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Sábado, 26 de Enero de 2019 Tiempo de lectura:
Jefe de Instrumentación del Observatorio Astronómico de la Universidad de Valencia

Fernando J. Ballesteros: “La idea de hallar señales alienígenas en nuestro código genético es digna de explorar”

[Img #15136]

 

Fernando J. Ballesteros Roselló es actualmente Jefe de Instrumentación del Observatorio Astronómico de la Universidad de Valencia. Doctor en Física por esta misma universidad, ha trabajado en el diseño y desarrollo del telescopio espacial de rayos gamma INTEGRAL, de la Agencia Espacial Europea, actualmente en órbita alrededor de la Tierra, así como del telescopio espacial LEGRI a bordo de Minisat 01 (INTA). A lo largo de los años, las inquietudes investigadoras del autor del libro “10.000 años mirando estrellas”, han evolucionado hacia la astrobiología, realizando diferentes trabajos en temas relacionados con la  emergencia de la complejidad y la vida en el universo.

 

Con una amplia experiencia en el campo de la divulgación, Ballesteros es Premio Prisma 2016 por su libro “Fractales y Caos, la aventura de la complejidad” y Premio Europeo de Divulgación Científica Estudi General de 2006 por su libro “Gramáticas Extraterrestres”, un ensayo clásico de imprescindible lectura para reflexionar sobre las posibilidades de comunicación con otras civilizaciones interestelares.

 

Sobre este tema, y sobre el reciente eco informativo que ha tenido la nueva captación de ráfagas de radio FRB, que algunos expertos consideran que pudieran ser señales de civilizaciones alienígenas llegadas a la Tierra, La Tribuna del País Vasco habla en exclusiva con Fernando J. Ballesteros.

 

[Img #15137]Concretamente, ¿qué son las ráfagas de radio FRB?, ¿Pueden ser señales de una civilización extraterrestre, tal y como se señala desde algunas fuentes?

 

No se puede descartar, pero el hecho de que haya muchas y provengan de direcciones muy diferentes del cielo apunta más bien a que se trata de un fenómeno natural desconocido. No tenemos aún ningún modelo físico que nos proporcione una explicación, pero sabemos que son pulsos extremadamente rápidos, y muy intensos pues provienen de distancias astronómicas. En tales circunstancias (como ya ha ocurrido en otras ocasiones análogas) tendemos a asociarlos con los fenómenos más extremos que conocemos: supernovas, agujeros negros, choques de estrellas de neutrones… Mención aparte merecen los pocos casos en los que los FRB son repetitivos, pues parece más difícil hacerlos encajar en las anteriores explicaciones. Pero en tales casos en los que no tenemos ni una mala explicación sobre la que apoyarnos, podemos hacer uso de la explicación comodín: inteligencias extraterrestres.

 

Como ya digo, es algo que no podemos descartar, pero ya hemos pasado antes por esto: cuando se descubrieron por primera vez los púlsares (detectados como señales de radio rítmicas con una precisión de relojería) también se planteó si podrían ser alienígenas; lo mismo pasó con otras explosiones, los GRB, tremendos estallidos de rayos gamma, donde se postuló si serían accidentes industriales de tecnología extraterrestre. Estos y otros casos más en los que se pensó en la hipótesis comodín de los alienígenas resultaron ser un fenómeno natural que hasta entonces desconocíamos. Y todo apunta a que esta vez va a ocurrir lo mismo.

 

En 2008, usted escribió un libro sobre este tema que se ha convertido en lectura obligada para todas las personas interesadas sobre esta cuestión. ¿Qué le impulsó en aquel momento a publicar “Gramáticas extraterrestres”?

 

La búsqueda de vida inteligente extraterrestre tuvo un gran auge en los años setenta y ochenta, pero la ausencia de resultados hizo que el entusiasmo por SETI disminuyera entre el público y se redujera a un reducido grupo de investigadores que sigue buscando la respuesta a la gran pregunta: ¿somos los hijos únicos del universo? Con mi libro quería dar visibilidad a un tema de investigación fascinante e ilusionante y estimular de nuevo el entusiasmo del público por los proyectos SETI. El apoyo popular es fundamental para poder financiar líneas de investigación que no se consideran prioritarias, o incluso que son tildadas de altamente especulativas. La gran respuesta que recibe entre el público (al menos durante la primera semana) cada vez que en una noticia científica se especula sobre inteligencia extraterrestre demuestra que, aunque no es entusiasta, el interés sí existe.

