La familia prepara una denuncia por un posible “delito de odio”
El conductor de un autobús municipal de Málaga trata de expulsar a una familia vasca del vehículo por no tener un billete de 5 euros
![[Img #13635]](upload/img/periodico/img_13635.png)
Málaga ha sido el principal destino turístico elegido por los ciudadanos vascos durante la Semana Santa, pero algunos de los recién llegados del norte no han sido especialmente bien recibidos en la capital de la Costa del Sol. Según el borrador de una denuncia a la que ha tenido acceso La Tribuna del País Vasco, el pasado 27 de marzo una familia de Bilbao estuvo a punto de ser expulsada de un autobús municipal de Málaga por no disponer de cambios de… 5 euros.
Los hechos ocurrieron hacia las 10 horas de la mañana, cuando una familia bilbaína recién llegada la noche anterior a Málaga tomó en el Paseo del Parque, frente al Ayuntamiento de la ciudad, un autobús municipal de la línea 35 con el objetivo de llegar hasta el Castillo situado al final del Camino de Gibralfaro.
La familia vizcaína trato de pagar el servicio, 3,90 euros por tres personas, con un billete de 20 euros, a lo que el conductor respondió que no tenía cambios y que trataran de encontrar moneda fraccionaria. Los viajeros, tras vaciar toda la calderilla que tenían en los bolsillos, comprobaron que no reunían las suficientes monedas para pagar el precio del viaje. Insistieron en entregar al chófer el billete de 20 euros, a lo que éste respondió invitándoles a bajar del vehículo para que, en una breve parada, se acercaran a un quiosco cercano a comprar una tarjeta-bono de 10 viajes para pagar el trayecto.
Según la denuncia que esta familia está preparando, “varios viajeros comprobaron cómo el padre y el hijo bajaron con buena intención del autobús para acercarse al puesto de prensa a adquirir una tarjeta de viaje, pero el establecimiento había agotado todos los bonos y tampoco tenía cambios de 20 euros”, por lo que los afectados regresaron al vehículo nuevamente. En ese momento, se explica en el borrador de la demanda, “el conductor del transporte exigió al padre de familia que pidiera al resto de los pasajeros del autobús cambios del billete de 20 euros”, a lo que éste se negó en rotundidad.
Según algunas personas testigos del incidente, el padre aseguró que no iba a mendigar cambios a nadie y que él no se negaba a pagar el recorrido, a lo que el conductor, que previamente había preguntado a los viajeos por su origen geográfico, respondió con una “mezcla de desprecio y de ironía”:
- En Bilbao, los autobuses quizás lleven un banco encima, pero yo no tengo obligación de dar cambios superiores a un billete de cinco euros, por lo que tendré que expulsarles del vehículo.
Ante esta amenaza, la familia bilbaína informó que iba a proceder a pedir el libro de reclamaciones y que posteriormente llamaría a la Policía Municipal malagueña para poner la denuncia correspondiente. En ese momento, y cuando el chófer ya estaba dispuesto a detener el vehículo, uno de los pasajeros surtió a los visitantes de cambios de 20 euros, con lo que el problema quedó provisionalmente solucionado. Hasta ahora porque, según ha podido saber La Tribuna del País Vasco, la familia afectada, ya de regreso en Bilbao, ha decidido contactar con un abogado para denunciar a la EMT de Málaga (empresa municipal de transportes) por un posible “delito de odio” y por trato “discriminatorio y vejatorio”.
Málaga ha sido el principal destino turístico elegido por los ciudadanos vascos durante la Semana Santa, pero algunos de los recién llegados del norte no han sido especialmente bien recibidos en la capital de la Costa del Sol. Según el borrador de una denuncia a la que ha tenido acceso La Tribuna del País Vasco, el pasado 27 de marzo una familia de Bilbao estuvo a punto de ser expulsada de un autobús municipal de Málaga por no disponer de cambios de… 5 euros.
Los hechos ocurrieron hacia las 10 horas de la mañana, cuando una familia bilbaína recién llegada la noche anterior a Málaga tomó en el Paseo del Parque, frente al Ayuntamiento de la ciudad, un autobús municipal de la línea 35 con el objetivo de llegar hasta el Castillo situado al final del Camino de Gibralfaro.
La familia vizcaína trato de pagar el servicio, 3,90 euros por tres personas, con un billete de 20 euros, a lo que el conductor respondió que no tenía cambios y que trataran de encontrar moneda fraccionaria. Los viajeros, tras vaciar toda la calderilla que tenían en los bolsillos, comprobaron que no reunían las suficientes monedas para pagar el precio del viaje. Insistieron en entregar al chófer el billete de 20 euros, a lo que éste respondió invitándoles a bajar del vehículo para que, en una breve parada, se acercaran a un quiosco cercano a comprar una tarjeta-bono de 10 viajes para pagar el trayecto.
Según la denuncia que esta familia está preparando, “varios viajeros comprobaron cómo el padre y el hijo bajaron con buena intención del autobús para acercarse al puesto de prensa a adquirir una tarjeta de viaje, pero el establecimiento había agotado todos los bonos y tampoco tenía cambios de 20 euros”, por lo que los afectados regresaron al vehículo nuevamente. En ese momento, se explica en el borrador de la demanda, “el conductor del transporte exigió al padre de familia que pidiera al resto de los pasajeros del autobús cambios del billete de 20 euros”, a lo que éste se negó en rotundidad.
Según algunas personas testigos del incidente, el padre aseguró que no iba a mendigar cambios a nadie y que él no se negaba a pagar el recorrido, a lo que el conductor, que previamente había preguntado a los viajeos por su origen geográfico, respondió con una “mezcla de desprecio y de ironía”:
- En Bilbao, los autobuses quizás lleven un banco encima, pero yo no tengo obligación de dar cambios superiores a un billete de cinco euros, por lo que tendré que expulsarles del vehículo.
Ante esta amenaza, la familia bilbaína informó que iba a proceder a pedir el libro de reclamaciones y que posteriormente llamaría a la Policía Municipal malagueña para poner la denuncia correspondiente. En ese momento, y cuando el chófer ya estaba dispuesto a detener el vehículo, uno de los pasajeros surtió a los visitantes de cambios de 20 euros, con lo que el problema quedó provisionalmente solucionado. Hasta ahora porque, según ha podido saber La Tribuna del País Vasco, la familia afectada, ya de regreso en Bilbao, ha decidido contactar con un abogado para denunciar a la EMT de Málaga (empresa municipal de transportes) por un posible “delito de odio” y por trato “discriminatorio y vejatorio”.
