Creador de vídeos para Prager University
Raymond Ibrahim: “YouTube sumerge a los ciudadanos occidentales en la ignorancia sobre la amenaza del islam”
![[Img #13204]](upload/img/periodico/img_13204.png)
En la lucha real que mantiene el islam contra Occidente, en ocasiones no es tan importante la fuerza del islam como los elementos subversivos occidentales que desde dentro de nuestra civilización ocultan y potencian el credo de Mahoma.
La censura total es una de estas tácticas. En un correo electrónico del pasado 10 de enero titulado "Estamos demandando a Google, aquí está el porqué", Prager University, una iniciativa que produce vídeos cortos sobre temas importantes “para explicar y hacer comprender los valores estadounidenses", reveló que "YouTube (propiedad de Google) ha decidido reiteradamente restringir algunos de nuestros vídeos por violar sus ‘Pautas de la comunidad’”. Esas pautas de Youtube están destinadas a proteger a los usuarios contra la visualización de contenido sexual o contenido violento y discursos de odio, “pero nuestros vídeos”, se afirmaba desde Prager University, “no contienen nada ni remotamente cercano a ninguna de estas categorías".
Prager U. había "presentado una queja contra YouTube, con la esperanza de que hubiera algún tipo de error inocente en su decisión”. Fue entonces cuando YouTube “nos dijo que después de revisar nuestros vídeos”, determinaron que, de hecho, "no eran apropiados para la audiencia más joven". Por consiguiente, varios vídeos de Prager U. no aparecen en las cuentas de YouTube que bloquean el “contenido sexual o gráfico”.
Para apreciar hasta qué punto la decisión de YouTube se basa en evitar que los estadounidenses (y especialmente sus jóvenes, su futuro) comprendan las amenazas que plantea el islam y, por lo tanto, empoderar al islam frente a Estados Unidos, repasé los vídeos que yo mismo hice para Prager U., que están entre aquellos actualmente restringidos por YouTube.
El primero se llama "Islam radical: la ideología más peligrosa". Aunque en él distinguí perfectamente entre musulmanes "radicales" y aquellos muchos musulmanes que solamente lo son de nombre; aunque yo (muy conservadoramente) sugerí que tal vez el diez por ciento de los musulmanes del mundo son "islamistas", y de ellos, que solo el dos por ciento está dispuesto a poner en práctica la violencia para imponer su visión del mundo supremacista; y aunque afirmé que "los islamistas mataron a muchos más musulmanes que los miembros de cualquier otro grupo”, YouTube consideró que ese vídeo era "inapropiado" para el público más joven.
Mi otro vídeo para Prager U, titulado "La minoría más perseguida del mundo: los cristianos", estaba dedicado a arrojar luz sobre la difícil situación de los cristianos, específicamente en tierras musulmanas, donde abrumadoramente tiene lugar la mayor parte de su persecución. También está censurado. En otras palabras, arrojar luz sobre lo que muchas autoridades occidentales han denominado como un "genocidio" de los cristianos, es, para YouTube, algo "inapropiado" para los jóvenes, como lo son los vídeos sexuales, de violencia gráfica o llenos de odio. No hace falta decir que no solo no hay imágenes reales explícitas en el vídeo sino que, además, atribuyo la violencia contra los cristianos a "fundamentalistas" e "interpretaciones fundamentalistas" del Corán, lo que significa que tampoco hay "odio".
Mientras tanto, "otros vídeos sobre temas similares, pero desde una perspectiva liberal" -incluidos los que tratan sobre el maltrato presunto o real de musulmanes a manos de no musulmanes (que encaja bien con la narrativa políticamente correcta) - no están restringidos por YouTube.
Cuando aparecieron mis dos vídeos para Prager U, cada uno alcanzó rápidamente más de un millón de visitas. Una vez que YouTube los restringió, sus visionado disminuyó en consecuencia, lo que significa que se logró la misión (mantener a los jóvenes de Estados Unidos en la oscuridad del conocimiento sobre el Islam).
Esto, por supuesto, es uno de los muchos ejemplos personales e impersonales de los esfuerzos de encubrimiento que realiza YouTube.
El 22 de abril de 2015, me encontré con un breve vídeo del autodenominado Estado Islámico (EI) que solo estaba disponible en los sitios web árabes en ese momento. En él, los miembros del EI fueron grabados en vídeo destruyendo cruces dentro y encima de las iglesias, mientras que los versos del Corán contra el "politeísmo" eran recitados como fondo sonoro. Decidí subirlo a YouTube, para mostrar a la gente de Occidente qué era lo que la gente del mundo musulmán conocía. YouTube rápidamente bajó el vídeo y me envió un correo electrónico de “advertencia". Por la lógica perversa de YouTube, no es el Estado Islámico el que está sembrando odio al destruir iglesias y crucifijos, sino más bien yo, simplemente por exponer esta realidad.
Los habitantes de Occidente deben darse cuenta del hecho de que están envueltos en una guerra en dos frentes: uno contra una civilización extraña que desea subyugarlos o masacrarlos, y otro contra elementos internosde caras sonrientes que llegan muy lejos para mantener oculta esta fea verdad.