 

En su opinión, ¿cómo podríamos esperar, desde un punto de vista comunicacional, que fuera un posible mensaje de una civilización interestelar?

 

Va a depender de si se trata de un mensaje dirigido a otras civilizaciones, con pretensiones de ser detectado y entendido, o si es una intercepción de sus comunicaciones internas.

 

En el primer caso debe de ser muy evidente y claramente artificial. Se especula por ejemplo con la emisión de patrones matemáticos que no pueda generar un fenómeno natural, como pulsos que cuenten números primos, aunque puede ser cualquier otra cosa. Debe tener también una cierta duración para que dé tiempo a transmitir un mensaje. Por último, debería repetirse muchas veces para asegurarse de que se detecta bien y no se pierde información. Todo ello a la vez. Un FRB no es muy evidente por lo breve que es, y por eso nos ha costado tanto detectarlos, y en el breve pulso de un FRB, aparte de “hola” poco más se puede transmitir. Algunos de ellos sí se repiten, pero esporádicamente.

 

Por otro lado, si interceptamos una comunicación interna de la civilización, es decir el equivalente a un programa de televisión o una señal de radar, las cosas se complican porque no tenemos claro qué esperar. Con todo sí esperaríamos repetición y durabilidad de la señal. Muy probablemente sería una señal de banda estrecha, pues poco ancho de banda optimiza consumo energético frente a transmisión de señal (los FRB no lo son). Seguramente no sería muy evidente, podría confundirse con una señal natural. La diferencia, si encontramos un buen candidato del cual sospechemos, nos la daría un análisis matemático y estadístico de la señal, y en particular de su entropía que esperaríamos que fuera baja en caso de ser artificial.

 

En el caso de recibir una señal de este tipo, ¿sería mejor no responder y pasar desapercibidos, tal y como señaló en su momento Stephen Hawking?

 

Para bien o para mal llevamos anunciando a bombo y platillo nuestra presencia desde que comenzaron las primeras emisiones de radio y televisión. En algunas frecuencias de radio somos el objeto más brillante en cien años luz a la redonda. Si en ese volumen alrededor nuestro existen civilizaciones tecnológicas, probablemente ya habrán detectado nuestra presencia. Por otro lado, ¿qué riesgo hay realmente de contestar a un mensaje de una civilización que estuviera, digamos, a 1.000 años luz de nosotros, una distancia realmente cercana en términos astronómicos? Incluso si pudieran viajar a la velocidad de la luz y vinieran a conquistarnos, tardarían 1.000 años en llegar. Y cuando llegaran tal vez se encontraran con que aquí ya no existe civilización alguna y han hecho todo el viaje (a un coste incalculable) en balde. En realidad, el verdadero riesgo sería una colonización cultural. Si recibimos transmisiones con su cultura, su ciencia, su arte, su filosofía, su Wikipedia… podría ser algo tanto bueno como malo. Pero sin duda nuestra civilización se trastocaría. Y sí, es posible que recibiéramos esa transmisión si contestamos a un mensaje, pero también podría ser que la recibamos de forma pasiva sin que hubiéramos hecho nada por nuestra parte.

 

Algunos científicos afirman que es posible que existan otras formas de vida inteligente en el universo, pero que es imposible el contacto con ellas. ¿Qué opina al respecto?

 

Yo creo que sí es posible, al menos a nivel de conocer su existencia (o ellos la nuestra) e intercambiar algo de información. Por pura estadística es muy improbable que la civilización tecnológica más cercana esté más cerca de 100 años luz, por ello el verdadero problema sería que un diálogo se haría impracticable por los largos tiempos de espera que habría entre pregunta y respuesta. Bueno, al menos mientras sigamos viviendo en torno a un centenar de años. Si consiguiéramos domeñar la muerte y llegáramos a vivir miles de años, ¿quién sabe? Quizás el destino inevitable de toda tecnología avanzada sea llegar a alcanzar una larguísima esperanza de vida, y en ese caso tal vez sí podríamos plantearnos un diálogo interestelar.

 

¿Podríamos ser nosotros los extraterrestres, productos de una semilla esparcida en el pasado remoto por civilizaciones originarias de otras regiones espaciales?

 

De nuevo, no se puede descartar por completo porque no estuvimos allí cuando surgió la vida en la Tierra, y no conocemos los detalles, sólo hacemos deducciones a través de pruebas indirectas. Pero, sin ser descartable, no parece probable. Por una parte es una teoría muy difícil de falsear, ¿cómo podrías demostrar que es falsa? No es una buena hipótesis científica; por otra, si pasó por aquí una civilización extraterrestre que dejó sus semillas, ¿por qué no pasó de nuevo en varias ocasiones, esa u otras civilizaciones distintas?, ¿y dónde están los posibles restos de artefactos que pudieran haber dejado por el Sistema Solar o en la Tierra? Y por último, en realidad no tiene gran poder explicativo, sólo cambia de lugar el problema. Si no sé explicar el origen de la vida en la Tierra, digo que vino de otro sitio. Bien, pero ¿cómo se originó allí?

 

¿Qué opina de la teoría de algunos investigadores que especula con la posibilidad de que las señales alienígenas podrían hallarse en nuestro código genético?

 

En realidad me parece una idea digna de explorarse. Si te planteas la posibilidad de que la vida hubiera sido “plantada” en la Tierra por extraterrestres y diseñada en cierta forma, bajo esa hipótesis no sería completamente descabellado pensar que pudieran haber dejado un mensaje en el ADN para los futuros seres inteligentes que pudieran surgir. Se cree que buena parte del ADN es inerte, tiene una función estructural, con lo que esa parte que no se activa podría ser un buen lugar donde insertar el mensaje. Como idea de ciencia ficción es muy chula. Ahora, que lo que estos investigadores hayan encontrado sea realmente una señal... pues no lo sé. Pero sí sé que muchos sistemas en la naturaleza crean complejidad sin necesidad de que haya un “relojero” detrás. El ADN es una máquina de procesamiento y optimización de la información, y su propia dinámica durante millones de años podría justificar las particularidades estadísticas que han encontrado. Pero ya veremos.

 

[Img #15138]Hace pocas semanas, Kevin Knuth, profesor de Física de la Universidad de Albany y ex-investigador científico de la NASA, pedía una “investigación científica seria” sobre el tema OVNI. ¿Cuál es su opinión al respecto?

 

Que ya se han hecho, y en numerosas ocasiones. Ha habido investigadores serios que han tomado como posible la hipótesis extraterrestre para explicar los objetos voladores no identificados, sin tomar prejuicios en contra, y la han investigado científica y rigurosamente, haciendo estudios de campo, comparaciones estadísticas, análisis de imágenes... Y las conclusiones han sido, en todos esos casos en que se ha estudiado científicamente el tema, que la hipótesis no se sostiene de ninguna manera. En algunos casos han llegado dolorosamente a la conclusión después de malgastar décadas investigando el fenómeno.

 

¿Pensar el tema OVNI desde un punto de vista científico, reflexionar seriamente sobre la posibilidad de existencia de otras civilizaciones interestelares, es algo “políticamente incorrecto” entre la comunidad científica?

 

Reflexionar sobre otras civilizaciones extraterrestres no es políticamente incorrecto, más bien es mainstream entre los científicos. Las probabilidades de que haya vida fuera de nuestro planeta en realidad son muy altas, aunque sólo sea por lo inconcebiblemente enorme que es el universo. Sabemos que la vida en el universo es posible, porque ya ha sucedido. Y si es posible, nada impide que suceda o haya sucedido más veces en otros sitios. Como escribió T. H. White en Camelot, “Lo que no está prohibido es obligatorio”. En realidad, nuestra galaxia, nuestro Sistema Solar e incluso nuestro planeta son bastante normales. No encontramos ninguna razón que justifique que sólo aquí pueda aparecer vida e inteligencia.

 

Reflexionar sobre ovnis, en cambio, es más bien estéril, porque está científicamente bien establecido que el fenómeno ovni no está relacionado con la vida extraterrestre. Creer que es así a pesar de las pruebas no lo clasificaría de políticamente incorrecto, sino de pseudociencia, con la misma poca validez que la homeopatía o la astrología.

 

¿Cree que existen inteligencias extraterrestres?

 

No lo sé, pero apuesto a que sí. Pues de lo contrario, como se decía en Contact, “cuánto espacio desaprovechado”.

 

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