Apela a vigilar lugares de culto que puedan tener lazos con organizaciones terroristas
El Parlamento europeo confirma que oenegés y asociaciones benéficas se utilizan para financiar actividades terroristas
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Con objeto de cortar las fuentes de financiación terrorista, especialmente del terrorismo islamista, el Parlamento europeo propone vigilar las organizaciones y transacciones sospechosas e impulsar el intercambio de información de inteligencia.
En una resolución no legislativa recién aprobada, los eurodiputados insisten en que bloquear el acceso a fondos procedentes del comercio ilegal de bienes, armas, petróleo, drogas, tabaco y objetos culturales resulta clave para combatir el terrorismo. El pleno incide en que parte de estos fondos tienen origen en Europa, por ejemplo, vía ONGs, organizaciones benéficas, fundaciones y otras redes, bien conectadas dentro de la UE, y que se utilizan como cobertura para prácticas dudosas.
El texto preparado por Javier Nart (ALDE, España) fue respaldado por 533 eurodiputados, 24 votaron en contra y 43 se abstuvieron. El Parlamento insta al Consejo de la UE, la Comisión y el Servicio de Acción Exterior a reforzar el intercambio de información y la coordinación entre los servicios de inteligencia y las fuerzas de seguridad mediante una plataforma europea de información financiera, gestionada por Europol, que incluya una base de datos sobre transacciones sospechosas. También apela el Parlamento a establecer una lista de personas y entidades que operan bajo regímenes opacos con elevado porcentaje de transacciones sospechosas y a intensificar la vigilancia de las organizaciones sospechosas implicadas en comercio ilegal, contrabando, falsificaciones y otras prácticas fraudulentas.
Otras medidas que han propuesto los parlamentarios europeos para cortar la financiación terrorista, son las siguientes: obligar a los bancos a vigilar estrechamente las tarjetas de débito prepagadas a fin de garantizar que solo puedan recargarse través de transferencias bancarias y desde cuentas cuyo titular pueda ser identificado; fijar un sistema de control y autorización de lugares de culto y enseñanza, instituciones, centros, organizaciones caritativas, y asociaciones culturales de las que haya sospechas fundadas sobre sus vínculos con grupos terroristas; controlar mejor todas las transacciones financieras electrónicas y las empresas emisoras de moneda electrónica, y evaluar si las actividades de juego electrónico, criptomonedas, tecnologías de cadena de bloques y tecnofinanzas están siendo utilizadas para la financiación del terrorismo.
Javier Nart, de ALDE, ha explicado que "necesitamos un enfoque microfinanciero dirigido a interrumpir las transferencias a los grupos terroristas yihadistas; mejores controles sobre las tarjetas de pago prepagadas, seguimiento de los fondos que reciben los centros culturales y de culto, así como establecer una plataforma común para los servicios de inteligencia y un registro de transacciones sospechosas”.
Con objeto de cortar las fuentes de financiación terrorista, especialmente del terrorismo islamista, el Parlamento europeo propone vigilar las organizaciones y transacciones sospechosas e impulsar el intercambio de información de inteligencia.
En una resolución no legislativa recién aprobada, los eurodiputados insisten en que bloquear el acceso a fondos procedentes del comercio ilegal de bienes, armas, petróleo, drogas, tabaco y objetos culturales resulta clave para combatir el terrorismo. El pleno incide en que parte de estos fondos tienen origen en Europa, por ejemplo, vía ONGs, organizaciones benéficas, fundaciones y otras redes, bien conectadas dentro de la UE, y que se utilizan como cobertura para prácticas dudosas.
El texto preparado por Javier Nart (ALDE, España) fue respaldado por 533 eurodiputados, 24 votaron en contra y 43 se abstuvieron. El Parlamento insta al Consejo de la UE, la Comisión y el Servicio de Acción Exterior a reforzar el intercambio de información y la coordinación entre los servicios de inteligencia y las fuerzas de seguridad mediante una plataforma europea de información financiera, gestionada por Europol, que incluya una base de datos sobre transacciones sospechosas. También apela el Parlamento a establecer una lista de personas y entidades que operan bajo regímenes opacos con elevado porcentaje de transacciones sospechosas y a intensificar la vigilancia de las organizaciones sospechosas implicadas en comercio ilegal, contrabando, falsificaciones y otras prácticas fraudulentas.
Otras medidas que han propuesto los parlamentarios europeos para cortar la financiación terrorista, son las siguientes: obligar a los bancos a vigilar estrechamente las tarjetas de débito prepagadas a fin de garantizar que solo puedan recargarse través de transferencias bancarias y desde cuentas cuyo titular pueda ser identificado; fijar un sistema de control y autorización de lugares de culto y enseñanza, instituciones, centros, organizaciones caritativas, y asociaciones culturales de las que haya sospechas fundadas sobre sus vínculos con grupos terroristas; controlar mejor todas las transacciones financieras electrónicas y las empresas emisoras de moneda electrónica, y evaluar si las actividades de juego electrónico, criptomonedas, tecnologías de cadena de bloques y tecnofinanzas están siendo utilizadas para la financiación del terrorismo.
Javier Nart, de ALDE, ha explicado que "necesitamos un enfoque microfinanciero dirigido a interrumpir las transferencias a los grupos terroristas yihadistas; mejores controles sobre las tarjetas de pago prepagadas, seguimiento de los fondos que reciben los centros culturales y de culto, así como establecer una plataforma común para los servicios de inteligencia y un registro de transacciones sospechosas”.