El monolito fue inaugurado en 2007
El único monumento a las víctimas del terrorismo que existe en San Sebastián se cae a pedazos a las puertas del Ayuntamiento de la ciudad
![[Img #7877]](upload/img/periodico/img_7877.jpg)
La obra “Oroimena-Memoria”, una columna triangular tallada en bronce y cobre del escultor Aitor Mendizabal que se inauguró en enero de 2007 como homenaje de la ciudad de San Sebastián a las víctimas del terrorismo, se cae a pedazos, carcomida por el salitre, desvencijada y oxidada, ante el silencio y la apatía de la corporación municipal, liderada por alcalde Eneko Goia, del PNV, que gobierna en coalición con el Partido Socialista de Euskadi.
La escultura, que con sus cuatro metros de altura y 1.500 kilos de peso es el único monumento público que recuerda a las víctimas del terrorismo en la capital guipuzcoana, se encuentra instalada en los jardines de Alderdi Eder, a tan solo unos metros de la balconada principal del Ayuntamiento donostiarra.
Tanto la estructura principal del obelisco, como la placa conmemorativa situada a su pie, se encuentran en un estado de deterioro lamentable y, de hecho, el texto que se incluye en la lámina de metal que acompaña a la construcción, resulta absolutamente ilegible. En sus orígenes, incluía el siguiente lema: "La ciudad de San Sebastián, en memoria de las víctimas del terrorismo y de la violencia", que se acompañaba con el escudo de la urbe.
Dentro de unos días, San Sebastián se estrena como Capital Europea de la Cultura 2016 y, de hecho, el edificio municipal ya luce diferentes motivos relacionados con esta cuestión. A su lado, un monolito fragmentado, deslustrado y descompuesto simboliza el poco interés y el desprecio que esta ciudad ha demostrado a lo largo de su reciente historia hacia las víctimas del terrorismo. Desde la Transición, 96 personas han sido asesinadas en San Sebastián en múltiples asesinatos terroristas cometidos principalmente por ETA.
![[Img #7878]](upload/img/periodico/img_7878.jpg)
La obra “Oroimena-Memoria”, una columna triangular tallada en bronce y cobre del escultor Aitor Mendizabal que se inauguró en enero de 2007 como homenaje de la ciudad de San Sebastián a las víctimas del terrorismo, se cae a pedazos, carcomida por el salitre, desvencijada y oxidada, ante el silencio y la apatía de la corporación municipal, liderada por alcalde Eneko Goia, del PNV, que gobierna en coalición con el Partido Socialista de Euskadi.
La escultura, que con sus cuatro metros de altura y 1.500 kilos de peso es el único monumento público que recuerda a las víctimas del terrorismo en la capital guipuzcoana, se encuentra instalada en los jardines de Alderdi Eder, a tan solo unos metros de la balconada principal del Ayuntamiento donostiarra.
Tanto la estructura principal del obelisco, como la placa conmemorativa situada a su pie, se encuentran en un estado de deterioro lamentable y, de hecho, el texto que se incluye en la lámina de metal que acompaña a la construcción, resulta absolutamente ilegible. En sus orígenes, incluía el siguiente lema: "La ciudad de San Sebastián, en memoria de las víctimas del terrorismo y de la violencia", que se acompañaba con el escudo de la urbe.
Dentro de unos días, San Sebastián se estrena como Capital Europea de la Cultura 2016 y, de hecho, el edificio municipal ya luce diferentes motivos relacionados con esta cuestión. A su lado, un monolito fragmentado, deslustrado y descompuesto simboliza el poco interés y el desprecio que esta ciudad ha demostrado a lo largo de su reciente historia hacia las víctimas del terrorismo. Desde la Transición, 96 personas han sido asesinadas en San Sebastián en múltiples asesinatos terroristas cometidos principalmente por ETA.