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Pedro Chacón
Domingo, 18 de Junio de 2023 Tiempo de lectura:

El origen del gran espejismo vasco

En un artículo anterior de esta serie de El balle del ziruelo, titulado “El gran espejismo vasco”, publicado hace ahora justo un año, les explicaba el curioso y lacerante fenómeno según el cual la población vasca actual está convencida de una idea completamente infundada que le ha inculcado de mil maneras espurias el nacionalismo vasco, durante los últimos cuarenta años, y que también ha asumido sin mayor problema la sociedad española en su conjunto, a saber: que la sociedad vasca está integrada en su mayoría por personas con apellidos eusquéricos y que los que no los tienen son una minoría a integrar y a abducir mediante la ideología nacionalista, antes también mediante el terror y en todo momento mediante la imposición del eusquera.

 

Ese espejismo vasco se empezó a poner en práctica antes de que muriera el anterior jefe del Estado, Francisco Franco, principalmente mediante el terrorismo étnico. Institucionalmente el gran espejismo vasco se origina con la conformación del primer parlamento vasco de la historia, un 31 de marzo de 1980. Aunque para ser precisos, habría que decir el primer parlamento vascongado de la historia, puesto que ese término de “vasco” que algunos extienden políticamente a Navarra y el País Vasco francés, no se cumpliría tampoco en esa ocasión. Y es que después de todos los siglos transcurridos, según algunos proclaman, desde que hay un país vasco donde se habla eusquera, a ambos lados de los Pirineos, resulta que jamás se había constituido, hasta dicho 31 de marzo de 1980, un parlamento que aglutinara a algunos de sus territorios hasta entonces siempre separados unos de otros. Antes de esa fecha, en lo que es el País Vasco propiamente dicho, o Vascongadas, sólo hubo parlamentos provinciales, sin ningún nexo en común entre ellos, salvo esporádicas reuniones de algunos de sus respectivos representantes para solucionar algunos problemas puntuales y concretos.

 

Pues bien, el primer parlamento vascongado de la historia, que abarcaba representantes a partes iguales de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava, estuvo integrado por 60 personas (en las siguientes legislaturas el número subió a 75). Voy a poner a continuación los dos primeros apellidos de aquellos integrantes, sin poner el nombre de pila, que no nos interesa ahora. Y voy a diferenciar dichos apellidos según sean vascos (a los que marcaré con una V) o castellanos (a los que marcaré con una C), para luego agruparlos con ese criterio. La mayoría de los apellidos vascos de esta lista son lo que venimos llamando eusquéricos, pero como hay alguno que no lo es, por ejemplo, Navascués (topónimo navarro, pero no eusquérico), es por lo que los llamo, en este caso, vascos en general. Hay algunos también que no son propiamente españoles, por ser extranjeros (Haddad), pero los consideramos españoles a los efectos aquí considerados. También si son catalanes (Castells) los consideramos españoles por no ser vascos. También los acompaño de la sigla del partido por el que salieron elegidos, a los efectos de hacer luego también el cómputo ideológico.

 

Aguinaga Torrano (V C) UCD

Aguiriano Forniés (V C) PSE-PSOE

Aizpurua San Nicolás (V C) HB

Albinarrate Eguía (V V) PNV

Amunarriz Olano (V V) PNV

Anasagasti Olabeaga (V V) PNV

Ansola Larrañaga (V V) PNV

Ansola Maiztegui (V V) PNV

Aróstegui Zubiaurre (V V) AP

Auzmendi Aierbe (V V) EE

Benegas Haddad (C C) PSE-PSOE

Bereciartua Arriaran (V V) PNV

Bergara Etxebarria (V V) PNV

Blasco de Imaz (C V) PNV

Boneta y Piedra (V C) PNV

Castells Artetxe (C V) HB

De Griñó Rabert (C C) AP

De Leizaola Sánchez (V C) PNV

De Monzón Ortiz de Urruela (C V) HB

De Navascués Ugarte (V V) PNV

Eguiagaray Ucelay (V V) PSE-PSOE

Esnaola Etxeberri (V V) HB

Etxebarria Bilbao (V V) HB

Garaikoetxea Urriza (V V) PNV

Gárate Muñoz (V C) PNV

García Damborenea (C V) PSE-PSOE

Gorostidi Artola (V V) HB

Guevara Saleta (V V) PNV

Idígoras Gerrikabeitia (V V) HB

Jáuregui Atondo (V V) PSE-PSOE

Landáburu Illarramendi (V V) PSE-PSOE

Leizaola Azpiazu (V V) PNV

Lertxundi Barañano (V V) PC

Lizundia Askondo (V V) EE

López de Heredia Quintana (V C) UCD

Makua Zarandona (V V) PNV

Marco Tabar (C C) UCD

Maturana Plaza (V C) PSE-PSOE

Mayor Oreja (C C) UCD

Olaberria Uliondo (V V) EE

Olaverri Zazpe (V V) EE

Ollora Otxoa de Aspuru (V V) PNV

Onaindia Nachiondo (V V) EE

Onaindia Ribera (V C) HB

Ormazabal Ascasibar (V V) PNV

Ormazabal Zamakona (V V) PNV

Pérez de Heredia Aberasturi (V V) HB

Pikabea Burunza (V V) HB

Pujana Arza (V V) PNV

Renobales Vivanco (V C) PNV

Robles Canibe (C C) PNV

Ruiz de Pinedo Undiano (V V) HB

Sáez de Olazagoitia López de Luzuriaga (V V) PNV

Sainz Angulo (C C) UCD

Saracibar Sautua (V V) PSE-PSOE

Unzueta Uzcanga (V V) PNV

Uriarte Romero (V C) EE

Viana García (V C) PSE-PSOE

Viana Santa Cruz (V C) UCD

Zaldúa Arbiza (V V) PNV

 

