Andoni Ortuzar y la lógica del morrosco
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La palabra “morrosco” no aparece en el Diccionario de la RAE. En el de Euskaltzaindia, en cambio, “morrosko” sí aparece, así como en el Elhuyar también. Este último lo traduce como mocetón, muchacho robusto. No hay ninguna alusión a su carácter, a su condición intelectual o moral. Solo a la apariencia, al físico. Así que, por tanto, castellanizamos morrosko y ponemos morrosco. Durante años, en el siglo pasado, el término casi fue monopolizado por la prensa deportiva para referirse al boxeador Urtáin, al que se apodaba “el morrosco” o también “el tigre de Cestona”. Urtáin en sí mismo también era un apodo, porque no era su apellido: se llamaba José Manuel Ibar Azpiazu. Urtáin era por el nombre del caserío donde pasó su infancia quien llegaría luego a ser campeón de Europa de boxeo. Pero Urtáin, desgraciadamente, terminó mal. Nada que ver con Andoni Ortuzar, presidente del PNV, al que le quitamos la tilde de su apellido en deferencia a que él lo escribe así al eusquerizarlo, y tiene suerte de que el INE no distingue las tildes en su página web de apellidos, porque, si no, sabríamos cuánta gente hay en España apellidada Ortúzar respecto de Ortuzar. Ortuzar lleva una buena vida, lo mismo que la mayoría de la militancia nacionalista, bien instalada, bien servida, bien comida, y cuya principal seña de identidad es una saña indisimulada contra el resto de España, de donde proceden, dicho sea de paso, una buena parte de todos ellos. Esta contradicción ya es un primer indicador de lo que vamos a ver aquí en cuanto a lógica.
A Andoni Ortuzar, por su físico y apariencia, y aplicado a su lugar de nacimiento, le podría ir el apodo del “morrosco de Sanfuentes”. Sanfuentes es una pedanía del munipio vizcaíno de Abanto y Ciérvana. Es por eso que la lógica que emplea en sus discursos podría denominarse también la lógica del morrosco, por su simplicidad o aparente campechanía, pero que en el fondo encierra la peor de las demagogias. La lógica del morrosco sería, así, la que emplean los nacionalistas en general para hacernos tragar con ruedas de molino. De hecho, cabe pensar que ni ellos mismos se podrían creer la mayor parte de las cosas que dicen, a nada que pensaran un poco en las mismas, pero así es como funcionan.
Dejándose llevar por la lógica del morrosco los nacionalistas, cada vez que por estas fechas llega el aniversario de aquel luctuoso e injustificable hecho que fue el del bombardeo de Guernica (26 de abril de 1937), sacan toda su artillería pesada y vuelven a equiparar a los que bombardearon con España y a los que sufrieron o resistieron el bombardeo con los auténticos vascos, sin reparar en que los que tomaron Guipúzcoa primero, al mando del coronel Beorlegui, y luego Vizcaya también, eran las brigadas de Navarra, compuestas, como su propio nombre indica, por requetés navarros, procedentes no de la meseta castellana sino de ese territorio que los nacionalistas vascos consideran como propio, tal cual es Navarra. Pero esa misma lógica del morrosco les lleva a no reconocer que como el de Guernica, e incluso más mortíferos, hubo otros bombardeos en Vizcaya, como los de Durango y Ochandiano. Pero estos no cuentan, porque no tuvieron un pintor como el malagueño Picasso que los inmortalizara. Tampoco cuenta la batalla de Villarreal, por la que un ejército de gudaris fue masacrado al intentar tomar un objetivo controlado por un destacamento del ejército franquista, diez veces inferior en número, apostado en la localidad alavesa de dicho nombre. Las familias de esos gudaris reclamaron luego responsabilidades a quien les dirigió al matadero, que no fue otro que José Antonio Aguirre, autonombrado máximo jefe del ejército vasco y al que, a partir de entonces, por eso, le apodaron Napoleonchu. Pero nadie recuerda nunca esa pifia militar por la que murieron al menos tres veces más gudaris que víctimas civiles hubo en Guernica.
