La inmersión lingüística como losa para muchos niños
Convivencia Cívica Catalana (C.C.C) es una asociación caracterizada por el rigor y el equilibrio en sus análisis de lo que ocurre en las sociedades cerradas, es decir, aquellas dominadas por un nacionalismo cerril y exagerado que pretende dominar todas las estructuras de poder de forma totalitaria. Una de ellas es la educación cuando ésta se convierte en instrumento de control y dominación.
C.C.C. viene haciendo sucesivos informes anuales sobre los resultados de las evaluaciones de la OCDE del sistema educativo en Cataluña, es decir del sistema nacionalista de control de la población mediante un profesorado cribado que ejerce de comisariado político, una inmersión que no acata las sentencias del Tribunal Supremo ni del Constitucional, y unos contenidos curriculares claramente sesgados hacia una visión falaz y mitológica de la realidad histórica y social de Cataluña. El anteúltimo informe denunciaba el maquillaje del fracaso escolar mediante el sesgo de las muestras de población escolar evaluadas de las que se extrajeron amplias capas de alumnado emigrante. En éste último se contempla el efecto demoledor que tiene la inmersión lingüística sobre esos alumnos emigrantes cuya lengua dominante o primera es el castellano.
Traslado a este artículo los datos de ese informe por ser paradigmáticos de lo aberrante de un sistema en el que no se respeta la lengua materna de nuestros escolares y se aplica de forma generalizada sin contemplar aquellas minorías que por cualquier factor ambiental o de desarrollo se ven dificultados unas veces o impedidos otras de adquirir los aprendizajes básicos para garantizar su evolución como personas. Los que se dedican a la estadística de las ciencias sociales conocen bien la Curva de Gauss que es una traslación de la realidad social a la frecuencia de sucesos. En lo que se refiere a las aptitudes primarias que permiten un aprendizaje, alrededor de un 15 % de la población escolar está en el intervalo inferior que se caracteriza por limitaciones del aprendizaje por variables muy diversas como es el abanico de disfunciones del lenguaje, entre otras. Estos alumnos necesitan que se les adiestre en la lectoescritura en su lengua materna, y si no se hace así se induce un bloqueo irremediable en su desarrollo escolar. En lo que se refiere a otros factores como los socioculturales, que todos los autores contemplan como condicionantes en el desarrollo del aprendizaje escolar, vemos que, también influyen, decisivamente en el proceso educativo.
Convivencia Cívica Catalana da cuenta de este hecho con datos estadísticos extraídos de la última evaluación PISA y PIRLS, de las que se infieren que los estudiantes de origen inmigrante en Cataluña tienen un desfase de dos años de escolarización en cuanto a conocimientos en relación a sus compañeros de la misma edad, debido al sistema de inmersión lingüística. Estos alumnos son 160.000, de los que el 66,1 % son castellanohablantes.
Si se miran los informes PISA la diferencia de rendimiento entre alumnos inmigrantes y nativos en Cataluña es significativamente elevada. Nada menos que 70 puntos, más del doble que la media de la Unión Europea (32 puntos), y un 40 % superior a la media española (49 puntos), lo que certifica que la causa es la inmersión obligatoria de carácter universal en esa Comunidad.
No dispongo de los datos para verificar que el mismo fenómeno suceda en el País Vasco, entre otras cosas porque en esta comunidad se ha guetizado a los inmigrantes, confinándolos en el modelo A, para desprestigiarlo y convertirlo en algo residual. Esta segregación es una vulneración de los principios de integración y normalización que se incluyen en leyes como la de Integración de los minusválidos, ahora denominados discapacitados.
Otra de las consecuencias de este fenómeno de exclusión social por la vía de la llamada “normalización lingüística” que es algo así como la normalización étnica que desarrollaban los nazis, es que el porcentaje de alumnos inmigrantes en la educación postobligatoria disminuye drásticamente en relación al resto de España, siendo 6,1 puntos porcentuales superior a la del resto de España.
Todos estos malos resultados vienen de la mano de una dificultad añadida a la del proceso de integración de los inmigrantes, cual es que la lengua de uso, la materna, es diferente de la catalana, lo que es la carga de la prueba de que es atentatorio contra los derechos de las personas el obligar al aprendizaje de las destrezas fundamentales y conocimientos básicos en otra lengua no dominada, lo que lleva, indefectiblemente, a la desigualdad y a la estratificación social. El objetivo nacionalista de homogeneización social y de aplicación forzada de su proyecto secesionista arrasa con derechos fundamentales y abandona a los individuos a su suerte.
