Más apellidos de Sabino Arana (I)
En la biografía de Luis Arana Goiri, a cargo de Jean-Claude Larronde (Luis Arana Goiri, 1862-1951. Historia del Nacionalismo Vasco, Bilbao, Sabino Arana Fundazioa, 2010), encontramos un árbol genealógico de los hermanos Arana Goiri que nos remonta a una generación más atrás de la que ya vimos en el árbol de Endika de Mogrobejo y que glosamos en dos artículos anteriores de esta serie titulados “Los apellidos de Sabino Arana”. Los dieciséis primeros apellidos que vimos entonces correspondían a los tatarabuelos de Sabino Arana y de su hermano Luis. Al subir una generación más arriba, los que nos salen ahora son otros dieciséis apellidos más de Sabino Arana. Los vamos a exponer ahora por orden de prelación, remontando en este artículo por la línea de Arana y siguiendo en el siguiente por la de Goiri. Haremos con ellos lo mismo que hicimos con los anteriores, esto es, ver si salen en el Nomenclátor de apellidos de Euskaltzaindia y también cuántos portadores tienen y dónde residen, en función del Padrón del Instituto Nacional de Estadística, así como cuantas curiosidades nos salgan al paso. Y al final sacaremos las conclusiones pertinentes.
Basoa: Este apellido está en el Nomenclátor y tiene 274 portadores de primer apellido y 299 de segundo. Pero lo curioso aquí es que donde más Basoa apellidados hay en España es en la provincia de La Coruña, con 152 y 186 respectivamente. La única provincia vasca con portadores es Vizcaya, con 64 y 51 respectivamente. En Navarra tampoco hay. Luego también están en Cantabria, Madrid, Almería, Pontevedra y Barcelona. Curioso apellido vasco, por tanto, que teniendo menos de 300 portadores está cuatro veces más presente en el resto de España que en el País Vasco y Navarra.
Leguina: Atentos porque el transcriptor de este árbol genealógico, sin duda nacionalista, pone Leguina en lugar de Legina, que sería su forma eusquérica. En estas imprecisiones y vacilaciones se deja ver el carácter caprichoso que tiene todo este asunto de los apellidos gestionados desde el nacionalismo militante. Leguina consta en el Nomenclátor de apellidos vascos. El Padrón nos da un número de portadores similar al de Basoa, concretamente 256 y 255 como primer y segundo apellido respectivamente. Está presente sobre todo en Vizcaya, con 124 portadores tanto de primero como de segundo. Y de las demás provincias vascas o Navarra, sólo está en Álava con 5 y 6. Está más presente, por poco, eso sí, dentro de territorio vasco o navarro que fuera, en el resto de España, donde aparece en Madrid, Cantabria, Asturias, Málaga y Barcelona. En cuanto al significado, diversidad de opiniones, como también es usual cuando el apellido se sale un poco de lo corriente. Mientras que el Querexeta dice que es variante de Egina, con L protética, el Oyhamburu se inclina más bien por que sea variante de “lagin” que significa muestra o porción.
Espila: Estamos ante un apellido que como tal no consta en el Nomenclator de Euskaltzaindia pero sí aledaños suyos como Espil, Espilla, Espilaga o Espillaga. Todos ellos con muy pocos portadores, salvo Espilla que tiene 121 de primer apellido y 124 de segundo, la mayoría de ellos en Vizcaya y menos en Guipúzcoa, alguno en Álava y ninguno en principio en Navarra. También está presente en Barcelona, La Coruña, Madrid y Sevilla. Pero si los responsables del Nomenclátor tuvieran por costumbre consultar el Padrón en línea del INE, habrían visto que Espila también existe, con 76 y 62 portadores de primer y segundo apellido respectivamente, presentes donde más en La Rioja. En cuanto a los territorios vascos, Espila está en Navarra y Guipúzcoa, por este orden. También está en Málaga y Santa Cruz de Tenerife. Pero no en Vizcaya. Por tanto, mientras que Espilla está más presente en País Vasco y Navarra que en el resto, con Espila, que es el apellido de Sabino Arana, ocurre al revés, está más presente fuera –singularmente en La Rioja- que dentro de País Vasco y Navarra. El apellido-guía de este grupo sería Espil, que según Michelena significa prado cerca de la casa, o cercado de seto.
