Las principales causas de una fuga son las averías y el estado del sistema de tuberías
La detección temprana de fugas puede salvar una cuarta parte del agua que se pierde en España
Las principales causas de una fuga de agua son las averías y el mal estado de las tuberías, razón por la que se pierde una cuarta parte del agua disponible en España. Sin embargo, hay otras consecuencias producto de no detectar a tiempo esta situación.
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La sequía es una realidad que se ha extendido a toda España, ya que la reserva de agua existente es del 33,9 % sobre la capacidad máxima, cifra inferior al 50,1 %, media estimada de los últimos diez años.
De acuerdo con la entidad de gobierno de Madrid, los depósitos están en 29,8 puntos por debajo de los niveles registrados hace un año. Esta situación hace necesaria la adopción de medidas que ayuden a conservar el agua.
Según la revista especializada británica Global Water Intelligence, en 2015 España tenía un 23 % de agua que no se registraba en los sistemas antes de llegar al consumidor. Los responsables principales de esto son fugas, roturas, averías, errores de medición y fraudes.
Posibles causas de una fuga de agua
Se trata de uno de los asuntos más preocupantes para un hogar y aún más para el medio ambiente. Un escape de agua puede tener múltiples orígenes; sin embargo, hay ciertas señales de alerta.
Los primeros signos son los siguientes: punto caliente en el suelo, sonido persistente de agua corriendo, líquido procedente de algún lugar en el suelo o pared, calentador que no se apaga y agua caliente procedente de un grifo de agua fría.
Además, expertos aconsejan cómo detectar fugas de agua y en qué sitios buscar dependiendo de dónde se encuentre la fuga. Por ejemplo, si es en la cocina hay que revisar el lavavajillas, la nevera y el fregadero. Si el caso es en el baño, se debe examinar la ducha, la bañera y el lavamanos.
Una vez reconocido el origen, se procede a inspeccionar. Lo más recomendable es contratar especialistas que determinen la causa: tuberías rotas u oxidadas, mala conexión entre el sistema de fontanería, rotura por fuerte presión de agua, entre otras.
Consecuencias de no detectar una fuga a tiempo
No descubrir una avería puede ocasionar varios escenarios. El principal: la casa quedará inundada y la humedad puede dañar los cimientos de la estructura; incluso puede hacer que se desplome. Las filtraciones dañan las paredes de una edificación, lo que obliga a buscar soluciones a estos problemas de humedad para tener que reforzarla.
Además de esto, se dispararán los medidores de agua, lo que se traducirá en una factura más alta, mayor dinero por culpa de una avería y aumento del desperdicio del agua.
No obstante, las consecuencias son aún peor para el medio ambiente. Ya existe una sequía que exige una política de ahorro y cuidado, y una fuga no contribuye a la preservación del agua.
Estudios recientes establecieron que cada español utiliza entre 60 y 100 litros de agua en una carga en la lavadora, entre 18 y 50 si limpia los platos con el lavavajillas, y hasta 100 si lo hace con sus manos. Cocinar amerita cada vez entre 6 y 8 litros, y en cada ducha se utiliza entre 35 y 70 litros.
En conclusión, un español promedio gasta 132 litros diarios, según los últimos datos disponibles sobre el consumo de agua en promedio diariamente por habitante del Instituto Nacional de Estadística de 2014.
Si en alguna de estas actividades interfiere una fuga, el agua perdida sobrepasaría los 100 litros por día.
La solución al desperdicio de agua
Al reparar una fuga de agua, lo primordial es ponerse en contacto con expertos como Lemara, quienes ofrecen varias alternativas.
Las impermeabilizaciones son el recurso más común en caso de fugas, debido a que es un proceso en el que, a través de sustancias o compuestos químicos, se detiene el paso del agua, protegiendo la estructura de la humedad.
En ocasiones, las inyecciones son la mejor opción porque se debe tratar la fuga desde su origen. Son varios los materiales que se pueden utilizar para reparar una fisura o grieta en la estructura. El sistema más eficaz son las inyecciones, las cuales pueden ser de resinas (poliuretano), de mortero o de morteros especiales, de geles acrílicos o sellado con morteros de fraguado rápido.