Por la lógica del morrosco, asimismo, los nacionalistas vascos también llevan estos últimos años, por estas fechas, pidiendo que el gobierno de España pida perdón a la villa de Guernica por aquel bombardeo, sin reparar en que el gobierno legítimo de España en 1937 era todavía el republicano, encabezado por Francisco Largo Caballero, el nefasto Lenin español, y donde ejercía como ministro sin cartera uno de los suyos, concretamente Manuel de Irujo, el principal artífice de la autonomía vasca, junto con José Antonio Aguirre, siendo este último quien ejerciera de primer lendacari vasco. ¿De qué gobierno de España reclaman la petición de perdón entonces, a qué gobierno de España se refieren? Vuelven así a emplear la lógica del morrosco para hacer equivalente el gobierno sublevado de Burgos y encabezado por el general Franco desde el 1 de octubre de 1936, con el actual gobierno de España, salido de la Constitución de 1978, y no, en cambio, el gobierno legítimo de España en 1937, integrado, como decimos, por uno de sus principales dirigentes políticos, como fue Manuel de Irujo.
Pero donde la lógica del morrosco alcanza límites insuperables es en discursos como el del Aberri Eguna último y que tanto difunden sus partidarios en redes sociales. Échenle un vistazo al video del acto del Aberri Eguna del PNV de este año, por favor, son veinte minutos. Se trata de una auténtica antología de la lógica del morrosco, protagonizado por Andoni Ortuzar.
Lo primero que dice es que ellos, los nacionalistas, solo miran al norte y que en el norte está Europa. De donde se infiere que ellos no miran el sur, que es España, y que por tanto España no es Europa. El empecinamiento de la lógica del morrosco es increíble. ¿Cómo es eso de que solo miran al norte y que el norte es Europa y que Europa es la democracia y el progreso? Y si España no es Europa, España tampoco es ni demócrata ni vanguardia del progreso. Esto, sin decirlo, lo entiende cualquiera, tenga la lógica del morrosco o no. Pero el caso es que ellos lo dicen así, con toda naturalidad y la gente que les escucha lo entiende igualmente, con toda naturalidad. La lógica del morrosco consistiría en aplicar la lógica de la manera más natural del mundo aun sabiendo que lo que se deduce de ahí es una completa aberración. Porque si no fuera por la lógica del morrosco, antiespañola, xenófoba y supremacista que practican, se les tendría que caer la cara de vergüenza al constatar que es el concierto económico que tienen suscrito con el gobierno español el que, al posibilitar negociar un cupo ventajoso, les permite (nos permite a todos los que vivimos aquí) disfrutar de un nivel de renta superior al del resto de los españoles, por no hablar de las pensiones de una población vasca tan envejecida o más que el resto, que sería imposible de sufragar sin recurrir a la caja común de la Seguridad Social española.
La diferencia es que los demás no tenemos la lógica del morrosco que tienen ellos, sino la lógica normal y corriente que nos hace avergonzarnos de vivir en un sitio donde hay gente, mucha gente, empezando por los dirigentes nacionalistas que nos gobiernan, que se considera superior y no tiene la honradez y la decencia de reconocer que gracias al Concierto Económico aceptado por España y al paraguas de la Seguridad Social de España aquí se disfruta de mejor nivel de vida.
Por lo tanto, la lógica del morrosco es una lógica vergonzosa y abusadora. Y además es una lógica falaz y contradictoria en sí misma porque si miran al norte y el norte es Europa, se supone que Francia está incluida en ese norte y en esa Europa. Y si eso es así, ¿qué tienen que decir del territorio del País Vasco francés, donde el eusquera no es oficial y donde no tienen ni una mínima parte de las competencias que aquí controlan? Para hacernos una idea, la aglomeración de municipios vascos, que es la reciente institución que engloba a los ayuntamientos de los tres territorios históricos del País Vasco francés, solo tiene las competencias de agua, basura y alcantarillado. Y aún así el lendacari Urkullu, cuando llega la ocasión, recibe al presidente de esa aglomeración de municipos vasco-franceses, Jean-René Etchegaray, como si fuera un presidente de comunidad autónoma española. Otra muestra más de la lógica del morrosco nacionalista.