Berganza: Lo mismo que ocurre con Leguina, aquí también se utiliza la forma castellana. Berganza termina igual que Ardanza y la forma eusquérica es Bergantza. Pero nadie la utiliza. Ni siquiera el lendacari Ardanza se puso Ardantza. Pero llama la atención que esta forma de terminación en “–tza” como propia de la pronunciación y de la escritura eusquérica es el ejemplo que daba Henrique Knörr en el preámbulo del libro Nomenclátor de apellidos vascos-Euskal deituren izendegia (Madrid, Ministerio de Justica, 1998) para justificar la necesaria adecuación de la ortografía a la pronunciación. Pues precisamente esta terminación en “-tza”, como digo, es la que menos adeptos tiene a la hora de eusquerizarse los apellidos. Es por eso por lo que podemos pensar que la eusquerización de la escritura de los apellidos tiene más que ver con razones ideológicas que propiamente filológicas o fonológicas. Berganza tiene 366 portadores de primer apellido y 342 de segundo, de los cuales unos doscientos están en Vizcaya y Álava, por este orden. Muy pocos en Guipúzcoa y nada en Navarra. También está en otras nueve provincias españolas, donde más en Madrid y Castellón, por este orden. Bergantza, como Ardantza, no presentan portadores.
Moxa: Aquí se vuelve a utilizar la forma eusquérica, cuando la castellana es Moja. Moja tiene 172 portadores de primer apellido y 168 de segundo, de los cuales 100 en Bizkaia y muy pocos en Álava y nada ni en Guipúzcoa ni en Navarra. También está en Cantabria, Burgos, Barcelona, Madrid y Zaragoza. Moxa, por su parte, no presenta portadores en el INE. Con lo que nos inclinamos a pensar que Sabino Arana debió de tener como apellido la forma Moja, y que luego el transcriptor, para vasquizarla, le puso Moxa, que en realidad nadie usa.
Bea: Consta en el Nomenclátor. El INE nos da 1744 portadores de primero y 1691 de segundo apellido. De los cuales solo 228 y 231 respectivamente están en País Vasco y Navarra, en esta última más de la mitad del total vasco-navarro. Está presente en otras 29 provincias españolas, donde más en Pontevedra, Barcelona y Valencia por este orden. Por lo tanto, Bea está mucho más presente fuera del País Vasco y Navarra, en el resto de España, como es usual cuando un apellido eusquérico pasa de 1000 portadores.
Urkiza: El transcriptor de los apellidos de Arana pone Urkiza en su pretendida forma eusquérica. Pero resulta que en el Nomenclátor de Euskaltzaindia, a la forma castellana Urquiza se le hace corresponder la forma eusquérica Urkitza, como pasa con Ardantza y Bergantza. Urkiza, por lo tanto, es una opción del transcriptor nacionalista, no admitida por Euskaltzaindia. El Padrón del INE nos dice que Urquiza tiene 1294 portadores de primer apellido y 1304 de segundo. De los cuales 448 y 487 respectivamente están en País Vasco y Navarra, la mayoría en Vizcaya, o sea que menos que en el resto de España, donde está presente en otras 30 provincias españolas, en las que más en Madrid, Granada y Barcelona por este orden. Y por lo que respecta a la forma eusquérica, Urkitza, tiene 45 y 36 portadores, casi todos en Vizcaya y algo en Guipúzcoa. Y aquí la curiosidad de que la forma Urkiza, euscaldunizada pero no ortodoxa, también aparece en el Padrón y tiene más portadores que Urkitza. Concretamente 166 de primer apellido y 132 de segundo, todos en las provincias vascas, sobre todo en Vizcaya.