La reparación correcta de una fuga de agua es, sin duda, un alivio para el propietario del lugar y también un bálsamo para el medio ambiente. El buen uso del agua es esencial para prevenir racionamientos y épocas de sequía. Este tema es uno de los grandes retos de España como nación y sociedad.
La sequía es una realidad que se ha extendido a toda España, ya que la reserva de agua existente es del 33,9 % sobre la capacidad máxima, cifra inferior al 50,1 %, media estimada de los últimos diez años.
De acuerdo con la entidad de gobierno de Madrid, los depósitos están en 29,8 puntos por debajo de los niveles registrados hace un año. Esta situación hace necesaria la adopción de medidas que ayuden a conservar el agua.
Según la revista especializada británica Global Water Intelligence, en 2015 España tenía un 23 % de agua que no se registraba en los sistemas antes de llegar al consumidor. Los responsables principales de esto son fugas, roturas, averías, errores de medición y fraudes.
Posibles causas de una fuga de agua
Se trata de uno de los asuntos más preocupantes para un hogar y aún más para el medio ambiente. Un escape de agua puede tener múltiples orígenes; sin embargo, hay ciertas señales de alerta.
Los primeros signos son los siguientes: punto caliente en el suelo, sonido persistente de agua corriendo, líquido procedente de algún lugar en el suelo o pared, calentador que no se apaga y agua caliente procedente de un grifo de agua fría.
Además, expertos aconsejan cómo detectar fugas de agua y en qué sitios buscar dependiendo de dónde se encuentre la fuga. Por ejemplo, si es en la cocina hay que revisar el lavavajillas, la nevera y el fregadero. Si el caso es en el baño, se debe examinar la ducha, la bañera y el lavamanos.
Una vez reconocido el origen, se procede a inspeccionar. Lo más recomendable es contratar especialistas que determinen la causa: tuberías rotas u oxidadas, mala conexión entre el sistema de fontanería, rotura por fuerte presión de agua, entre otras.
Consecuencias de no detectar una fuga a tiempo
No descubrir una avería puede ocasionar varios escenarios. El principal: la casa quedará inundada y la humedad puede dañar los cimientos de la estructura; incluso puede hacer que se desplome. Las filtraciones dañan las paredes de una edificación, lo que obliga a buscar soluciones a estos problemas de humedad para tener que reforzarla.
Además de esto, se dispararán los medidores de agua, lo que se traducirá en una factura más alta, mayor dinero por culpa de una avería y aumento del desperdicio del agua.
No obstante, las consecuencias son aún peor para el medio ambiente. Ya existe una sequía que exige una política de ahorro y cuidado, y una fuga no contribuye a la preservación del agua.
Estudios recientes establecieron que cada español utiliza entre 60 y 100 litros de agua en una carga en la lavadora, entre 18 y 50 si limpia los platos con el lavavajillas, y hasta 100 si lo hace con sus manos. Cocinar amerita cada vez entre 6 y 8 litros, y en cada ducha se utiliza entre 35 y 70 litros.
En conclusión, un español promedio gasta 132 litros diarios, según los últimos datos disponibles sobre el consumo de agua en promedio diariamente por habitante del Instituto Nacional de Estadística de 2014.
Si en alguna de estas actividades interfiere una fuga, el agua perdida sobrepasaría los 100 litros por día.
La solución al desperdicio de agua
Al reparar una fuga de agua, lo primordial es ponerse en contacto con expertos como Lemara, quienes ofrecen varias alternativas.
Las impermeabilizaciones son el recurso más común en caso de fugas, debido a que es un proceso en el que, a través de sustancias o compuestos químicos, se detiene el paso del agua, protegiendo la estructura de la humedad.
En ocasiones, las inyecciones son la mejor opción porque se debe tratar la fuga desde su origen. Son varios los materiales que se pueden utilizar para reparar una fisura o grieta en la estructura. El sistema más eficaz son las inyecciones, las cuales pueden ser de resinas (poliuretano), de mortero o de morteros especiales, de geles acrílicos o sellado con morteros de fraguado rápido.
La reparación correcta de una fuga de agua es, sin duda, un alivio para el propietario del lugar y también un bálsamo para el medio ambiente. El buen uso del agua es esencial para prevenir racionamientos y épocas de sequía. Este tema es uno de los grandes retos de España como nación y sociedad.