![[Img #13204]](upload/img/periodico/img_13204.png)
En la lucha real que mantiene el islam contra Occidente, en ocasiones no es tan importante la fuerza del islam como los elementos subversivos occidentales que desde dentro de nuestra civilización ocultan y potencian el credo de Mahoma.
La censura total es una de estas tácticas. En un correo electrónico del pasado 10 de enero titulado "Estamos demandando a Google, aquí está el porqué", Prager University, una iniciativa que produce vídeos cortos sobre temas importantes “para explicar y hacer comprender los valores estadounidenses", reveló que "YouTube (propiedad de Google) ha decidido reiteradamente restringir algunos de nuestros vídeos por violar sus ‘Pautas de la comunidad’”. Esas pautas de Youtube están destinadas a proteger a los usuarios contra la visualización de contenido sexual o contenido violento y discursos de odio, “pero nuestros vídeos”, se afirmaba desde Prager University, “no contienen nada ni remotamente cercano a ninguna de estas categorías".
Prager U. había "presentado una queja contra YouTube, con la esperanza de que hubiera algún tipo de error inocente en su decisión”. Fue entonces cuando YouTube “nos dijo que después de revisar nuestros vídeos”, determinaron que, de hecho, "no eran apropiados para la audiencia más joven". Por consiguiente, varios vídeos de Prager U. no aparecen en las cuentas de YouTube que bloquean el “contenido sexual o gráfico”.
Para apreciar hasta qué punto la decisión de YouTube se basa en evitar que los estadounidenses (y especialmente sus jóvenes, su futuro) comprendan las amenazas que plantea el islam y, por lo tanto, empoderar al islam frente a Estados Unidos, repasé los vídeos que yo mismo hice para Prager U., que están entre aquellos actualmente restringidos por YouTube.
El primero se llama "Islam radical: la ideología más peligrosa". Aunque en él distinguí perfectamente entre musulmanes "radicales" y aquellos muchos musulmanes que solamente lo son de nombre; aunque yo (muy conservadoramente) sugerí que tal vez el diez por ciento de los musulmanes del mundo son "islamistas", y de ellos, que solo el dos por ciento está dispuesto a poner en práctica la violencia para imponer su visión del mundo supremacista; y aunque afirmé que "los islamistas mataron a muchos más musulmanes que los miembros de cualquier otro grupo”, YouTube consideró que ese vídeo era "inapropiado" para el público más joven.
Mi otro vídeo para Prager U, titulado "La minoría más perseguida del mundo: los cristianos", estaba dedicado a arrojar luz sobre la difícil situación de los cristianos, específicamente en tierras musulmanas, donde abrumadoramente tiene lugar la mayor parte de su persecución. También está censurado. En otras palabras, arrojar luz sobre lo que muchas autoridades occidentales han denominado como un "genocidio" de los cristianos, es, para YouTube, algo "inapropiado" para los jóvenes, como lo son los vídeos sexuales, de violencia gráfica o llenos de odio. No hace falta decir que no solo no hay imágenes reales explícitas en el vídeo sino que, además, atribuyo la violencia contra los cristianos a "fundamentalistas" e "interpretaciones fundamentalistas" del Corán, lo que significa que tampoco hay "odio".
Mientras tanto, "otros vídeos sobre temas similares, pero desde una perspectiva liberal" -incluidos los que tratan sobre el maltrato presunto o real de musulmanes a manos de no musulmanes (que encaja bien con la narrativa políticamente correcta) - no están restringidos por YouTube.
Cuando aparecieron mis dos vídeos para Prager U, cada uno alcanzó rápidamente más de un millón de visitas. Una vez que YouTube los restringió, sus visionado disminuyó en consecuencia, lo que significa que se logró la misión (mantener a los jóvenes de Estados Unidos en la oscuridad del conocimiento sobre el Islam).
Esto, por supuesto, es uno de los muchos ejemplos personales e impersonales de los esfuerzos de encubrimiento que realiza YouTube.
El 22 de abril de 2015, me encontré con un breve vídeo del autodenominado Estado Islámico (EI) que solo estaba disponible en los sitios web árabes en ese momento. En él, los miembros del EI fueron grabados en vídeo destruyendo cruces dentro y encima de las iglesias, mientras que los versos del Corán contra el "politeísmo" eran recitados como fondo sonoro. Decidí subirlo a YouTube, para mostrar a la gente de Occidente qué era lo que la gente del mundo musulmán conocía. YouTube rápidamente bajó el vídeo y me envió un correo electrónico de “advertencia". Por la lógica perversa de YouTube, no es el Estado Islámico el que está sembrando odio al destruir iglesias y crucifijos, sino más bien yo, simplemente por exponer esta realidad.
Los habitantes de Occidente deben darse cuenta del hecho de que están envueltos en una guerra en dos frentes: uno contra una civilización extraña que desea subyugarlos o masacrarlos, y otro contra elementos internosde caras sonrientes que llegan muy lejos para mantener oculta esta fea verdad.