Pero es que luego viene lo siguiente en el discurso del Aberri Eguna y que es cuando dice el morrosco de Sanfuentes: ya sé que muchos de vosotros estáis ya con las maletas cargadas en el maletero del coche para poder ir a pasar unos días de asueto en estas vacaciones de Semana Santa. Y os agradezco que estéis hoy aquí porque eso demuestra que no os queréis ir de vacaciones sin dejaros hechos los deberes para con el partido. Yo también me iré algunos días antes de las elecciones del 28 de mayo, para despejarme un poco. Porque de vez en cuando hay que despejarse de las tareas cotidianas y salir un poco por ahí fuera. O sea que no os entretendré mucho, porque además os está dando todo el sol de plano ahí, sentados en medio de la Plaza Nueva. En fin. Es que esto sí que es la lógica del morrosco. Primero porque si cogiéramos los DNI de la gente que había allí sentada escuchándole, comprobaríamos que los apellidos no eusquéricos superarían a buen seguro a los eusquéricos, en lógica correspondencia con las proporciones de la sociedad vasca en cuanto a apellidos.
Y aquí quiero hacer un inciso, porque me quiero referir a mi artículo anterior de esta serie, concretamente el titulado “Desactivando el nacionalismo vasco”. Allí me faltó rematar mi argumentación referida a la catástrofe moral y ética a la que nos somete el nacionalismo en el País Vasco con un dato que ya he sacado muchas veces en esta serie pero que no apliqué de nuevo en ese artículo, para que se entendiera todo mucho mejor: y es que las proporciones actuales en cuanto a apellidos en el País Vasco son, en números redondos, de 20% de personas con los dos primeros apellidos eusquéricos, 30% con uno sí y otro no y 50% (en realidad es más, pero no hace falta cebarse) sin ninguno de los dos primeros apellidos eusquéricos.
Por lo que estoy por asegurar que las personas concentradas en la Plaza Nueva para escuchar al morrosco de Sanfuentes no diferirían mucho de esa proporción, lo que pasa es que luego, a la sombra, bajo el toldo que pusieron allí solo para los vuruquides del partido, ahí estarían mayoritariamente los seleccionados de pata negra, con dos apellidos, que solo representan al 20% de la sociedad vasca actual (seguramente a menos de esa cantidad, ya que la estadística en la que me baso es de 1998). Lo cual no quita para que también hubiera algún otro que no tiene los dos eusquéricos: Aitor Esteban, Koldo Mediavilla y seguro que alguno más. Lógica del morrosco en estado puro.
Y ahora retomo el hilo de la argumentación para referirme de nuevo al discurso del morrosco de Sanfuentes en la Plaza Nueva el día del Averri Eguna. Acababa en el apartado anterior de aplicar la lógica del morrosco para referirse, sin nombrarla, a España como país que, por estar en el sur no es lo suficientemente europeo y, por lo tanto, democrático y vanguardia del progreso, y por eso el nacionalismo vasco solo mira al norte. Y continuó en ese punto haciendo alusión a las muchas personas que estaban escuchándole y que tenían las maletas ya cargadas en el coche para salir pitando en cuanto acabara el acto. Y en este punto la cuestión es: ¿a dónde creen ustedes que iban a dirigirse esos militantes del PNV a pasar unos días de asueto fuera de aquí y despejarse un poco del trabajo y de los deberes cotidianos? ¿A dónde? Pues no se preocupen que por la lógica del morrosco eso nunca se lo dirá el morrosco de Sanfuentes, ni lo reconocerá tampoco, ni lo anunciará en su discurso. Pero el caso es que toda la militancia nacionalista que le estaba escuchando, en cuanto salió de la Plaza Nueva y cogió sus coches lo hizo para dirigirse masivamente hacia Castro Urdiales, en Cantabria, hacia La Rioja, hacia Madrid y más allá, hacia Cádiz, Málaga, Alicante o Castellón. Pero nunca reconocerán que donde mejor se lo pasan es en esa parte de un país del que, por la lógica del morrosco, creen no formar parte pero que es, vaya por Dios, España. Incluso él mismo, el morrosco de Sanfuentes, hará lo propio cuando llegue el caso, pero por su lógica de morrosco tampoco lo reconocerá.
¿Qué habremos hecho para merecer este simulacro de sociedad, este teatrillo cotidiano, esta lógica del morrosco fatuo, supremacista y bobalicón?