Orbea: Tiene 417 portadores de primer apellido en toda España y 347 de segundo, de los cuales 141 y 119 en Vizcaya. También está presente en Guipúzcoa y Álava, pero no así en Navarra. En total, está más presente dentro de País Vasco que en el resto de España, donde se presenta en siete provincias, donde más en Madrid.
Haciendo el cómputo global de portadores de estos ocho apellidos de Sabino Arana, atendiendo a las formas ortográficas con las que están presentados, tenemos 3299 portadores de primer apellido y 3128 de segundo. De los que corresponden a personas que viven en País Vasco y Navarra: 1048 y 983. O sea, que en el resto de España hay el triple de portadores de estos apellidos de Sabino Arana que en territorio vasco-navarro. Y eso que no contamos con el apellido Urquiza en su forma castellanizada.
La razón de estas proporciones es que la siguiente. De los 11000 apellidos eusquéricos que recoge el Nomenclátor de Euskaltzaindia, la mayoría tienen muy pocos portadores, que son los que están más presentes en el País Vasco y Navarra respecto del resto de España. Son apellidos en trance de consunción, con poca movilidad, casi inertes demográficamente hablando. Entonces, a nada que aparezca un apellido como Bea, por ejemplo –con más de mil portadores, un apellido móvil, que ha cruzado el Ebro, para entendernos–, lo normal es que tenga más presencia fuera del País Vasco y Navarra, en el resto de España. Con lo cual, con unos pocos apellidos de muchos portadores –y hablamos de más de mil portadores, que es una cantidad muy menor en relación con apellidos corrientes españoles– en relación con el resto de eusquéricos, como Bea, se obtiene una mayor presencia global de apellidos vascos en el resto de España, respecto de la que hay en el propio interior del País Vasco y Navarra. Que es precisamente lo que pasa con los apellidos de Sabino Arana que estamos analizando aquí.
(Continuará)
En la biografía de Luis Arana Goiri, a cargo de Jean-Claude Larronde (Luis Arana Goiri, 1862-1951. Historia del Nacionalismo Vasco, Bilbao, Sabino Arana Fundazioa, 2010), encontramos un árbol genealógico de los hermanos Arana Goiri que nos remonta a una generación más atrás de la que ya vimos en el árbol de Endika de Mogrobejo y que glosamos en dos artículos anteriores de esta serie titulados “Los apellidos de Sabino Arana”. Los dieciséis primeros apellidos que vimos entonces correspondían a los tatarabuelos de Sabino Arana y de su hermano Luis. Al subir una generación más arriba, los que nos salen ahora son otros dieciséis apellidos más de Sabino Arana. Los vamos a exponer ahora por orden de prelación, remontando en este artículo por la línea de Arana y siguiendo en el siguiente por la de Goiri. Haremos con ellos lo mismo que hicimos con los anteriores, esto es, ver si salen en el Nomenclátor de apellidos de Euskaltzaindia y también cuántos portadores tienen y dónde residen, en función del Padrón del Instituto Nacional de Estadística, así como cuantas curiosidades nos salgan al paso. Y al final sacaremos las conclusiones pertinentes.
Basoa: Este apellido está en el Nomenclátor y tiene 274 portadores de primer apellido y 299 de segundo. Pero lo curioso aquí es que donde más Basoa apellidados hay en España es en la provincia de La Coruña, con 152 y 186 respectivamente. La única provincia vasca con portadores es Vizcaya, con 64 y 51 respectivamente. En Navarra tampoco hay. Luego también están en Cantabria, Madrid, Almería, Pontevedra y Barcelona. Curioso apellido vasco, por tanto, que teniendo menos de 300 portadores está cuatro veces más presente en el resto de España que en el País Vasco y Navarra.
