile y especialmente Argentina, han sido los responsables directos de su matanza sistemática. Tras la independencia de España, que no antes, los grandes estancieros criollos, pusieron precio, literalmente, a la cabeza de cada indígena mapuche asesinado, en la línea de lo que los colonos norteamericanos hicieron con sus indios y apoyados oficialmente por el ejército, con el propósito de apoderarse de sus territorios. Por cierto que esto sigue ocurriendo actualmente en Brasil, y no creo que sea precisamente culpa de Portugal.


Unos desalmados decapitaron recientemente la estatua de Fray Junípero Serra en la misión de Santa Bárbara, en California, otros ataques en serie contra las estatuas de Colón en EE.UU, blindándose estas estatuas, ante la oleada de ataques por la celebración del 12 de Octubre, así en Los Ángeles se cancela la celebración del día de Colón, y el 15-M organiza una marcha el12-O contra el día de la Hispanidad. Por ello queda claro que resentidos sociales e ignorantes manipulados pretenden destruir a toda costa la civilización hispánica, mientras los españoles e hispanoamericanos nos mostramos impasibles, de brazos cruzados.
Para entender lo que está pasando en Hispanoamérica, no hay que olvidar el neocomunismo que invade Hispanoamérica por medio de sangrientas dictaduras, y que necesita un enemigo externo para poder justificar sus fechorías y su enorme miseria moral. El neocomunismo, el viejo comunismo de nuevo cuño engaña un pueblo frustrado que vive en la miseria, y le engaña con las causa de ello, manifestándole que no se debe a que sus políticas sean nefastas, si no porque hace cinco siglos los españoles llegaron y esclavizaron a sus ancestros, utilizando esas patrañas infinitas veces para engañar, manipular y envenenar a una masa social ignorante y hambrienta que creerá que la culpa de todas sus desgracias son a causa de los malvados españoles, y no a consecuencia de sus miserables gobernantes.


Es decir, esos ataques infundados de forma despiadada a la cultura hispánica, sin que se responda adecuadamente por las autoridades españolas, a esas mentiras, “quien calla otorga”, se deben a que nuestros enemigos conocen perfectamente que pueden hacerlo sin apenas coste alguno. Ante esa infamia y odio, nos queda reaccionar como civilización hispana, puesto que cerrar los ojos o mirar para otro lado, sólo puede traer como consecuencia, la llegada de ideologías destructivas, así como la pérdida de nuestro propio ser y de nuestros orígenes, ya que un pueblo que reniega de su pasado y de sus antepasados es un pueblo sin presente y sin futuro.

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