La palabra “morrosco” no aparece en el Diccionario de la RAE. En el de Euskaltzaindia, en cambio, “morrosko” sí aparece, así como en el Elhuyar también. Este último lo traduce como mocetón, muchacho robusto. No hay ninguna alusión a su carácter, a su condición intelectual o moral. Solo a la apariencia, al físico. Así que, por tanto, castellanizamos morrosko y ponemos morrosco. Durante años, en el siglo pasado, el término casi fue monopolizado por la prensa deportiva para referirse al boxeador Urtáin, al que se apodaba “el morrosco” o también “el tigre de Cestona”. Urtáin en sí mismo también era un apodo, porque no era su apellido: se llamaba José Manuel Ibar Azpiazu. Urtáin era por el nombre del caserío donde pasó su infancia quien llegaría luego a ser campeón de Europa de boxeo. Pero Urtáin, desgraciadamente, terminó mal. Nada que ver con Andoni Ortuzar, presidente del PNV, al que le quitamos la tilde de su apellido en deferencia a que él lo escribe así al eusquerizarlo, y tiene suerte de que el INE no distingue las tildes en su página web de apellidos, porque, si no, sabríamos cuánta gente hay en España apellidada Ortúzar respecto de Ortuzar. Ortuzar lleva una buena vida, lo mismo que la mayoría de la militancia nacionalista, bien instalada, bien servida, bien comida, y cuya principal seña de identidad es una saña indisimulada contra el resto de España, de donde proceden, dicho sea de paso, una buena parte de todos ellos. Esta contradicción ya es un primer indicador de lo que vamos a ver aquí en cuanto a lógica.
A Andoni Ortuzar, por su físico y apariencia, y aplicado a su lugar de nacimiento, le podría ir el apodo del “morrosco de Sanfuentes”. Sanfuentes es una pedanía del munipio vizcaíno de Abanto y Ciérvana. Es por eso que la lógica que emplea en sus discursos podría denominarse también la lógica del morrosco, por su simplicidad o aparente campechanía, pero que en el fondo encierra la peor de las demagogias. La lógica del morrosco sería, así, la que emplean los nacionalistas en general para hacernos tragar con ruedas de molino. De hecho, cabe pensar que ni ellos mismos se podrían creer la mayor parte de las cosas que dicen, a nada que pensaran un poco en las mismas, pero así es como funcionan.
Dejándose llevar por la lógica del morrosco los nacionalistas, cada vez que por estas fechas llega el aniversario de aquel luctuoso e injustificable hecho que fue el del bombardeo de Guernica (26 de abril de 1937), sacan toda su artillería pesada y vuelven a equiparar a los que bombardearon con España y a los que sufrieron o resistieron el bombardeo con los auténticos vascos, sin reparar en que los que tomaron Guipúzcoa primero, al mando del coronel Beorlegui, y luego Vizcaya también, eran las brigadas de Navarra, compuestas, como su propio nombre indica, por requetés navarros, procedentes no de la meseta castellana sino de ese territorio que los nacionalistas vascos consideran como propio, tal cual es Navarra. Pero esa misma lógica del morrosco les lleva a no reconocer que como el de Guernica, e incluso más mortíferos, hubo otros bombardeos en Vizcaya, como los de Durango y Ochandiano. Pero estos no cuentan, porque no tuvieron un pintor como el malagueño Picasso que los inmortalizara. Tampoco cuenta la batalla de Villarreal, por la que un ejército de gudaris fue masacrado al intentar tomar un objetivo controlado por un destacamento del ejército franquista, diez veces inferior en número, apostado en la localidad alavesa de dicho nombre. Las familias de esos gudaris reclamaron luego responsabilidades a quien les dirigió al matadero, que no fue otro que José Antonio Aguirre, autonombrado máximo jefe del ejército vasco y al que, a partir de entonces, por eso, le apodaron Napoleonchu. Pero nadie recuerda nunca esa pifia militar por la que murieron al menos tres veces más gudaris que víctimas civiles hubo en Guernica.
