Cuando apenas queda un año y medio para que, teóricamente, San Sebastián tome el mando de la capitalidad cultural europea, la ciudad sigue sin tener un director general para el proyecto. Semanas después de que dimitiera Itziar Nogueras, previamente nombrada a dedo para el cargo por el gobierno municipal de Bildu, la capital guipuzcoana continúa sin máximo responsable que gestione los actos “culturales” de 2016. Y, lo que es peor, no hay ni tan siquiera una posibilidad de que, a corto plazo, se convoque el necesario concurso público para elegir al nuevo responsable de la capitalidad cultural. De hecho, ni tan siquiera están desarrolladas y aprobadas las bases que habrán de regir la nueva convocatoria. Fuentes de la Fundación que rige los aciagos destinos de Donostia 2016, afirman que, si todo va bien, para finales de este año, “tendremos un director” que, en el mejor de los casos, contará con 12 meses libres (todo el año 2015) para trabajar en el programa de la capitalidad.

Pero los problemas de San Sebastián 2016 no se limitan exclusivamente a su carencia de liderazgo. La capitalidad tampoco contará, por ahora, con patrocinadores porque el concurso que la capital guipuzcoana había convocado para designar a la empresa que habría de encargarse de conseguir entidades dispuestas a esponsorizar los actos, ha quedado desierto. Al parecer, y viendo el cúmulo indescriptible de retrasos, parones, intrigas, manipulaciones y manejos extraños que envuelven desde su designación a la capital cultural, ninguna empresa ha querido tomar parte en esta convocatoria, esencial para inyectar financiación privada al proyecto.

Y, a todo esto, ¿dónde está el alcalde de Bildu? Mientras San Sebastián 2016 navega sin rumbo, Juan Karlos Izagirre, acompañado de Xabier Payá, un individuo cuyo mayor capital político es haber brindado públicamente por el etarra De Juana Chaos y que hoy dirige transitoriamente Donostia 2016, se encuentra de viaje oficial en la localidad irlandesa de Derry, donde está estudiando cómo esta ciudad utilizó su capitalidad cultural “para reconstruir el tejido social”. Allí, en su siempre admirada Irlanda, donde ha viajado a cuenta de los vecinos donostiarras, el regidor también ha comprendido que San Sebastián 2016 debe construirse teniendo en cuenta “los proyectos relacionados con el conflicto social, los Derechos Humanos, y la identidad”.