Lunes, 08 de Septiembre de 2025

Actualizada Lunes, 08 de Septiembre de 2025 a las 19:59:20 horas

Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

La Verdad Ofende
Martes, 20 de Marzo de 2018 Tiempo de lectura:

Manuela, como Azaña, permitirá que arda Madrid

“Ni todos los conventos de Madrid valen la vida de un republicano. España ha dejado de ser católica”.  Era Manuel Azaña, a la sazón Presidente del primer Gobierno de la II República, quien se mostró impasible cuando recibió la noticia de que turbas marxistas habían tomado las calles y estaban cometiendo asaltos, saqueos y quemas de los templos católicos en Madrid. No movió un dedo.
 
 
Con aquella lapidaria frase, Manuel Azaña ha pasado a nuestra historia contemporánea como el primer político republicano que se negó a defender a una parte de la población española frente a la otra, a detener la quema de iglesias o a auxiliar a sus indefensas víctimas. Corría el 13 de mayo de 1931, la joven e ilusionante II República apenas había cumplido un mes de vida y el terror marxista iniciaba su andadura que degeneraría en la guerra civil. 
 
 
Ante la pasividad del presidente del Gobierno en detener el asalto a los templos cristianos, estos se extendieron por toda la geografía de España. Ardieron cientos de templos en diferentes pueblos y ciudades. Las turbas rojas (Zapatero dixix) quemaron hasta el Santo Cristo de Mena que venera la Legión; solo se conserva una pierna del original.
 
 
Ayer lunes, el concejal “rojo” responsable de la seguridad en el ayuntamiento comunista de Madrid, Barbero, reconoció que aunque sabían desde primera hora que los agentes de la policía jamás persiguieron al mantero, no dijeron nada "por respeto", negando así que la policia tuviera algo que ver. Pero si tuvo que ver. Tan pronto el inmigrante se desplomó ante amigos y familiares, seis agentes de la Policía Municipal y de la Policía Nacional se turnaron cerca de 30 minutos intentando salvar su vida con maniobras de reanimación. El inmigrante había caído fulminado por un paro cardíaco. La autopsia reveló que sufría una malformación crónica en el corazón.
 
 
Tras el suceso, los concejales comunistas de Podemos se lanzaron a una campaña de injurias contra la policía que ha dado pie a una denuncia por parte de los sindicatos de la policia ante tanta indefensión. Lavapiés ardió con una furia desatada no vista desde la Guerra Civil, liderada por agitadores encapuchados que no eran inmigrantes, sino mas bien la repetición de lo que Azaña permitió a sus cachorros republicanos.
 
 
La desaparecida alcaldesa comunista Manuela Carmena, impasible, seguía de viaje oficial en la burgués y capitalista ciudad de París. Su consistorio ha incrementado los gastos en viajes oficiales un 100%. Lo llaman regeneración.
 
 
Ayer, finalmente, compareció Carmena ante los medios de prensa para mayor ignominia de los madrileños, espantados. Respaldó sin dudar un solo instante a sus incendiarios ediles que propagaron el bulo de Lavapiés: "¿Dimisión, por qué? Nadie ha tenido ninguna actitud que genere reproche. No tengo nada que reprochar a nadie".
 
 
Mientras, sus concejales Rommy Arce o Monserrat Galcerán (Ganemos), siguen acusando a la Policía de usar la violencia. Ya sabéis, “Arderéis como en el 36”. El guerracivilismo no era una mera frase. Lo asaltarán todo en la más absoluta impunidad. Ya ha empezado.
 
 
[Img #13574]

Portada

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.