Por la lógica del morrosco, asimismo, los nacionalistas vascos también llevan estos últimos años, por estas fechas, pidiendo que el gobierno de España pida perdón a la villa de Guernica por aquel bombardeo, sin reparar en que el gobierno legítimo de España en 1937 era todavía el republicano, encabezado por Francisco Largo Caballero, el nefasto Lenin español, y donde ejercía como ministro sin cartera uno de los suyos, concretamente Manuel de Irujo, el principal artífice de la autonomía vasca, junto con José Antonio Aguirre, siendo este último quien ejerciera de primer lendacari vasco. ¿De qué gobierno de España reclaman la petición de perdón entonces, a qué gobierno de España se refieren? Vuelven así a emplear la lógica del morrosco para hacer equivalente el gobierno sublevado de Burgos y encabezado por el general Franco desde el 1 de octubre de 1936, con el actual gobierno de España, salido de la Constitución de 1978, y no, en cambio, el gobierno legítimo de España en 1937, integrado, como decimos, por uno de sus principales dirigentes políticos, como fue Manuel de Irujo.
Pero donde la lógica del morrosco alcanza límites insuperables es en discursos como el del Aberri Eguna último y que tanto difunden sus partidarios en redes sociales. Échenle un vistazo al video del acto del Aberri Eguna del PNV de este año, por favor, son veinte minutos. Se trata de una auténtica antología de la lógica del morrosco, protagonizado por Andoni Ortuzar.
Lo primero que dice es que ellos, los nacionalistas, solo miran al norte y que en el norte está Europa. De donde se infiere que ellos no miran el sur, que es España, y que por tanto España no es Europa. El empecinamiento de la lógica del morrosco es increíble. ¿Cómo es eso de que solo miran al norte y que el norte es Europa y que Europa es la democracia y el progreso? Y si España no es Europa, España tampoco es ni demócrata ni vanguardia del progreso. Esto, sin decirlo, lo entiende cualquiera, tenga la lógica del morrosco o no. Pero el caso es que ellos lo dicen así, con toda naturalidad y la gente que les escucha lo entiende igualmente, con toda naturalidad. La lógica del morrosco consistiría en aplicar la lógica de la manera más natural del mundo aun sabiendo que lo que se deduce de ahí es una completa aberración. Porque si no fuera por la lógica del morrosco, antiespañola, xenófoba y supremacista que practican, se les tendría que caer la cara de vergüenza al constatar que es el concierto económico que tienen suscrito con el gobierno español el que, al posibilitar negociar un cupo ventajoso, les permite (nos permite a todos los que vivimos aquí) disfrutar de un nivel de renta superior al del resto de los españoles, por no hablar de las pensiones de una población vasca tan envejecida o más que el resto, que sería imposible de sufragar sin recurrir a la caja común de la Seguridad Social española.
La diferencia es que los demás no tenemos la lógica del morrosco que tienen ellos, sino la lógica normal y corriente que nos hace avergonzarnos de vivir en un sitio donde hay gente, mucha gente, empezando por los dirigentes nacionalistas que nos gobiernan, que se considera superior y no tiene la honradez y la decencia de reconocer que gracias al Concierto Económico aceptado por España y al paraguas de la Seguridad Social de España aquí se disfruta de mejor nivel de vida.
Por lo tanto, la lógica del morrosco es una lógica vergonzosa y abusadora. Y además es una lógica falaz y contradictoria en sí misma porque si miran al norte y el norte es Europa, se supone que Francia está incluida en ese norte y en esa Europa. Y si eso es así, ¿qué tienen que decir del territorio del País Vasco francés, donde el eusquera no es oficial y donde no tienen ni una mínima parte de las competencias que aquí controlan? Para hacernos una idea, la aglomeración de municipios vascos, que es la reciente institución que engloba a los ayuntamientos de los tres territorios históricos del País Vasco francés, solo tiene las competencias de agua, basura y alcantarillado. Y aún así el lendacari Urkullu, cuando llega la ocasión, recibe al presidente de esa aglomeración de municipos vasco-franceses, Jean-René Etchegaray, como si fuera un presidente de comunidad autónoma española. Otra muestra más de la lógica del morrosco nacionalista.
