Zapatero o el signo del gafe
No conforme con haber dejado a España al borde del marasmo económico -al pie del rescate-; de haber traído ideologías varias de chicinabo desmantelando el trasunto que caracterizaba a la izquierda, que era principalmente la emancipación de la clase trabajadora, su liberación de la explotación capitalista, y la justicia social; de haber roto la concordia y la reconciliación derivada de la Transición entre las dos Españas, con su memoria sectaria de revancha y venganza; de haber dispendiado el tesoro público en chorradas y menesteres sin importancia y de haber demostrado una simpleza intelectual incalificable. Después de todo esto, el expresidente más nefasto de la historia desde Fernando VII se va a Venezuela a reforzar al régimen tiránico venezolano.
Es así como lo han percibido los ciudadanos no adictos al régimen bolivariano. Es decir, una intromisión imperdonable contra las pulsiones de libertad y democracia vividas por millones de venezolanos que están acosados por el hambre, la falta de medicinas, la carencia de los bienes mínimos esenciales para garantizar su superviviencia, con una inflación monetaria de varios miles por cada ciento, y una diáspora migratoria para lograr unas condiciones básicas de vida, con unos mínimos estándares de dignidad. Eso es el régimen de Maduro al que el del pensamiento de Alicia, como afortunadamente lo calificaba el filósofo Gustavo Bueno, ha ido a reforzar con su presencia, legitimando un plebiscito que perpetuará al impresentable dictador hasta alcanzado el primer cuarto de este siglo.
Este individuo no es ajeno al complot internacional para destruir a la familia como núcleo del funcionamiento de la sociedad, fomentar el individualismo, destruir las bases judeo-cristianas de nuestra civilización y favorecer las estrategias masónicas del nuevo orden mundial del conglomerado formado por Soros, Club Bilderberg y otros potentes factótums multimillonarios que tienen como objetivo destruir el orden internacional tradicional y hacerse ricos a costa de la pobreza de millones de seres humanos en el mundo. Y no están al margen de ello activistas como Willy Toledo que se muestra en desacato a la justicia por haber ofendido gravemente a los católicos de este país con expresiones irreproducibles, afectas del más elemental principio del respeto a los demás, de excrecencias malolientes de tiparraco matacuras y demás rasgos que nos recuerdan demasiado a episodios de nuestra historia que sería menester cerrar para siempre y no repetir jamás.
Estas ingenierías sociales contra el concepto tradicional de familia están llevando a una crisis demográfica de la que la sociedad española no saldrá bien parada, pero que forman parte de un diseño premeditado en el que Zapatero ha estado sumisamente a su servicio.
En 2010, tras un encuentro con los principales actores de las finanzas internacionales de Wall Street, Soros y Laurence Fink (Blackrock) afirmaron que había sido "una buena reunión". Alguien nos tendría que explicar qué quisieron decir con ello y a qué se referían. Yo me temo lo peor. Como también me preocupa que el afianzamiento recibido por Maduro tras el último plebiscito, con la ayuda de Zapatero, pudieran tener justificaciones poco presentables y de trasfondo poco limpio.
Sería bueno hacer luz sobre lo que se cuece con Zapatero y sus andanzas, pues poco limpio puede haber de un personaje tan funesto; y bueno sería también que el expresidente aclarara cuál es su beneficio de tan esperpéntica actuación; que tiene consecuencias fatales para millones de seres humanos en Venezuela.
Si eso es la izquierda, yo estoy en el punto opuesto.
No conforme con haber dejado a España al borde del marasmo económico -al pie del rescate-; de haber traído ideologías varias de chicinabo desmantelando el trasunto que caracterizaba a la izquierda, que era principalmente la emancipación de la clase trabajadora, su liberación de la explotación capitalista, y la justicia social; de haber roto la concordia y la reconciliación derivada de la Transición entre las dos Españas, con su memoria sectaria de revancha y venganza; de haber dispendiado el tesoro público en chorradas y menesteres sin importancia y de haber demostrado una simpleza intelectual incalificable. Después de todo esto, el expresidente más nefasto de la historia desde Fernando VII se va a Venezuela a reforzar al régimen tiránico venezolano.
Es así como lo han percibido los ciudadanos no adictos al régimen bolivariano. Es decir, una intromisión imperdonable contra las pulsiones de libertad y democracia vividas por millones de venezolanos que están acosados por el hambre, la falta de medicinas, la carencia de los bienes mínimos esenciales para garantizar su superviviencia, con una inflación monetaria de varios miles por cada ciento, y una diáspora migratoria para lograr unas condiciones básicas de vida, con unos mínimos estándares de dignidad. Eso es el régimen de Maduro al que el del pensamiento de Alicia, como afortunadamente lo calificaba el filósofo Gustavo Bueno, ha ido a reforzar con su presencia, legitimando un plebiscito que perpetuará al impresentable dictador hasta alcanzado el primer cuarto de este siglo.
Este individuo no es ajeno al complot internacional para destruir a la familia como núcleo del funcionamiento de la sociedad, fomentar el individualismo, destruir las bases judeo-cristianas de nuestra civilización y favorecer las estrategias masónicas del nuevo orden mundial del conglomerado formado por Soros, Club Bilderberg y otros potentes factótums multimillonarios que tienen como objetivo destruir el orden internacional tradicional y hacerse ricos a costa de la pobreza de millones de seres humanos en el mundo. Y no están al margen de ello activistas como Willy Toledo que se muestra en desacato a la justicia por haber ofendido gravemente a los católicos de este país con expresiones irreproducibles, afectas del más elemental principio del respeto a los demás, de excrecencias malolientes de tiparraco matacuras y demás rasgos que nos recuerdan demasiado a episodios de nuestra historia que sería menester cerrar para siempre y no repetir jamás.
Estas ingenierías sociales contra el concepto tradicional de familia están llevando a una crisis demográfica de la que la sociedad española no saldrá bien parada, pero que forman parte de un diseño premeditado en el que Zapatero ha estado sumisamente a su servicio.
En 2010, tras un encuentro con los principales actores de las finanzas internacionales de Wall Street, Soros y Laurence Fink (Blackrock) afirmaron que había sido "una buena reunión". Alguien nos tendría que explicar qué quisieron decir con ello y a qué se referían. Yo me temo lo peor. Como también me preocupa que el afianzamiento recibido por Maduro tras el último plebiscito, con la ayuda de Zapatero, pudieran tener justificaciones poco presentables y de trasfondo poco limpio.
Sería bueno hacer luz sobre lo que se cuece con Zapatero y sus andanzas, pues poco limpio puede haber de un personaje tan funesto; y bueno sería también que el expresidente aclarara cuál es su beneficio de tan esperpéntica actuación; que tiene consecuencias fatales para millones de seres humanos en Venezuela.
Si eso es la izquierda, yo estoy en el punto opuesto.