Cuando Álava fue Tabarnia
![[Img #13011]](upload/img/periodico/img_13011.png)
¿Se acuerdan de Unidad Alavesa?. ¿Se acuerdan cuando advertíamos de que Álava podía y quería salirse de la Euskadi violenta y separatista?. ¿Se acuerdan de aquel slogan "Álava como Navarra"?
Creo firmemente que el nacionalismo es un agujero del que la ciudadanía -sujeto de derechos- debe salir. Ahora que la Real Academia de la Lengua Española repara en el término "posverdad" como sinónimo de manipulación perversa al servicio de aquellos mandarines que juegan con las emociones y pasiones del ser humano, no está de más volver a la filosofía, esa ciencia o arte que ordena el pensamiento de cada cual, sin necesidad de subsumirlo en la vorágine interesada de masas incultas con tendencias fundamentalistas.
Cuando en la Comunidad Autónoma del País Vasco los nacionalistas estaban convencidos y dedicados a su construcción nacional, en Álava, un grupo de españoles nos sublevamos. Y les dimos de su propia medicina. Ejerciendo nuestros derechos fundamentales, amén de señalarles como sectarios, les advertimos que los habitantes de Álava no estábamos dispuestos a vivir fuera de España, y que en nombre de nuestra libertad frente a la tiranía con violencia añadida, queríamos ser como los navarros. Una comunidad dentro del Estado español.
Algo similar parece estarse fraguando en Cataluña. Es muy grave la corriente al más puro estilo "talibán" que se ha instaurado, por las manipulaciones de unos, por los errores de otros, por la falta de cultura, o por la sustitución de la historia por el mito. Y algo de razón debo tener si estudiamos el mapa de las urnas. Han sido los habitantes de la Cataluña profunda quienes han dado la papeleta para servir a una República fantasmagórica. Pero Tarraco y Barcino, por su pasado, por su mirada al Mediterráneo, por su impronta cultural y universal, han votado de otra forma.
No es de recibo que la ignorancia mezclada con el fanatismo, arrastre a todos al agujero o a la aldea profunda. ¡Algo hay que hacer!. Y, creo más en las iniciativas populares que en las gubernamentales. ¡Ya se ha visto!. Tarde y mal.
Por eso, aunque la tribuna conservadora, reaccionaria, políticamente correcta, sonría por la "ocurrencia", no puedo por menos que recordar cuando desde tribunas mediáticas algún sabio junta-palabras aseguró que lo de la salida para Álava era, "una broma foral del señor Mosquera". Y es que la prensa y radio, ahora la televisión, siempre van por detrás de la noticia, y muy lejos de la creatividad del artista, el romántico revolucionario o simplemente el Viriato que tiene los bemoles necesarios para enfrentase a Roma.
Por eso me ha hecho ilusión esa salida desde el tejido social. Como lo fueron las concentraciones del 15-M. Como lo fueron los sucesos de 1917 en la madre Rusia.
Tabarnia sería, si así lo deciden los soberanos -pueblo- un territorio con voluntad propia, derecho a ser para decidir, ajenos e indignados con una aventura que conlleva la destrucción de la convivencia, el aislamiento y la persecución disfrazada de presuntas aptitudes salva patrias.
Creo que C's debería hacer lo mismo que impulsamos desde Unidad Alavesa. No se puede, tras unas elecciones democráticas, esperar a que se consume el esperpento, pero tampoco se puede esperar que la justicia sustituya a la voluntad popular. Por eso, cualquier movimiento de la sociedad civil que busque la pertenencia a la vieja nación española, debe ser bandera e himno de esa fuerza emergente plagada de jóvenes valores que desean cambiar la rancia política con reformas y regeneración. Pues bien. Comiencen por encabezar ese movimiento social que, con argumentos similares de los del secesionismo, no desea verse representados por los gurús independentistas, y arrastrado al abismo.
C's debe liderar no sólo la oposición en el Parlamento. También debe liderar la organización, voz y participación de la sociedad civil que desea seguir perteneciendo a España. Fue lo que planteamos los de UA en Euskadi. Y, los viejos partidos nacionales, que primero se lo tomaron a broma, después nos combatieron, al final descubrieron que nos asistía la razón, en el discurso, en las aspiraciones, en la movilización sin complejos frente a los hijos de Sabino Arana.
Llama la atención que, al igual cuando las obras de Sabino Arana inspiraban ideológicamente a una parte importante de Euskadi, Cataluña se han creído a pies juntillas lo de España nos roba, lo de la República Catalana es sostenible, lo de mejor solos que en Europa, las empresas volverán...¿Cómo se puede ser tan ilusos y dejarse manipular por los druidas del poblado?. ¿Se imaginan Barcelona, además de con la actual alcaldesa, al estilo de la capital de Albania?.
Evidentemente, la solución es muy complicada, más por las cotas alcanzadas en el tiempo de espera y las heridas abiertas en uno y otro bando. Y digo bando. Me temo una situación similar a las contiendas carlistas. La velocidad que han imprimido al proceso y la reacción que desencadenó en el Estado, hace muy difícil un frenazo, al menos con idénticos conductores en la máquina del tren.
Para terminar, algo contrario a la posverdad. No es cierto que el proceso haya sido pacífico. Durante muchos años los españoles que residían en Cataluña han sufrido vejaciones, temor, discriminación, señalamiento y quién sabe si alguna que otra "depuración" para cuando se hubiere instaurado la República. Y es que resulta conmovedor comprobar lo viejo y actual del tacticismo. La tiranía en nombre de la libertad. Y, al que no quiera ser libre, le obligaremos...