Pero es que luego viene lo siguiente en el discurso del Aberri Eguna y que es cuando dice el morrosco de Sanfuentes: ya sé que muchos de vosotros estáis ya con las maletas cargadas en el maletero del coche para poder ir a pasar unos días de asueto en estas vacaciones de Semana Santa. Y os agradezco que estéis hoy aquí porque eso demuestra que no os queréis ir de vacaciones sin dejaros hechos los deberes para con el partido. Yo también me iré algunos días antes de las elecciones del 28 de mayo, para despejarme un poco. Porque de vez en cuando hay que despejarse de las tareas cotidianas y salir un poco por ahí fuera. O sea que no os entretendré mucho, porque además os está dando todo el sol de plano ahí, sentados en medio de la Plaza Nueva. En fin. Es que esto sí que es la lógica del morrosco. Primero porque si cogiéramos los DNI de la gente que había allí sentada escuchándole, comprobaríamos que los apellidos no eusquéricos superarían a buen seguro a los eusquéricos, en lógica correspondencia con las proporciones de la sociedad vasca en cuanto a apellidos.
Y aquí quiero hacer un inciso, porque me quiero referir a mi artículo anterior de esta serie, concretamente el titulado “Desactivando el nacionalismo vasco”. Allí me faltó rematar mi argumentación referida a la catástrofe moral y ética a la que nos somete el nacionalismo en el País Vasco con un dato que ya he sacado muchas veces en esta serie pero que no apliqué de nuevo en ese artículo, para que se entendiera todo mucho mejor: y es que las proporciones actuales en cuanto a apellidos en el País Vasco son, en números redondos, de 20% de personas con los dos primeros apellidos eusquéricos, 30% con uno sí y otro no y 50% (en realidad es más, pero no hace falta cebarse) sin ninguno de los dos primeros apellidos eusquéricos.
Por lo que estoy por asegurar que las personas concentradas en la Plaza Nueva para escuchar al morrosco de Sanfuentes no diferirían mucho de esa proporción, lo que pasa es que luego, a la sombra, bajo el toldo que pusieron allí solo para los vuruquides del partido, ahí estarían mayoritariamente los seleccionados de pata negra, con dos apellidos, que solo representan al 20% de la sociedad vasca actual (seguramente a menos de esa cantidad, ya que la estadística en la que me baso es de 1998). Lo cual no quita para que también hubiera algún otro que no tiene los dos eusquéricos: Aitor Esteban, Koldo Mediavilla y seguro que alguno más. Lógica del morrosco en estado puro.
Y ahora retomo el hilo de la argumentación para referirme de nuevo al discurso del morrosco de Sanfuentes en la Plaza Nueva el día del Averri Eguna. Acababa en el apartado anterior de aplicar la lógica del morrosco para referirse, sin nombrarla, a España como país que, por estar en el sur no es lo suficientemente europeo y, por lo tanto, democrático y vanguardia del progreso, y por eso el nacionalismo vasco solo mira al norte. Y continuó en ese punto haciendo alusión a las muchas personas que estaban escuchándole y que tenían las maletas ya cargadas en el coche para salir pitando en cuanto acabara el acto. Y en este punto la cuestión es: ¿a dónde creen ustedes que iban a dirigirse esos militantes del PNV a pasar unos días de asueto fuera de aquí y despejarse un poco del trabajo y de los deberes cotidianos? ¿A dónde? Pues no se preocupen que por la lógica del morrosco eso nunca se lo dirá el morrosco de Sanfuentes, ni lo reconocerá tampoco, ni lo anunciará en su discurso. Pero el caso es que toda la militancia nacionalista que le estaba escuchando, en cuanto salió de la Plaza Nueva y cogió sus coches lo hizo para dirigirse masivamente hacia Castro Urdiales, en Cantabria, hacia La Rioja, hacia Madrid y más allá, hacia Cádiz, Málaga, Alicante o Castellón. Pero nunca reconocerán que donde mejor se lo pasan es en esa parte de un país del que, por la lógica del morrosco, creen no formar parte pero que es, vaya por Dios, España. Incluso él mismo, el morrosco de Sanfuentes, hará lo propio cuando llegue el caso, pero por su lógica de morrosco tampoco lo reconocerá.
¿Qué habremos hecho para merecer este simulacro de sociedad, este teatrillo cotidiano, esta lógica del morrosco fatuo, supremacista y bobalicón?