Leguina: Atentos porque el transcriptor de este árbol genealógico, sin duda nacionalista, pone Leguina en lugar de Legina, que sería su forma eusquérica. En estas imprecisiones y vacilaciones se deja ver el carácter caprichoso que tiene todo este asunto de los apellidos gestionados desde el nacionalismo militante. Leguina consta en el Nomenclátor de apellidos vascos. El Padrón nos da un número de portadores similar al de Basoa, concretamente 256 y 255 como primer y segundo apellido respectivamente. Está presente sobre todo en Vizcaya, con 124 portadores tanto de primero como de segundo. Y de las demás provincias vascas o Navarra, sólo está en Álava con 5 y 6. Está más presente, por poco, eso sí, dentro de territorio vasco o navarro que fuera, en el resto de España, donde aparece en Madrid, Cantabria, Asturias, Málaga y Barcelona. En cuanto al significado, diversidad de opiniones, como también es usual cuando el apellido se sale un poco de lo corriente. Mientras que el Querexeta dice que es variante de Egina, con L protética, el Oyhamburu se inclina más bien por que sea variante de “lagin” que significa muestra o porción.
Espila: Estamos ante un apellido que como tal no consta en el Nomenclator de Euskaltzaindia pero sí aledaños suyos como Espil, Espilla, Espilaga o Espillaga. Todos ellos con muy pocos portadores, salvo Espilla que tiene 121 de primer apellido y 124 de segundo, la mayoría de ellos en Vizcaya y menos en Guipúzcoa, alguno en Álava y ninguno en principio en Navarra. También está presente en Barcelona, La Coruña, Madrid y Sevilla. Pero si los responsables del Nomenclátor tuvieran por costumbre consultar el Padrón en línea del INE, habrían visto que Espila también existe, con 76 y 62 portadores de primer y segundo apellido respectivamente, presentes donde más en La Rioja. En cuanto a los territorios vascos, Espila está en Navarra y Guipúzcoa, por este orden. También está en Málaga y Santa Cruz de Tenerife. Pero no en Vizcaya. Por tanto, mientras que Espilla está más presente en País Vasco y Navarra que en el resto, con Espila, que es el apellido de Sabino Arana, ocurre al revés, está más presente fuera –singularmente en La Rioja- que dentro de País Vasco y Navarra. El apellido-guía de este grupo sería Espil, que según Michelena significa prado cerca de la casa, o cercado de seto.
Berganza: Lo mismo que ocurre con Leguina, aquí también se utiliza la forma castellana. Berganza termina igual que Ardanza y la forma eusquérica es Bergantza. Pero nadie la utiliza. Ni siquiera el lendacari Ardanza se puso Ardantza. Pero llama la atención que esta forma de terminación en “–tza” como propia de la pronunciación y de la escritura eusquérica es el ejemplo que daba Henrique Knörr en el preámbulo del libro Nomenclátor de apellidos vascos-Euskal deituren izendegia (Madrid, Ministerio de Justica, 1998) para justificar la necesaria adecuación de la ortografía a la pronunciación. Pues precisamente esta terminación en “-tza”, como digo, es la que menos adeptos tiene a la hora de eusquerizarse los apellidos. Es por eso por lo que podemos pensar que la eusquerización de la escritura de los apellidos tiene más que ver con razones ideológicas que propiamente filológicas o fonológicas. Berganza tiene 366 portadores de primer apellido y 342 de segundo, de los cuales unos doscientos están en Vizcaya y Álava, por este orden. Muy pocos en Guipúzcoa y nada en Navarra. También está en otras nueve provincias españolas, donde más en Madrid y Castellón, por este orden. Bergantza, como Ardantza, no presentan portadores.
Moxa: Aquí se vuelve a utilizar la forma eusquérica, cuando la castellana es Moja. Moja tiene 172 portadores de primer apellido y 168 de segundo, de los cuales 100 en Bizkaia y muy pocos en Álava y nada ni en Guipúzcoa ni en Navarra. También está en Cantabria, Burgos, Barcelona, Madrid y Zaragoza. Moxa, por su parte, no presenta portadores en el INE. Con lo que nos inclinamos a pensar que Sabino Arana debió de tener como apellido la forma Moja, y que luego el transcriptor, para vasquizarla, le puso Moxa, que en realidad nadie usa.