Unos de los estadísticos que mejor reflejan el deficiente aprendizaje inducido por el modelo de inmersión en Cataluña es el siguiente:
En matemáticas el porcentaje de alumnos con mal aprendizaje de las matemáticas es 13,93 % en alumnos nativos, mientras que en emigrantes es el 34,58 %. En lectura los nativos fracasan un 15,10 % mientras que los emigrantes lo hacen un 39,57 % -dato muy significativo-. En ciencias un 11,30 % fracasan entre los nativos, mientras que los emigrantes un 30,32 %. Solamente estos datos son suficientemente reveladores de la aberración de la inmersión obligatoria. Si nos fijamos en los que han repetido algún curso, un 50,2 % de los emigrantes no superaron los mínimos en contraste con el 28,1 % de los nativos.
Es curioso que CIU propugnara un modelo educativo bilingüe para Cataluña con este argumento, tal como se refleja en el Diario de sesiones del Congreso de los Diputados en mayo de 1978: “Lo que nosotros proponemos es precisamente la enseñanza en lengua materna, bien sea catalán o castellano y la enseñanza del catalán y del castellano obligatoria para todos los que viven en Cataluña. Con esto, lo que se pretende son varias cosas. En principio evitar ese trauma a que me refería antes, del tránsito desde el ambiente familiar a la escuela con cambio simultáneo del idioma, potenciar la capacidad intelectual de los jóvenes a base del uso de la lengua materna, conseguir que al final del periodo escolar todos conozcan a la perfección el catalán y el castellano y, conseguir, por último, que a base de ese conocimiento tengamos bases de convivencia y de integración entre las dos comunidades lingüísticas en Cataluña” Parece mentira que esto se dijera por el mismo partido que hoy pasa su apisonadora lingüística sobre los alumnos que hace 37 años. ¡Viva la coherencia! Esto es la evidencia de perturbación democrática que supone el nacionalismo. Lo que no entiendo es que otros partidos se contagien con esa lepra.
Debemos agradecer a Convivencia Cívica Catalana que nos de toda esta información, pues abre los ojos a mucha gente engañada. Al menos a quien desde la imparcialidad y buscando la verdad de las cosas quiera descubrir la realidad y desmitificar las mentiras nacionalistas.
Este informe completo está en la página web de Convivencia Cívica Catalana.
Convivencia Cívica Catalana (C.C.C) es una asociación caracterizada por el rigor y el equilibrio en sus análisis de lo que ocurre en las sociedades cerradas, es decir, aquellas dominadas por un nacionalismo cerril y exagerado que pretende dominar todas las estructuras de poder de forma totalitaria. Una de ellas es la educación cuando ésta se convierte en instrumento de control y dominación.
C.C.C. viene haciendo sucesivos informes anuales sobre los resultados de las evaluaciones de la OCDE del sistema educativo en Cataluña, es decir del sistema nacionalista de control de la población mediante un profesorado cribado que ejerce de comisariado político, una inmersión que no acata las sentencias del Tribunal Supremo ni del Constitucional, y unos contenidos curriculares claramente sesgados hacia una visión falaz y mitológica de la realidad histórica y social de Cataluña. El anteúltimo informe denunciaba el maquillaje del fracaso escolar mediante el sesgo de las muestras de población escolar evaluadas de las que se extrajeron amplias capas de alumnado emigrante. En éste último se contempla el efecto demoledor que tiene la inmersión lingüística sobre esos alumnos emigrantes cuya lengua dominante o primera es el castellano.
Traslado a este artículo los datos de ese informe por ser paradigmáticos de lo aberrante de un sistema en el que no se respeta la lengua materna de nuestros escolares y se aplica de forma generalizada sin contemplar aquellas minorías que por cualquier factor ambiental o de desarrollo se ven dificultados unas veces o impedidos otras de adquirir los aprendizajes básicos para garantizar su evolución como personas. Los que se dedican a la estadística de las ciencias sociales conocen bien la Curva de Gauss que es una traslación de la realidad social a la frecuencia de sucesos. En lo que se refiere a las aptitudes primarias que permiten un aprendizaje, alrededor de un 15 % de la población escolar está en el intervalo inferior que se caracteriza por limitaciones del aprendizaje por variables muy diversas como es el abanico de disfunciones del lenguaje, entre otras. Estos alumnos necesitan que se les adiestre en la lectoescritura en su lengua materna, y si no se hace así se induce un bloqueo irremediable en su desarrollo escolar. En lo que se refiere a otros factores como los socioculturales, que todos los autores contemplan como condicionantes en el desarrollo del aprendizaje escolar, vemos que, también influyen, decisivamente en el proceso educativo.
