Cuatro menores han sido detenidos de forma preventiva en el Havre, en el norte de Francia, tras haber apuntado con armas falsas a dos de sus profesores, informa L’Express. Los hechos se produjeron en el instituto Robert Schuman, donde tres de los jóvenes amenazaron a los enseñantes mientras el tercero grababa las imágenes.

El arresto de los cuatro menores se produce pocos días después de que se hiciera público el vídeo de un alumno de Créteil, cerca de París, amenazando con un arma falsa a su profesora. En las imágenes, grabados con un teléfono móvil por otros estudiantes, se ve al menor, de 16 años, apuntando con su arma a la profesora, mientras le exige que le borre de la lista de ausentes de clase pese a que había llegado tarde.

La Policía abrió una investigación y tanto el joven como otro alumno, también de 16 años, que le proporcionó el arma y que aparece brevemente en la grabación con la cara oculta haciendo gestos ofensivos, fueron inmediatamente detenidos. El segundo fue interrogado y dejado en libertad mientras que el otro será presentado en las próximas horas a un juez de menores.

La gravedad de los hechos ha hecho que el Ministerio del Interior se pronuciara sobre el suceso, afirmando que condenaba «con la mayor dureza las amenazas y vejaciones de las que ha sido víctima una profesora».

Además, el Gobierno francés estudia la presencia de policías o gendarmes con carácter puntual en los centros escolares de barrios conflictivos para atajar acciones de violencia. El ministro del Interior, Christophe Castaner, presentó a la prensa esa y otras medidas al término de un «comité estratégico» organizado el viernes junto a los titulares de Educación, Jean-Michel Blanquer, y de Justicia, Nicole Belloubet.

Según el diario parisino Le Figaro, en un artículo editorial firmado por Laurence de Charette, esta situación ha puesto ante la mirada de todos "la constatación de que existe una delicuescencia generaliza de la autoridad en la escuela (...) Y los profesores están denunciando a través de Internet la existencia de unas autoridades - educativas - presas de su imagen que están más pendiente de exigir cuentas a los docentes que son víctimas que de sancionar a los jóvenes agresores".