Prólogo de “Zona Caliente”, el espectacular reportaje periodístico de Richard Preston que narró la primera aparición del virus Ébola en Estados Unidos
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En 1994, se publicó en español la novela Zona Caliente, en realidad un espectacular relato periodístico de no-ficción en el que Richard Preston, un veterano reportero de The New Yorker, desgranaba, con un espectacular pulso narrativo, los sucesos que ocurrieron en la ciudad norteamericana de Reston (Virginia) cuando en 1989, a escasas millas de la Casa Blanca, el virus Ébola fue detectado en una reserva de monos para experimentación.
La obra reeditada por la Editorial Salamandra con un nuevo prólogo escrito para la ocasión por el propio Richard Preston, narra con todo lujo de detalles cómo un comando especial del Ejército de Estados Unidos llevó a cabo entonces una operación ultrasecreta para eliminar a los animales infectados y obtener muestras del letal organismo. El virus Ébola, con una potencia destructiva capaz de acabar con la especie humana, había salido de su escondite natural en África y llamaba, por primera vez en la historia, a las puertas del mundo desarrollado.
En 1994, se publicó en español la novela Zona Caliente, en realidad un espectacular relato periodístico de no-ficción en el que Richard Preston, un veterano reportero de The New Yorker, desgranaba, con un espectacular pulso narrativo, los sucesos que ocurrieron en la ciudad norteamericana de Reston (Virginia) cuando en 1989, a escasas millas de la Casa Blanca, el virus Ébola fue detectado en una reserva de monos para experimentación.
La obra reeditada por la Editorial Salamandra con un nuevo prólogo escrito para la ocasión por el propio Richard Preston, narra con todo lujo de detalles cómo un comando especial del Ejército de Estados Unidos llevó a cabo entonces una operación ultrasecreta para eliminar a los animales infectados y obtener muestras del letal organismo. El virus Ébola, con una potencia destructiva capaz de acabar con la especie humana, había salido de su escondite natural en África y llamaba, por primera vez en la historia, a las puertas del mundo desarrollado.