Convivencia Cívica Catalana da cuenta de este hecho con datos estadísticos extraídos de la última evaluación PISA y PIRLS, de las que se infieren que los estudiantes de origen inmigrante en Cataluña tienen un desfase de dos años de escolarización en cuanto a conocimientos en relación a sus compañeros de la misma edad, debido al sistema de inmersión lingüística. Estos alumnos son 160.000, de los que el 66,1 % son castellanohablantes.
Si se miran los informes PISA la diferencia de rendimiento entre alumnos inmigrantes y nativos en Cataluña es significativamente elevada. Nada menos que 70 puntos, más del doble que la media de la Unión Europea (32 puntos), y un 40 % superior a la media española (49 puntos), lo que certifica que la causa es la inmersión obligatoria de carácter universal en esa Comunidad.
No dispongo de los datos para verificar que el mismo fenómeno suceda en el País Vasco, entre otras cosas porque en esta comunidad se ha guetizado a los inmigrantes, confinándolos en el modelo A, para desprestigiarlo y convertirlo en algo residual. Esta segregación es una vulneración de los principios de integración y normalización que se incluyen en leyes como la de Integración de los minusválidos, ahora denominados discapacitados.
Otra de las consecuencias de este fenómeno de exclusión social por la vía de la llamada “normalización lingüística” que es algo así como la normalización étnica que desarrollaban los nazis, es que el porcentaje de alumnos inmigrantes en la educación postobligatoria disminuye drásticamente en relación al resto de España, siendo 6,1 puntos porcentuales superior a la del resto de España.
Todos estos malos resultados vienen de la mano de una dificultad añadida a la del proceso de integración de los inmigrantes, cual es que la lengua de uso, la materna, es diferente de la catalana, lo que es la carga de la prueba de que es atentatorio contra los derechos de las personas el obligar al aprendizaje de las destrezas fundamentales y conocimientos básicos en otra lengua no dominada, lo que lleva, indefectiblemente, a la desigualdad y a la estratificación social. El objetivo nacionalista de homogeneización social y de aplicación forzada de su proyecto secesionista arrasa con derechos fundamentales y abandona a los individuos a su suerte.
Unos de los estadísticos que mejor reflejan el deficiente aprendizaje inducido por el modelo de inmersión en Cataluña es el siguiente:
En matemáticas el porcentaje de alumnos con mal aprendizaje de las matemáticas es 13,93 % en alumnos nativos, mientras que en emigrantes es el 34,58 %. En lectura los nativos fracasan un 15,10 % mientras que los emigrantes lo hacen un 39,57 % -dato muy significativo-. En ciencias un 11,30 % fracasan entre los nativos, mientras que los emigrantes un 30,32 %. Solamente estos datos son suficientemente reveladores de la aberración de la inmersión obligatoria. Si nos fijamos en los que han repetido algún curso, un 50,2 % de los emigrantes no superaron los mínimos en contraste con el 28,1 % de los nativos.
Es curioso que CIU propugnara un modelo educativo bilingüe para Cataluña con este argumento, tal como se refleja en el Diario de sesiones del Congreso de los Diputados en mayo de 1978: “Lo que nosotros proponemos es precisamente la enseñanza en lengua materna, bien sea catalán o castellano y la enseñanza del catalán y del castellano obligatoria para todos los que viven en Cataluña. Con esto, lo que se pretende son varias cosas. En principio evitar ese trauma a que me refería antes, del tránsito desde el ambiente familiar a la escuela con cambio simultáneo del idioma, potenciar la capacidad intelectual de los jóvenes a base del uso de la lengua materna, conseguir que al final del periodo escolar todos conozcan a la perfección el catalán y el castellano y, conseguir, por último, que a base de ese conocimiento tengamos bases de convivencia y de integración entre las dos comunidades lingüísticas en Cataluña” Parece mentira que esto se dijera por el mismo partido que hoy pasa su apisonadora lingüística sobre los alumnos que hace 37 años. ¡Viva la coherencia! Esto es la evidencia de perturbación democrática que supone el nacionalismo. Lo que no entiendo es que otros partidos se contagien con esa lepra.
Debemos agradecer a Convivencia Cívica Catalana que nos de toda esta información, pues abre los ojos a mucha gente engañada. Al menos a quien desde la imparcialidad y buscando la verdad de las cosas quiera descubrir la realidad y desmitificar las mentiras nacionalistas.
Este informe completo está en la página web de Convivencia Cívica Catalana.