¿Se acuerdan de Unidad Alavesa?. ¿Se acuerdan cuando advertíamos de que Álava podía y quería salirse de la Euskadi violenta y separatista?. ¿Se acuerdan de aquel slogan "Álava como Navarra"?
Creo firmemente que el nacionalismo es un agujero del que la ciudadanía -sujeto de derechos- debe salir. Ahora que la Real Academia de la Lengua Española repara en el término "posverdad" como sinónimo de manipulación perversa al servicio de aquellos mandarines que juegan con las emociones y pasiones del ser humano, no está de más volver a la filosofía, esa ciencia o arte que ordena el pensamiento de cada cual, sin necesidad de subsumirlo en la vorágine interesada de masas incultas con tendencias fundamentalistas.
Cuando en la Comunidad Autónoma del País Vasco los nacionalistas estaban convencidos y dedicados a su construcción nacional, en Álava, un grupo de españoles nos sublevamos. Y les dimos de su propia medicina. Ejerciendo nuestros derechos fundamentales, amén de señalarles como sectarios, les advertimos que los habitantes de Álava no estábamos dispuestos a vivir fuera de España, y que en nombre de nuestra libertad frente a la tiranía con violencia añadida, queríamos ser como los navarros. Una comunidad dentro del Estado español.
Algo similar parece estarse fraguando en Cataluña. Es muy grave la corriente al más puro estilo "talibán" que se ha instaurado, por las manipulaciones de unos, por los errores de otros, por la falta de cultura, o por la sustitución de la historia por el mito. Y algo de razón debo tener si estudiamos el mapa de las urnas. Han sido los habitantes de la Cataluña profunda quienes han dado la papeleta para servir a una República fantasmagórica. Pero Tarraco y Barcino, por su pasado, por su mirada al Mediterráneo, por su impronta cultural y universal, han votado de otra forma.
No es de recibo que la ignorancia mezclada con el fanatismo, arrastre a todos al agujero o a la aldea profunda. ¡Algo hay que hacer!. Y, creo más en las iniciativas populares que en las gubernamentales. ¡Ya se ha visto!. Tarde y mal.
Por eso, aunque la tribuna conservadora, reaccionaria, políticamente correcta, sonría por la "ocurrencia", no puedo por menos que recordar cuando desde tribunas mediáticas algún sabio junta-palabras aseguró que lo de la salida para Álava era, "una broma foral del señor Mosquera". Y es que la prensa y radio, ahora la televisión, siempre van por detrás de la noticia, y muy lejos de la creatividad del artista, el romántico revolucionario o simplemente el Viriato que tiene los bemoles necesarios para enfrentase a Roma.
Por eso me ha hecho ilusión esa salida desde el tejido social. Como lo fueron las concentraciones del 15-M. Como lo fueron los sucesos de 1917 en la madre Rusia.
Tabarnia sería, si así lo deciden los soberanos -pueblo- un territorio con voluntad propia, derecho a ser para decidir, ajenos e indignados con una aventura que conlleva la destrucción de la convivencia, el aislamiento y la persecución disfrazada de presuntas aptitudes salva patrias.
Creo que C's debería hacer lo mismo que impulsamos desde Unidad Alavesa. No se puede, tras unas elecciones democráticas, esperar a que se consume el esperpento, pero tampoco se puede esperar que la justicia sustituya a la voluntad popular. Por eso, cualquier movimiento de la sociedad civil que busque la pertenencia a la vieja nación española, debe ser bandera e himno de esa fuerza emergente plagada de jóvenes valores que desean cambiar la rancia política con reformas y regeneración. Pues bien. Comiencen por encabezar ese movimiento social que, con argumentos similares de los del secesionismo, no desea verse representados por los gurús independentistas, y arrastrado al abismo.
C's debe liderar no sólo la oposición en el Parlamento. También debe liderar la organización, voz y participación de la sociedad civil que desea seguir perteneciendo a España. Fue lo que planteamos los de UA en Euskadi. Y, los viejos partidos nacionales, que primero se lo tomaron a broma, después nos combatieron, al final descubrieron que nos asistía la razón, en el discurso, en las aspiraciones, en la movilización sin complejos frente a los hijos de Sabino Arana.
Llama la atención que, al igual cuando las obras de Sabino Arana inspiraban ideológicamente a una parte importante de Euskadi, Cataluña se han creído a pies juntillas lo de España nos roba, lo de la República Catalana es sostenible, lo de mejor solos que en Europa, las empresas volverán...¿Cómo se puede ser tan ilusos y dejarse manipular por los druidas del poblado?. ¿Se imaginan Barcelona, además de con la actual alcaldesa, al estilo de la capital de Albania?.
Evidentemente, la solución es muy complicada, más por las cotas alcanzadas en el tiempo de espera y las heridas abiertas en uno y otro bando. Y digo bando. Me temo una situación similar a las contiendas carlistas. La velocidad que han imprimido al proceso y la reacción que desencadenó en el Estado, hace muy difícil un frenazo, al menos con idénticos conductores en la máquina del tren.
Para terminar, algo contrario a la posverdad. No es cierto que el proceso haya sido pacífico. Durante muchos años los españoles que residían en Cataluña han sufrido vejaciones, temor, discriminación, señalamiento y quién sabe si alguna que otra "depuración" para cuando se hubiere instaurado la República. Y es que resulta conmovedor comprobar lo viejo y actual del tacticismo. La tiranía en nombre de la libertad. Y, al que no quiera ser libre, le obligaremos...