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Pedro Chacón
Sábado, 26 de Marzo de 2022 Tiempo de lectura:

El revelador caso de Villabona (y II)

Euskaltzaindia, en su Araua (Norma) número 140, publicada en 2004 y que trata de los nombres oficiales de los municipios de Guipúzcoa, para Villabona dice que su nombre eusquérico es Villabona-Amasa (no Amasa-Villabona, como viene en Wikipedia y en la web del Ayuntamiento) y el nombre oficial solo Villabona. En la nota 16 a pie de página de ese informe se añade, no obstante: “Udalak izena aldatzeko eta Villabona-Amasa ofizialtzeko bideari ekina dio”. Es decir: “El Ayuntamiento inicia el cambio de nombre y la oficialización de Villabona-Amasa”.

 

Esto era en 2004. Pero si vamos al Boletín Oficial del País Vasco e introducimos la búsqueda de “Villabona denominación oficial”, lo último que tenemos es una resolución de enero de 2011 en la que aparecen todas las denominaciones oficiales y resulta que Villabona se sigue llamando oficialmente solo Villabona. Pero lo más definitivo es que en el Boletín Oficial de Guipúzcoa, donde aparecen todas las disposiciones relativas a los presupuestos de sus municipios, la que corresponde al presupuesto de 2022 –o sea de este año mismo en que escribimos esto–, relativa a Villabona, tanto en eusquera como en castellano, solo aparece con el nombre de Villabona y firmado, naturalmente, por su actual alcaldesa, la misma que en la página web del municipio lo llama Amasa-Villabona.

 

O sea que, a pesar de lo que diga Wikipedia o la página web del Ayuntamiento, Villabona oficialmente solo se llama Villabona. ¿Qué les parece? La verdad es que no sé qué ha podido pasar para que la actual corporación nacionalista que domina de manera apabullante el municipio, como lo viene dominando en todas las legislaturas anteriores –en la actual con siete concejales de Bildu, incluida la alcaldesa y 5 del PNV, más uno del PSE–, no haya dado el paso de redenominar oficialmente el municipio. Es un gran misterio.

 

Lo cierto es que Villabona tiene más hondura cultural como denominación que Villabona-Amasa o Amasa-Villabona. Pero, ¿cuándo se han fijado en eso los nacionalistas para redenominar los municipios? Para ello contamos con la prueba de algo tan simple como el número de veces que aparece cada uno de ellos en la revista Euskal-Erria de San Sebastián, órgano oficial del fuerismo vasco y que se publicó entre 1880 y 1918. Mientras que Amasa con Villabona o Villabona con Amasa aparece en 18 ocasiones, el término de Villabona, él solo, aparece en 142.

 

Otra prueba contundente es que Villabona existe como apellido. Lo portan en toda España, según el Padrón de 2021 del INE, 311 personas como primer apellido y 315 como segundo. Está en 11 provincias españolas. Esta es señal inequívoca también, una más, de la íntima imbricación de lo vasco con el resto de lo español, como estamos viendo continuamente en esta serie con los apellidos eusquéricos; señal inequívoca que los nacionalistas, al redenominar los municipios vascos, han roto con sus artificiosas denominaciones. Una cuarta parte de los portadores del apellido Villabona están en Navarra, y luego siguen Barcelona, Zaragoza, Madrid y Asturias. Las otras provincias españolas donde hay Villabona son Ávila, Baleares, Cantabria, Gerona y Lérida. En Guipúzcoa solo hay 6 portadores de primer apellido y 18 de segundo. No está ni en Álava ni en Vizcaya.

 

Y si vamos a personajes históricos del Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia (RAH), tenemos a Juan de Villabona Zubiaurre, que, a pesar de esos apellidos, nació en Cuenca en 1580. Su padre era Diego de Villabona Zubiaurre, también de Cuenca. Aquí el hijo heredó los dos apellidos del padre, porque en aquella época no estaba regulado el orden en el que se debían heredar, como ahora. Juan de Villabona fue un alto funcionario (como diríamos hoy) de la administración imperial española, que pasó en 1608 a América, donde fue oidor de la Audiencia de México y también de Lima. Falleció en México en 1634.

 

Pero ojo, porque Amasa, además de haber obtenido también el título de villa, más tarde que Villabona, eso sí, como ya hemos dicho, también fue apellido. Aunque hoy para España resulta ser apellido fósil, puesto que no hay nadie que lo lleve de primero ni de segundo y ya no hay posibilidades de que eso ocurra. En cambio, como es usual en estos casos, lo más probable es que sobreviva en América. El Diccionario Biográfico de la RAH nos da algún personaje histórico con ese apellido, como Juan de Amasa, natural de Rentería, que vivió en el siglo XVI y fue constructor de navíos para la Armada española, o como el militar Pedro de Amasa y Bazán, personaje interesantísimo de finales del siglo XVII y principios del XVIII, natural de Logroño y que optó por el bando austracista en la Guerra de Sucesión, viéndose, por tanto, obligado, tras su derrota, a refugiarse en Portugal, pero que siempre mantuvo el apego a sus raíces españolas.

 

En cualquier caso, que sea Villabona o sea Villabona-Amasa, o Amasa-Villabona, los nacionalistas en este caso lo tienen crudo para disponer de un nombre que no tenga resonancias españolas, con el que denominar la villa guipuzcoana. A ellos seguro que les gustaría encontrar alguna otra denominación más eusquérica y más recóndita con la que redenominar el municipio. Pasa un poco como con la cercana Segura, a la que los nacionalistas que actualmente copan su consistorio no han tenido más remedio que dejar como Segura, inequívoco nombre castellano, ya que no han encontrado otra forma de denominarla.

 

Villabona también es una entidad local menor, perteneciente a la parroquia de Villardeveyo, que a su vez es una de las once parroquias que forman el concejo de Llanera, situado en el centro mismo de Asturias. La Villabona asturiana tiene algo menos de trescientos habitantes y en su entrada de Wikipedia se dice esto sobre su etimología, que puede ser aplicado a la Villabona guipuzcoana: “Según Xosé Lluis García Arias, en su obra Toponimia asturiana, el origen del topónimo Villabona es latino: villam (casería) bonam (buena). El topónimo sería compuesto, producto de una adjetivación del término más usado en los topónimos asturianos, villam. De todas maneras, no descarta que pueda deberse a un antropónimo”.

 

Decir por último que Villabona arrastra el execrable baldón de haber sido la primera localidad donde se produjo un asesinato de ETA, en concreto el del guardia civil José Pardines Arcay, el 7 de junio de 1968. La ubicación de Villabona como lugar del asesinato nos la da el libro Vidas rotas, que se puede consultar en Internet y es el más fiable en cuanto a datos, a pesar de que en Wikipedia se ubica el asesinato en el vecino término municipal de Aduna, seguramente por haber ocurrido en la carretera que lleva de Villabona a dicha localidad.

 

1ª parte de este artículo

 

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