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Domingo, 24 de Junio de 2018 Tiempo de lectura:

Impuesto a la banca y petróleo

Si ayer la noticia de los asalmonados era el aumento extraordinario del crudo – casi el 6% - en una sesión y motivado por la reunión de la OPEP, la otra noticia algo anterior pero poco comentada era el impuesto a la banca.


En estas páginas no somos, precisamente, compadres de la banca española, sin embargo, la institución es necesaria e imprescindible para que funcione la economía. Algo que parecen olvidar estos sociatas destecnificados más inclinados a cumplir con su clientela -léase comunistas podemistas y nazis – a los que sacudir a los bancos les complace y, para ellos es como una droga.


Una cosa es que no nos guste la banca española – y nos remitimos al caso Banco Popular – y otra cosa es hundirla en una, ya de por sí, fragilidad estructural provocada por los tipos de interés próximos a cero y por unas inversiones más que dudosas en países de esos que se llaman de forma pomposa <emergentes> y que nosotros, con conocimiento de causa, los denominamos de medio pelo – o de cuarto de pelo – donde los perros no los atan con longanizas.


Por supuesto, donde las cosas están más peliagudas para uno de esos bancos de inmensa chulería es precisamente en Turquía donde los perros los atan con longaniza de cordero y que, en el momento más esperado solicite ayuda al FMI para evitar su quiebra.


Y si Turquía es un claro ejemplo de inversiones fallidas de la banca española, me dirán qué pasa en Méjico o Brasil y de donde saca la gran banca sus beneficios.
 

Si en estos lares la misma banca reconoce que no gana un ochavo, que no me cuenten que en México o Brasil ganan pasta cuando la costumbre – la llaman ley – es no pagar los créditos y cuando los directores de sucursal cobran su propio impuesto revolucionario en forma de un 10% del importe de los créditos concedidos… también lo califican como ley…

 

En esos países de chichirinabo que la banca gane un centavo es misión imposible.
 

Y ahora llega otro presidente sonriente que clama a todos los vientos que va a poner un impuesto de 2.000 millones de euros a la banca patria para asumir el alza de las pensiones…
 

A perro flaco todo son pulgas, pues a la banca patria este impuesto sin ser de una cuantía descomunal, que en circunstancias de beneficios normales pudiera ser asumible, hoy por hoy no lo es y puede repercutir de manera grave en alguna cuenta de resultados bancaria para que no gane dinero.
 

Y, en estas circunstancias algún espabilado directivo bancario declara que los créditos serán más caros y que el paganini será el cliente.
 

En el caso de las hipotecas firmadas será imposible que la banca traslade el impuesto a la clientela. Otro caso son los nuevos créditos que serán más caros, en definitiva, que parte del impuesto lo pagará la banca y otra parte el votante.
 

Y todo llega no, precisamente, en el mejor momento, sino en unas circunstancias en las que, por un lado, el petróleo con su sorprendente subida del viernes de casi el 6% y, por otro el final del dinero fácil y regalado del BCE pondrá presión a las cuentas bancarias.
 

Se objetará que la próxima subida de intereses prevista hacia junio del 2019, mejorará las cuentas de las instituciones financieras, pero cuan largo me lo fiais y dependerá en que momento entre en vigor ese impuesto.
 

Se ha dicho siempre que el papel aguanta todo y recuerden el caso Banco Popular, según ellos el más rentable del mundo que de la noche a la mañana quiebra… Quién nos dice que los demás super rentables bancos pueden estar o no en esa situación.
 

El otrora sonrisas ZP, decía, con nuestro compadre Solbes, que la banca española era la mejor del mundo… Qué les vamos a contar cuando aparece otro sociata que no dice nada sobre las instituciones españolas, pero, al gravarlas con este nuevo impuesto, supone que son la crema de la crema. Mucho suponer.
 

Y nadie explica que España es un importador de petróleo, de muchísimo, de forma que no solo su precio reduce unas décimas del PIB y de su crecimiento, sino que provoca un enorme drenaje de liquidez de las cuentas bancarias.
 

Nadie cuenta que cuando se paga un dólar por un barril de petróleo es un dólar que sale de una cuenta bancaria española hacia el exterior. De forma que se reduce la liquidez de la banca.
 

Y el BCE nada ha dicho sobre su programa de ayuda a la banca si va a continuar con él o va a empezar a apretar las tuercas y normalizar una situación de manera que los bancos devuelvan esos préstamos a cero por ciento que reciben del generoso BCE.
 

Sánchez tiene a su favor a su ministra de Economía, la señora Calviño que nos tendrá que dar su versión de este impuesto y cómo afectará a la ciudadanía, ella que es tan susceptible cuando se trata de redistribuir la riqueza.
 

Al rico y poderoso nada le influirá este impuesto, pero, pero el currante que paga su hipoteca y su crédito del coche, le afectará en forma de más intereses y comisiones. Esa es la manera de distribuir la pobreza que los sociatas tienen por costumbre debido a su forma de hacer populismo y su ignorancia supina de cómo funciona la economía.
 

Es muy popular poner impuestos a la banca como símbolo de los ricos y luego que los paganos sean los pobres. Eso es el socialismo, pobreza para todos.

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