De los 60 parlamentarios que integraron el primer parlamento vascongado de la historia, 36 tenían los dos primeros apellidos eusquéricos, 18 los tenían mixtos (de los cuales 13 tenían el primero eusquérico, que es el que más se ve) y solo 6 tenían los dos primeros apellidos castellanos. Si nos acordamos de las proporciones que daba el estadístico José Aranda Aznar en su trabajo “La mezcla del pueblo vasco” (1998), que ya hemos citado varias veces en esta serie, en cuanto a porcentajes de portadores de apellidos eusquéricos y castellanos realmente existentes en la población vasca, que eran de 20% con los dos primeros apellidos eusquéricos, 30% mixtos y 50% los dos castellanos y aun concediendo que la fecha del trabajo podría significar una pequeña diferencia a 18 años vista (aunque no mucho, dado que 1980 se sitúa ya en la curva descendente de inmigración y crecimiento vasco), nos encontramos con que en el primer parlamento vascongado de la historia los porcentajes de portadores de apellidos, siguiendo el orden dado antes (eusquéricos-mixtos-castellanos) serían de 60%, 30% y 10%. O sea, que, con la representación del primer parlamento vascongado de la historia de 1980, los porcentajes de portadores quedarían más que completamente invertidos en favor de los portadores de apellidos solo eusquéricos. Con lo que la imagen que se estaba dando de la sociedad vasca a través de sus representantes políticos era completamente irreal, deformada, quimérica diría yo: un auténtico espejismo.

 

En cuanto a la correspondencia ideológica de los portadores de estos apellidos, de los 60 parlamentarios, 25 eran del PNV, 11 de HB, 9 del PSE-PSOE, 6 de Euskadiko Ezkerra, 6 de UCD, 2 de AP y 1 del PC. De los 25 del PNV, 19 tenían los dos apellidos eusquéricos y solo uno los dos castellanos. De los 11 de HB, 7 tenían los dos apellidos eusquéricos y ninguno los dos castellanos. De los 9 de PSE-PSOE, 3 tenían los dos eusquéricos, 3 mixtos y solo uno los dos castellanos. No obstante, puestos a buscar el récord, en proporción de apellidos eusquéricos, ese lo tenía el único representante del PC, que tenía los dos apellidos eusquéricos, seguido de Euskadiko Ezkerra, que, de sus 6 parlamentarios, 5 tenían los dos apellidos eusquéricos y el restante era mixto. En cambio, de los 6 de UCD, la mitad tenían los dos apellidos castellanos y la otra mitad mixtos, ninguno tenía los dos eusquéricos. De los 2 de AP, uno tenía los dos eusquéricos y el otro los dos castellanos.

 

El hecho de que, de los 18 parlamentarios con apellido mixto, hasta 13 tengan el primero eusquérico sobre solo 5 el segundo, convierte la lista, si solo consideramos los primeros apellidos de los parlamentarios, en un verdadero festival eusquérico: 49 primeros apellidos eusquéricos por 11 castellanos. En porcentaje: 82% frente a 18%.

 

A quién le extraña entonces que los ciudadanos vascos de origen no autóctono, procedentes en su mayoría de la gran inmigración de otras partes de España desde finales del siglo XIX y hasta mediados del XX, viendo la representación política que conformaba el primer parlamento vascongado de la historia, creyeran que vivían en un país de mayoría abrumadora de nativos autóctonos y que ellos eran una minoría poco menos que insignificante. Este primer parlamento vascongado de la historia, en 1980, es el origen del gran espejismo apellidístico en el que vivimos en el País Vasco actual, creado por un nacionalismo que realiza una selección de sus miembros más destacados, los que ocupan puestos políticos en todas las escalas de la administración, en función de sus apellidos. Tendencia que también contagia a los partidos no nacionalistas, que, aunque tienen menos representación política, tienden, inercialmente, a reforzar la presencia de apellidos eusquéricos, para dar pátina de vasquidad. El resultado es el que vemos y el que padecemos. Y digo padecemos porque crea una imagen completamente distorsionada que hace creer a quienes no tienen apellidos eusquéricos en el País Vasco que ellos son la minoría social, cuando es exactamente al revés. Es por ello que ese primer parlamento vascongado de la historia supone una contribución esencial para establecer y mantener el supremacismo vasco, que hace creer, tanto dentro del País Vasco como sobre todo fuera, en el resto de España, que lo nativo autóctono es mayoritario.

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