Fachadas
Es notorio que la política logra extraños amigos de alcoba. La polémica está servida con la reciente sentencia del TSJPV de preservar las fachadas principales del recinto de los cuarteles militares de Loyola. Lo que subyace en el fondo tiene más de ideología que de urbanismo; nadie duda del carácter histórico-cultural y emblemático de los cuarteles y su hondo significado. Su demolición es un triunfo para algunos partidos políticos cuya misión prioritaria es la desaparición de todo aquello que representa a España y su bandera, algo indubitable.
La construcción de viviendas, algo muy loable, es la excusa perfecta en la que se amparan para la desaparición de los históricos cuarteles. A estas alturas, nadie puede engañar ni engañarse y no deja de ser curioso que para proteger otras fachadas incluso pequeñas, algunos partidos políticos denuncien sistemáticamente <<pelotazos>> inmobiliarios, pero esta vez, oh casualidad, se olvidan del valor cultural de las mismas y defienden a pies juntillas la tal vez mayor operación urbanística en la historia de la ciudad en detrimento del aspecto cultural que otras veces defienden con frenesí. ¿Qué hubiera sucedido si los recurrentes fuesen otros y el complejo a asolar no fuera un acuartelamiento?. El alcalde también maniobra, hace uso de la política, para vendernos algo muy ilusionante y necesario, pero que utiliza para camuflar la verdad de este embrollo, la oposición también. Hablemos claro, luz y taquígrafos.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria
Es notorio que la política logra extraños amigos de alcoba. La polémica está servida con la reciente sentencia del TSJPV de preservar las fachadas principales del recinto de los cuarteles militares de Loyola. Lo que subyace en el fondo tiene más de ideología que de urbanismo; nadie duda del carácter histórico-cultural y emblemático de los cuarteles y su hondo significado. Su demolición es un triunfo para algunos partidos políticos cuya misión prioritaria es la desaparición de todo aquello que representa a España y su bandera, algo indubitable.
La construcción de viviendas, algo muy loable, es la excusa perfecta en la que se amparan para la desaparición de los históricos cuarteles. A estas alturas, nadie puede engañar ni engañarse y no deja de ser curioso que para proteger otras fachadas incluso pequeñas, algunos partidos políticos denuncien sistemáticamente <<pelotazos>> inmobiliarios, pero esta vez, oh casualidad, se olvidan del valor cultural de las mismas y defienden a pies juntillas la tal vez mayor operación urbanística en la historia de la ciudad en detrimento del aspecto cultural que otras veces defienden con frenesí. ¿Qué hubiera sucedido si los recurrentes fuesen otros y el complejo a asolar no fuera un acuartelamiento?. El alcalde también maniobra, hace uso de la política, para vendernos algo muy ilusionante y necesario, pero que utiliza para camuflar la verdad de este embrollo, la oposición también. Hablemos claro, luz y taquígrafos.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria