“El Emperador” fue inaugurado el 18 de septiembre de 1968
El Parador de Fuenterrabía celebra 50 años cargado de historia
El Parador de Fuenterrabía alcanza su medio siglo de vida. Inaugurado en 1968 por el arquitecto Manuel Sainz de Vicuña, y éste decidió dejar sin intervención una parte de la obra con el fin de mantener el romanticismo de la ruina. El Parador de Fuenterrabía se encuentra en la Casa Fuerte de Carlos V. Su ubicación, en la misma frontera entre España y Francia, ha hecho estratégico este castillo durante siglos. Por él pasaron los Reyes Católicos, el emperador Carlos, Felipe IV y Felipe V o incluso Velázquez cuando, siendo aposentador real, lo preparó como residencia temporal del rey durante una importante conferencia internacional en el siglo XVII.
Construido a finales del siglo X por Don Sancho Abarca de Navarra, el castillo de Fuenterrabía siempre cumplió una importante función militar y defensiva sobre el río Bidasoa. Es, de hecho, esa función la que explica su arquitectura: una gran mole de sillería maciza, de gran altura y sin apenas huecos, cubierta por una gran bóveda de cañón corrido también de piedra. Aunque escenario de importantes episodios y solar de huéspedes regios, el castillo estaba en pésimo estado tras las últimas guerras de 1794 y 1808. De propiedad privada y ante la posibilidad de pasar a manos extranjeras, el ayuntamiento lo compró empezando el siglo XX.
En 1959 sufrió una importante reforma (se construyeron dos entreplantas en el cuerpo principal) para alojar una exposición internacional, reforma que, diez años después, fue aprovechada cuando se adaptó para parador en 1968, proyectando un vestíbulo y un bar en la planta baja y dos salones en la planta superior, abiertos a la gran nave abovedada de gran altura. El exterior también se modificó, ya que delante del cubo principal y mirando a la ría existían restos de edificaciones ocultas y ruinosas como polvorines o la primitiva residencia del gobernador que se transformaron para alojar las habitaciones del parador.
En 1959, con motivo del tricentenario de la Paz de los Pirineos (1660), se adaptó el castillo como sede para una exposición conmemorativa. La exposición organizada entre España y Francia estaba justificada por la importancia del hecho histórico que confirmó el declive del imperio español.
Colección de tapices
El Parador de Fuenterrabía posee una importante colección artística, entre la que destacan los tapices diseñados por Rubens entre 1630 y 1635. Se trata de una serie compuesta por ocho escenas baje el tema de la Historia de Aquiles, de las cuales el parador exhibe seis de su serie prínceps: Tetis sumergiendo a Aquiles en el río Éstige, La educación de Aquiles, Aquiles descubierto, La cólera de Aquiles, La devolución de Briseida, y La muerte de Aquiles.
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El Parador de Fuenterrabía alcanza su medio siglo de vida. Inaugurado en 1968 por el arquitecto Manuel Sainz de Vicuña, y éste decidió dejar sin intervención una parte de la obra con el fin de mantener el romanticismo de la ruina. El Parador de Fuenterrabía se encuentra en la Casa Fuerte de Carlos V. Su ubicación, en la misma frontera entre España y Francia, ha hecho estratégico este castillo durante siglos. Por él pasaron los Reyes Católicos, el emperador Carlos, Felipe IV y Felipe V o incluso Velázquez cuando, siendo aposentador real, lo preparó como residencia temporal del rey durante una importante conferencia internacional en el siglo XVII.
Construido a finales del siglo X por Don Sancho Abarca de Navarra, el castillo de Fuenterrabía siempre cumplió una importante función militar y defensiva sobre el río Bidasoa. Es, de hecho, esa función la que explica su arquitectura: una gran mole de sillería maciza, de gran altura y sin apenas huecos, cubierta por una gran bóveda de cañón corrido también de piedra. Aunque escenario de importantes episodios y solar de huéspedes regios, el castillo estaba en pésimo estado tras las últimas guerras de 1794 y 1808. De propiedad privada y ante la posibilidad de pasar a manos extranjeras, el ayuntamiento lo compró empezando el siglo XX.
En 1959 sufrió una importante reforma (se construyeron dos entreplantas en el cuerpo principal) para alojar una exposición internacional, reforma que, diez años después, fue aprovechada cuando se adaptó para parador en 1968, proyectando un vestíbulo y un bar en la planta baja y dos salones en la planta superior, abiertos a la gran nave abovedada de gran altura. El exterior también se modificó, ya que delante del cubo principal y mirando a la ría existían restos de edificaciones ocultas y ruinosas como polvorines o la primitiva residencia del gobernador que se transformaron para alojar las habitaciones del parador.
En 1959, con motivo del tricentenario de la Paz de los Pirineos (1660), se adaptó el castillo como sede para una exposición conmemorativa. La exposición organizada entre España y Francia estaba justificada por la importancia del hecho histórico que confirmó el declive del imperio español.
Colección de tapices
El Parador de Fuenterrabía posee una importante colección artística, entre la que destacan los tapices diseñados por Rubens entre 1630 y 1635. Se trata de una serie compuesta por ocho escenas baje el tema de la Historia de Aquiles, de las cuales el parador exhibe seis de su serie prínceps: Tetis sumergiendo a Aquiles en el río Éstige, La educación de Aquiles, Aquiles descubierto, La cólera de Aquiles, La devolución de Briseida, y La muerte de Aquiles.