Exposición en la Fundación Telefónica de Madrid hasta el 15 de febrero de 2015
Nikola Tesla: Realidad y ficción de un genio visionario
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Los límites entre la realidad y la ficción se mezclan en la exposición “Nikola Tesla. Suyo es el futuro”, que homenajea en la Fundación Telefónica de Madrid, hasta el 15 de febrero de 2015, al genio visionario serbo-americano Nikola Tesla, verdadero fundador de la tecnología moderna y padre de nuestra civilización eléctrica.
La muestra, comisariada por Miguel A. Delgado y María Santoyo, se ha llevado a cabo con la colaboración de la Embajada de la República de Serbia en España, el Museo Nikola Tesla de Belgrado (Serbia) y Canopia.
Nikola Tesla (Smiljan, 1856-Nueva York, 1943) es “el genio al que robaron la luz”, pues fue eclipsado por otros científicos, como Edison o Marconi. No solo concibió la corriente alterna y la radio, sino que fue pionero en tecnologías visionarias para su época como la robótica, los aviones de despegue vertical, las armas teledirigidas, las lámparas de bajo consumo, las energías alternativas o la transmisión inalámbrica de electricidad. Tras muchos años de incomprensible olvido, recientemente la ciencia y el arte se han puesto de acuerdo para consagrarlo como el verdadero fundador de la tecnología moderna.
Hoy en día, Tesla se ha convertido incluso un icono de la cultura popular, presente en videojuegos, cómics, literatura, películas, canciones, series y miles de páginas web, en un cruce de referencias en el que realidad y ficción terminan confundiéndose. Introducir su nombre en Google puede llegar a arrojar cinco millones de resultados.
“Más que nunca es necesario detenerse y escuchar a Nikola Tesla, el niño que descubrió la electricidad acariciando a su gato y que dedicó los siguientes ochenta años a averiguar qué maravillas se ocultaban tras esas chispas”, explican Miguel A. Delgado y María Santoyo.
La muestra propone un recorrido por el espacio y el tiempo habitados por Tesla: del Imperio austrohúngaro al Nueva York de los primeros rascacielos, de las habitaciones de hotel a los laboratorios, de la fama a la ruina, de la genialidad a la locura, de la soledad al trending topic.
Muchos son los rostros de Tesla que la exposición quiere abarcar: el inventor brillante, el hombre de su tiempo, el extravagante seductor, el visionario, el superhéroe… Pero Tesla ejerce además una poderosa atracción transcultural y multidisciplinar y en él convergen la creación y la invención. Su visión pretendía cambiar el mundo, y el mundo cambió a imagen y semejanza de su visión. Tesla guardaba una profunda fe en la capacidad de invención humana y creía en los beneficios del progreso como solamente las generaciones anteriores a la Segunda Guerra Mundial podían hacerlo.
Gran parte de sus vaticinios, como la transmisión inalámbrica de información, sonido e imágenes o sus advertencias sobre los riesgos producidos por el uso irresponsable de la energía, han cobrado vida en nuestros días, más de un siglo después de que fueran enunciados ante un público que no supo comprender lo que se les estaba revelando.
Los límites entre la realidad y la ficción se mezclan en la exposición “Nikola Tesla. Suyo es el futuro”, que homenajea en la Fundación Telefónica de Madrid, hasta el 15 de febrero de 2015, al genio visionario serbo-americano Nikola Tesla, verdadero fundador de la tecnología moderna y padre de nuestra civilización eléctrica.
La muestra, comisariada por Miguel A. Delgado y María Santoyo, se ha llevado a cabo con la colaboración de la Embajada de la República de Serbia en España, el Museo Nikola Tesla de Belgrado (Serbia) y Canopia.
Nikola Tesla (Smiljan, 1856-Nueva York, 1943) es “el genio al que robaron la luz”, pues fue eclipsado por otros científicos, como Edison o Marconi. No solo concibió la corriente alterna y la radio, sino que fue pionero en tecnologías visionarias para su época como la robótica, los aviones de despegue vertical, las armas teledirigidas, las lámparas de bajo consumo, las energías alternativas o la transmisión inalámbrica de electricidad. Tras muchos años de incomprensible olvido, recientemente la ciencia y el arte se han puesto de acuerdo para consagrarlo como el verdadero fundador de la tecnología moderna.
Hoy en día, Tesla se ha convertido incluso un icono de la cultura popular, presente en videojuegos, cómics, literatura, películas, canciones, series y miles de páginas web, en un cruce de referencias en el que realidad y ficción terminan confundiéndose. Introducir su nombre en Google puede llegar a arrojar cinco millones de resultados.
“Más que nunca es necesario detenerse y escuchar a Nikola Tesla, el niño que descubrió la electricidad acariciando a su gato y que dedicó los siguientes ochenta años a averiguar qué maravillas se ocultaban tras esas chispas”, explican Miguel A. Delgado y María Santoyo.
La muestra propone un recorrido por el espacio y el tiempo habitados por Tesla: del Imperio austrohúngaro al Nueva York de los primeros rascacielos, de las habitaciones de hotel a los laboratorios, de la fama a la ruina, de la genialidad a la locura, de la soledad al trending topic.
Muchos son los rostros de Tesla que la exposición quiere abarcar: el inventor brillante, el hombre de su tiempo, el extravagante seductor, el visionario, el superhéroe… Pero Tesla ejerce además una poderosa atracción transcultural y multidisciplinar y en él convergen la creación y la invención. Su visión pretendía cambiar el mundo, y el mundo cambió a imagen y semejanza de su visión. Tesla guardaba una profunda fe en la capacidad de invención humana y creía en los beneficios del progreso como solamente las generaciones anteriores a la Segunda Guerra Mundial podían hacerlo.
Gran parte de sus vaticinios, como la transmisión inalámbrica de información, sonido e imágenes o sus advertencias sobre los riesgos producidos por el uso irresponsable de la energía, han cobrado vida en nuestros días, más de un siglo después de que fueran enunciados ante un público que no supo comprender lo que se les estaba revelando.