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Ernesto Ladrón de Guevara
Lunes, 24 de Septiembre de 2018 Tiempo de lectura:

El PSOE debe desaparecer

Valen ya los paños calientes y las perífrasis verbales. Hay que ir al fondo de las cosas de una vez, sin remilgos, sin miedo.

 

Es momento de decir las cosas claras, sin ocultaciones, sin reparos, sin temores.  El PSOE es una lacra para España, en la misma medida, si no más, que los separatistas, que esos falsos republicanos que son unos déspotas, unos tiranos, unos enemigos de las libertades, de los derechos individuales.

 

Republicano es quien cree en el pueblo como fuerza renovadora, democrática, regeneradora; no quien está contra el pueblo, persiguiendo y recortando los derechos de una parte mayoritaria del mismo, laminando a las minorías, o a las mayorías sometidas por minorías que ocupan el poder de forma totalitaria aprovechando un populismo verborreico.

 

Los separatistas sabemos lo que son. Los socialistas están quedando al descubierto ahora. No son los herederos de Besteiro, son los herederos de aquellos frente-populistas del 36, de aquellos que se sublevaron contra la legalidad republicana. De aquellos largocaballeristas que propugnaban la guerra para hacer la revolución soviética en España y que nos llevaron a un conflicto entre hermanos, entre españoles, bajo el mandato y encargo de Stalin para lograr la revolución. Para expropiar, mediante apropiación indebida, es decir robo,  bienes patrimoniales públicos y privados de los españoles, esquilmando el patrimonio museístico, el oro, las cajas de seguridad privadas del Banco de España, las colecciones de monedas del patrimonio nacional, persiguiendo mediante checas a cientos de ciudadanos que no se sometieron a sus dictados o que mostraban su indiferencia, o simplemente por llevar hábitos religiosos. 

 

Eso es lo que nos está mostrando el socialismo hoy en su contubernio con escorias de todo tipo y chequistas que impiden manifestarse a ciudadanos que no están en sus planteamientos pseudoideológicos. Es hora de decirlo. Porque es así.

 

La muestra más significativa es el indigno Zapatero que es cómplice activo del totalitario Maduro; el tirano que ha llevado a Venezuela a una tragedia humanitaria, a una macrodiáspora, a un exilio de cientos de miles de venezolanos en busca de la supervivencia, de algo que llevarse a la boca para comer, de medicinas, de libertades, de aire para respirar. Zapatero dice que la culpa de lo que les ocurre a los venezolanos es de EE.UU. Esa persona debería estar hoy mismo repudiada en nuestro país. Es un baldón para nuestra dignidad como sociedad, que propugna valores humanos, derechos y libertades, solidaridad hacia un país hermano, Venezuela, que está preso de un sistema político dictatorial, que elimina el funcionamiento de la cámara de los representantes elegidos por el pueblo. Igual que en Cataluña, donde sigue cerrado el Parlamento porque a una casta política cerril y antidemocrática le incomodan las verdades, el debate parlamentario, el pluralismo político.

 

Y un farsante, indigno, usurpador del poder político en España, al que los españoles no hemos elegido, ha constituido un gobierno ilegítimo, aunque absurdamente sea legal. Es indigno porque queda al descubierto la verdad sobre un supuesto título de doctor supuestamente logrado con trampas, con argucias de corta y pega, de tribunales puestos al efecto para el regalo de un título que a los demás nos ha costado años y dedicación hasta quemarnos las cejas buceando en proyectos inéditos de investigación con una metodología impecable, con transparencia total y exposición pública del resultado. Es hora de decirlo con palabras que definan con exactitud la situación de anomalía democrática. Y es hora de señalar a sus compañeros de partido como cómplices por haberle puesto ahí, donde no le corresponde por talla personal, por honestidad, por servicio a su país, no a sí mismo.

 

Esta calaña, con el apoyo de los comunistas bolivarianos de Podemos va a esquilmar el ahorro de los españoles, va a dar otra vuelta de tuerca más a lo que queda de clases medias, de los que son los generadores de la riqueza del país, de su PIB; para generalizar la pobreza, que es lo que sabe bien hacer esa izquierda populista que tiene como referentes a Stalin, Pol Pot y  Mao. Esa caterva planea una requisa fiscal sobre los sistemas de ahorro de quienes hacen uso legítimo del fruto de su dedicación y trabajo, sobre los productos financieros y los beneficios derivados, sobre los que pagan impuestos cumpliendo sus obligaciones ciudadanas sin evadir ni utilizar herramientas elusivas como las SICAV; sobre dividendos, sobre beneficios patrimoniales, sobre beneficios fiscales de fondos privados de pensiones creando más inseguridad jurídica. Y todo eso, al mismo tiempo que se aumenta el déficit y la deuda, hasta llevarnos a realidades insostenibles como las que creó el inane Zapatero. Y lo harán al mismo tiempo que crece el descrédito internacional sobre nuestra imagen colectiva como país por este recochineo al que nos vemos involucrados. Esto va a ser insostenible. Más insoportable aún si se añade la conspiración de estos impresentables junto a los separatistas en un proyecto de fragmentación que ahonda aún más, hasta la caricatura grotesca, la división entre españoles y la ruina moral del conjunto de la nación.

 

Los españoles no podemos estar en la nube, en la indiferencia. El drama colectivo se asoma. Por eso digo que lo único que nos salvará de este cataclismo que se vislumbra es la desaparición del PSOE. Ahí está la solución. Debemos de configurar una nueva alternativa de izquierda socialdemócrata liberal que crea en España y sirva a los españoles, no a agencias ocultas que planean sobre nuestra estabilidad, sobre nuestra supervivencia como nación, sobre nuestra identidad colectiva.

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