Bea: Consta en el Nomenclátor. El INE nos da 1744 portadores de primero y 1691 de segundo apellido. De los cuales solo 228 y 231 respectivamente están en País Vasco y Navarra, en esta última más de la mitad del total vasco-navarro. Está presente en otras 29 provincias españolas, donde más en Pontevedra, Barcelona y Valencia por este orden. Por lo tanto, Bea está mucho más presente fuera del País Vasco y Navarra, en el resto de España, como es usual cuando un apellido eusquérico pasa de 1000 portadores.
Urkiza: El transcriptor de los apellidos de Arana pone Urkiza en su pretendida forma eusquérica. Pero resulta que en el Nomenclátor de Euskaltzaindia, a la forma castellana Urquiza se le hace corresponder la forma eusquérica Urkitza, como pasa con Ardantza y Bergantza. Urkiza, por lo tanto, es una opción del transcriptor nacionalista, no admitida por Euskaltzaindia. El Padrón del INE nos dice que Urquiza tiene 1294 portadores de primer apellido y 1304 de segundo. De los cuales 448 y 487 respectivamente están en País Vasco y Navarra, la mayoría en Vizcaya, o sea que menos que en el resto de España, donde está presente en otras 30 provincias españolas, en las que más en Madrid, Granada y Barcelona por este orden. Y por lo que respecta a la forma eusquérica, Urkitza, tiene 45 y 36 portadores, casi todos en Vizcaya y algo en Guipúzcoa. Y aquí la curiosidad de que la forma Urkiza, euscaldunizada pero no ortodoxa, también aparece en el Padrón y tiene más portadores que Urkitza. Concretamente 166 de primer apellido y 132 de segundo, todos en las provincias vascas, sobre todo en Vizcaya.
Orbea: Tiene 417 portadores de primer apellido en toda España y 347 de segundo, de los cuales 141 y 119 en Vizcaya. También está presente en Guipúzcoa y Álava, pero no así en Navarra. En total, está más presente dentro de País Vasco que en el resto de España, donde se presenta en siete provincias, donde más en Madrid.
Haciendo el cómputo global de portadores de estos ocho apellidos de Sabino Arana, atendiendo a las formas ortográficas con las que están presentados, tenemos 3299 portadores de primer apellido y 3128 de segundo. De los que corresponden a personas que viven en País Vasco y Navarra: 1048 y 983. O sea, que en el resto de España hay el triple de portadores de estos apellidos de Sabino Arana que en territorio vasco-navarro. Y eso que no contamos con el apellido Urquiza en su forma castellanizada.
La razón de estas proporciones es que la siguiente. De los 11000 apellidos eusquéricos que recoge el Nomenclátor de Euskaltzaindia, la mayoría tienen muy pocos portadores, que son los que están más presentes en el País Vasco y Navarra respecto del resto de España. Son apellidos en trance de consunción, con poca movilidad, casi inertes demográficamente hablando. Entonces, a nada que aparezca un apellido como Bea, por ejemplo –con más de mil portadores, un apellido móvil, que ha cruzado el Ebro, para entendernos–, lo normal es que tenga más presencia fuera del País Vasco y Navarra, en el resto de España. Con lo cual, con unos pocos apellidos de muchos portadores –y hablamos de más de mil portadores, que es una cantidad muy menor en relación con apellidos corrientes españoles– en relación con el resto de eusquéricos, como Bea, se obtiene una mayor presencia global de apellidos vascos en el resto de España, respecto de la que hay en el propio interior del País Vasco y Navarra. Que es precisamente lo que pasa con los apellidos de Sabino Arana que estamos analizando aquí.
(Continuará)